(CNN) – El índice de masa corporal (IMC) de una mujer durante el embarazo influye menos en el IMC de su hijo de lo que se creía, según un nuevo estudio. El IMC es una medida que utiliza los datos de la estatura y el peso para hacer un seguimiento de los cambios de peso.
Los niños con un IMC elevado, de 25 o más, tenían más probabilidades de tener sobrepeso u obesidad debido a factores ambientales que al peso de su madre durante el embarazo, según el estudio publicado en la revista BMC Medicine.
Los factores ambientales incluyen cualquier cosa que haga que los niños coman más y hagan menos ejercicio, dijo el autor del estudio, Tom Bond, investigador principal asociado de la Universidad de Bristol e investigador invitado del Imperial College de Londres.
Los investigadores utilizaron los datos recogidos en los estudios longitudinales “Children of the 90s” y “Born in Bradford” para analizar el IMC de los participantes al nacer, al año y a los 4 años. Además, se analizó el IMC solo en los participantes de “Children of the 90s” a los 10 y 15 años.
“Children of the 90s” es un grupo de investigación a largo plazo que comenzó con más de 14.000 mujeres embarazadas reclutadas a principios de los años 90. Born in Bradford es un programa de investigación que analiza los datos sanitarios de más de 30.000 personas en Bradford, Reino Unido.
Los resultados mostraron que había una pequeña relación entre el IMC de la madre y el peso del bebé al nacer, pero la causalidad desaparecía a medida que el niño crecía.
“Aunque el IMC de los adolescentes está vinculado al IMC de sus madres, es más probable que esto se deba a los genes heredados y a los factores del estilo de vida que a los efectos en el útero”, dijo Bond por correo electrónico.
Hay muchos factores que afectan al IMC de un adulto, por lo que controlar el peso materno no es una “panacea” que solucione la obesidad, dijo el Dr. Christopher Bolling, pediatra de Pediatric Associates, PSC, en Crestview Hills, Kentucky, que no participó en el estudio. También es el expresidente de la Sección de Obesidad de la Academia Estadounidense de Pediatría.
El entorno y el estilo de vida de un niño, como vivir cerca de un gran número de restaurantes de comida rápida o lejos de grandes zonas verdes y abiertas, puede tener un impacto sobre el IMC del niño, según Bond.
“Parece que todos conocemos los aspectos básicos del estilo de vida para tener un peso saludable. El reto para nosotros, como sociedad, es hacer que esas elecciones saludables sean la opción más fácil”, dijo Bolling.
Los niños deberían tener un mayor acceso a alimentos saludables y un menor acceso a los no saludables, explicó. También deberían tener más oportunidades de realizar una actividad física regular que ayude a limitar el comportamiento sedentario.
Las madres deben seguir siendo precavidas
Aunque no hay mucha correlación entre el IMC de una mujer embarazada y el IMC de su hijo más adelante, eso no significa que esas mujeres estén exentas de cuidar su peso.
Los riesgos que corren los niños con una madre que tiene un IMC alto siguen siendo mayores, dice Bond.
Algunas mujeres con un IMC elevado pueden sufrir complicaciones como partos por cesárea o nacimientos de bebés muertos, explicó.
Además, las mujeres embarazadas con un IMC elevado corren el riesgo de desarrollar diabetes gestacional y preeclampsia, que es cuando una mujer embarazada desarrolla presión arterial alta, proteínas en la orina y otros síntomas graves. También se enfrentan a posibles complicaciones en el parto, como la distocia de hombros, que es cuando uno o ambos hombros del bebé quedan atrapados dentro de la pelvis de la madre durante el parto, dijo la Dra. Tamika Auguste, vicepresidenta de los servicios para mujeres y bebés del Centro Hospitalario MedStar Washington. Ella no participó en el estudio.
Las mujeres embarazadas deben evitar “comer por dos” y, en cambio, centrarse en una dieta saludable con el ejercicio que les indique su proveedor de atención médica, dijo Auguste. Entre las opciones de ejercicio seguras están caminar, correr y bailar, explicó.