(CNN) – Tanto si se trata de cuidar a los niños, a los padres, a los compañeros de trabajo o a nuestra comunidad, muchas personas se sienten totalmente agotadas por todas las tareas de cuidado adicionales que se nos han impuesto a medida que la pandemia ha trastornado la vida cotidiana durante estos dos últimos años.
Dar prioridad a las necesidades de los demás, una vez más, puede parecer la peor manera de aliviar el agotamiento.
Pero lo que se denomina “cuidado del otro” es en realidad la clave del bienestar, explica Jamil Zaki, profesor asociado de Psicología de la Universidad de Stanford y autor de “The War for Kindness: Building Empathy in a Fractured World”.
¿Cómo podría el cuidado de los demás ayudar a curar el agotamiento que sentimos? Zaki compartió la verdad contraria a la intuición y basada en la ciencia.
Esta conversación fue editada y condensada para mayor claridad.
CNN: ¿Puede el cuidado de los demás ser realmente más satisfactorio y sostenible que el cuidado de nosotros mismos?
Jamil Zaki: Lo interesante de esta pregunta es lo retrógrada que tiende a ser nuestra intuición en este tema. Uno de los hallazgos más optimistas, edificantes y fiables de la psicología social, en los últimos 10 o 15 años, es que ayudar a los demás proporciona una vía rápida para mejorar nuestro propio bienestar.
Gastar dinero en otras personas te hace más feliz que gastar dinero en ti mismo. Ayudar a alguien a superar su estrés reduce el propio. Pasar tiempo ayudando a otras personas te hace sentir que tienes más tiempo para ti.
He aquí un hallazgo menos inspirador, pero igualmente fiable: la gente no conoce esas verdades.
Si se le pregunta a la gente qué le hace feliz, dice que prefiere gastar dinero en sí misma. Cuando la gente se siente con poco tiempo o estresada, está menos dispuesta a ayudar a los demás, aunque ayudar a los demás realmente aliviaría estos problemas.
Debido a estas percepciones, a menudo empleamos estrategias deficientes para buscar nuestro propio bienestar, en lugar de escuchar la evidencia.
CNN: ¿Sugieres que el autocuidado y el tiempo para sí mismo no nos benefician?
Zaki: En absoluto. Pero por sí mismos, no parecen ser la fuente de felicidad, bienestar y paz que la gente a veces cree que son.
Cuando nos sentimos solos o estresados, nuestra mente puede convencernos de rodearnos y pensar solo en nosotros mismos. Esto puede resultar una estrategia totalmente contraproducente.
Cuanto más sola estaba una persona en un año determinado, más se centraba en sí misma ese año, según un estudio longitudinal de 10 años. Pero cuanto más se centraba alguien en sí mismo en un año determinado, más solitario se volvía el año siguiente.
Este es un problema enorme en nuestra cultura debido a la narrativa hiperindividualista que se nos enseña. La presión por alcanzar y cumplir nuestros propios objetivos, y luego demostrarnos a nosotros mismos que somos felices comprando bienes de consumo de élite, lleva a la gente directamente a esta espiral.
Si tienes la idea errónea de que la mejor manera de buscar la felicidad es comprar un montón de cosas, no es realmente tu culpa. Por desgracia, lo que te han dicho suele ser erróneo.
CNN: ¿Cómo podemos reformular nuestra forma de pensar sobre el cuidado de los demás para que nuestros esfuerzos nos beneficien en lugar de agotarnos?
Zaki: En realidad, los beneficios no provienen del acto de ayudar en sí mismo, sino de cómo lo interpretamos.
Si nos centramos en la carga o responsabilidad, en lugar de en la diferencia que estamos marcando, o en la razón por la que nos preocupamos por alguien como para ayudarlo en primer lugar, el esfuerzo tiende a agotarnos.
Si, en cambio, nos centramos en el beneficio de nuestra atención o en cómo estamos alimentando nuestra conexión con la persona a la que ayudamos, ese mismo acto puede animarnos, tranquilizarnos y revitalizarnos.
La intención y la concentración también ayudan. Pasa de tu perspectiva a la de ellos y céntrate en lo que les pasa. Forjar esa conexión puede relativizar nuestro propio estrés y hacer que nos sintamos más seguros de lo que somos.
CNN: Escribes sobre el poder curativo de salir de nuestras propias pequeñas narrativas. ¿Cuáles son las mejores formas de obtener esa perspectiva global?
Zaki: La conexión con los demás se ve a menudo obstaculizada por nuestro incesante discurso interior, que se amplifica cuando estamos estresados. El estrés puede atraparnos como una envoltura de plástico que nos encierra en nosotros mismos.
Una manera de atravesar la envoltura es ampliar la visión de nuestra propia vida. A eso se le llama “liberar de ataduras”. Si podemos elevarnos a 3.000 metros, podemos preguntarnos: ¿cómo es el panorama de mi vida? ¿Cómo quiero que sea? Luego podemos alejarnos aún más hacia el panorama más amplio de mi familia, mi cultura, nuestra civilización, nuestro universo.
Cuidar de los demás puede ayudarnos a conectar, sacándonos de las arenas movedizas del yo, la trampa en la que a veces se convierte nuestra mente.
CNN: ¿Cómo se relaciona la autocompasión con la empatía?
Zaki: A diferencia del autocuidado, como tomar un baño de burbujas, relajarse con Netflix u otras actividades que nos desconectan de lo que está causando nuestro sufrimiento, la autocompasión implica afrontar nuestro sufrimiento y reconocer que estamos en un momento difícil.
La clave es ser amables con nosotros mismos a través de nuestro sufrimiento, tratándonos como trataríamos a alguien a quien queremos. Lo peor que se puede hacer es lo que el budismo denomina disparar una segunda flecha al añadir vergüenza o sentirse mal por sentirse mal. Una vez que tenemos autocompasión, podemos conectar con otras personas que nos necesitan.
CNN: ¿Cuál es el impacto del sufrimiento en la empatía?
Zaki: Hay muchas pruebas de que cuando las personas sufren un trauma, se vuelven más amables, al menos durante un tiempo, y especialmente hacia las personas que se enfrentan a circunstancias similares.
Las personas que han sufrido una agresión, una enfermedad crónica u otras luchas realmente graves tienden a querer cambiar y ayudar a otras personas. Por ejemplo, muchos veteranos con Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) se convierten en consejeros de otros veteranos con TEPT. El asesoramiento entre pares también es muy común para las personas que han sufrido una adicción.
CNN: ¿Por qué es tan esencial cambiar de perspectiva?
Zaki: Tendemos a atarnos psicológicamente al centrarnos en nosotros mismos. Gran parte de mi trabajo consiste en ayudar a la gente a ver ese nudo y desatarlo.
Este momento, con el trabajo, la escuela y los sistemas de apoyo social interrumpidos, es estresante. Pero recordar nuestras mayores prioridades, y cómo cada acción coincide o no con esas prioridades, puede ayudar.
Si se le pide a la gente que enumere las 20 cosas que más le importan en la vida, casi siempre las primeras tienen que ver con estar ahí para los demás, en particular para los que nos importan. La comunidad, la conexión y la amabilidad son valores perennes que están en la cima de las prioridades.
Hemos elegido tener familias y vivir en comunidad por una razón. La familia y la comunidad no siempre nos van a alegrar en todo momento, pero siguen siendo lo más importante para nosotros. Recordar eso puede devolvernos un sentido de autonomía sobre nuestros cuidados.
CNN: ¿Cómo han cambiado con el tiempo los conceptos de autocuidado y cuidado de los demás?
Zaki: Los primeros modelos de autocuidado tenían sus raíces en la comunidad.
En los años 60, por ejemplo, el Partido de las Panteras Negras estableció el autocuidado basado en la comunidad en forma de esfuerzos de ayuda mutua hacia la medicina preventiva, el ejercicio y la nutrición para compensar la marginación que dejaba a muchos negros estadounidenses sin acceso a una atención sanitaria de alta calidad.
La ayuda mutua no se ha perdido hoy en día. Durante la pandemia, han surgido organizaciones comunitarias en todo el mundo para ayudar a los más vulnerables.
Es importante darse cuenta de que en la historia del autocuidado, el yo no es siempre una persona individual; puede ser una comunidad.
– Jessica DuLong es una periodista con sede en Brooklyn, colaboradora de libros, entrenadora de escritura y autora de “Saved at the Seawall: Stories from the September 11 Boat Lift” y “My River Chronicles: Rediscovering the Work that Built America”.