Nueva York (CNN Business) – Este es el mejor mercado laboral que la mayoría de los trabajadores han experimentado en sus vidas en Estados Unidos. Entonces, ¿por qué tantos estadounidenses se sienten pesimistas por el estado de la economía del país?
La respuesta sencilla es la inflación, medida por el índice de precios al consumo (IPC), que está mostrando la tasa de aumento de precios más rápida en casi 40 años. Para ver cuánto sufrimiento económico está causando, es útil observar otra medida económica de esa era: el Índice de Miseria.
El Índice de Miseria fue creado por Arthur Okun, uno de los principales asesores económicos del presidente Lyndon Johnson. Se hizo más conocido en los años 70 y principios de los 80. Este índice suma dos medidas de sufrimiento económico: la tasa de desempleo y la medida de inflación del IPC, para crear una sola cifra. Cuanto más baja sea la cifra, más contentos estarán los consumidores, y por ende los electores. Cuanto más alta, más descontentos.
En este momento, la medida se encuentra en un nivel que Estados Unidos no ha visto de forma consistente desde la Gran Recesión y los años que le siguieron.
La inflación aumenta la “miseria” del consumidor estadounidense
El Índice de Miseria es una medida de la economía que suma la tasa de desempleo y la tasa de inflación anual. Si bien el desempleo es ahora muy bajo en comparación con los estándares históricos, el alto ritmo de aumento de los precios significa que el Índice de Miseria está cerca de los niveles durante e inmediatamente después de la Gran Recesión de 2009.
El Índice de Miseria ha estado en dos dígitos desde abril, situándose en 11 o más desde diciembre. El próximo informe del IPC es este jueves.
Ese es el nivel en el que se encontraba también a finales de 2008, cuando la Gran Recesión se afianzó, y a finales de 2009, cuando el desempleo alcanzó un máximo del 10,2%. Aquella situación se asemeja a la actual: un alto nivel de desempleo en un mercado laboral muy dañado, pero con una inflación muy baja, incluso negativa.
El Índice de Miseria volvió a ser de dos dígitos en 2011 y principios de 2012, cuando el desempleo seguía siendo obstinadamente alto y los precios subieron temporalmente, aproximadamente a la mitad de la tasa actual. El Índice de Miseria superó brevemente su nivel actual durante el breve repunte del desempleo en los primeros meses de la pandemia.
Sin embargo, fue significativamente más alto en su punto máximo en la década de 1970 y principios de 1980, cuando la economía estaba luchando con una inflación y un desempleo mucho más altos.
El índice se mantuvo por debajo del 20 durante una década, desde finales de 1973 hasta mediados de 1983, superando los 20 durante la mayor parte de 1980.
Una buena “regla general”
Los economistas coinciden en que el Índice de Miseria no es una medida especialmente sofisticada. Desde la década de 1980, otros economistas han elaborado medidas más precisas. Pero, en su forma original, es útil.
“Es sencilla, es una regla general”, dijo David Wessel, director del Hutchins Center on Fiscal & Monetary Policy de la Brookings Institution. “El ciudadano medio puede entenderlo. No hace falta un doctorado en Economía para sumar dos números”.
La razón por la que la gente está disgustada por los precios altos, más allá de la presión sobre sus presupuestos, es que se trata de un factor al que se enfrentan continuamente. Incluso durante los periodos de alto desempleo, más del 85% de los estadounidenses siguen trabajando.
Pero casi el 100% de la gente paga precios más altos durante los períodos de alta inflación.
“El alto desempleo y la inflación, cualquiera de ellos es molesto”, dijo Wessel. “Si estás sin trabajo te preocupa más el desempleo. Si tienes trabajo, te preocupa más la inflación”.
Preocupación económica a pesar del bajo desempleo
El mercado laboral es excepcionalmente fuerte ahora mismo. Hay más ofertas de trabajo que personas buscando empleo. Eso ha permitido que los estadounidenses puedan dejar los trabajos que no les gustan, a menudo para aceptar empleos mejores. Como resultado, los salarios están en aumento. El último informe sobre la confianza de los consumidores de The Conference Board, una empresa de investigación económica, reveló que el 55% dijo que los empleos eran abundantes, cinco veces más que los que dijeron que los trabajos son difíciles de conseguir.
La encuesta de The Conference Board reveló que los estadounidenses tienen una visión positiva en general sobre el estado de la economía, especialmente en comparación con lo que ocurría durante los peores momentos de la Gran Recesión.
Pero otras encuestas muestran un panorama más negativo.
La encuesta más reciente de CNN sobre la economía, realizada en diciembre, reveló que tres cuartas partes de los encuestados dicen estar preocupados por el estado de la economía en su propia comunidad, y el 63% dice que la economía del país está en mal estado. También se encontró que el 80% expresaba su preocupación por la inflación y el 54% desaprobaba la forma en que el presidente Joe Biden maneja la economía.
La encuesta de Gallup de principios de enero reveló que solo el 23% dice que la economía está en buen o excelente estado, mientras que el 37% dice que está en mal estado, lo que supone un ligero descenso respecto al 42% que dijo que estaba en mal estado en diciembre. Esto representa el mayor porcentaje de personas que creen que la economía está en mal estado desde 2012.
En cierto modo, el Índice de Miseria es mejor para predecir la reacción política a la economía que para explicar la realidad económica, señaló Steve Hanke, profesor de economía aplicada en la Universidad Johns Hopkins y miembro del Consejo de Asesores Económicos del presidente Ronald Reagan.
“No es un indicador de sufrimiento. Es un indicador de encuestas”, dijo Hanke, que ideó una versión mejorada del índice para comparar las economías de distintos países. “Ese era el objetivo del asunto. La conclusión es que el original da a los políticos lo que necesitan saber”.
Un Índice de Miseria cercano a estas lecturas suele ser una mala noticia para los líderes políticos. Los presidentes Gerald Ford, Jimmy Carter y George H.W. Bush se convirtieron en presidentes de un solo mandato con un Índice de Miseria de dos dígitos en el periodo previo a las elecciones.
La buena noticia para Biden es que hay tiempo para que la economía mejore a los ojos de los votantes. Muchos economistas creen que los precios actuales son una condición temporal causada por la pandemia y que la tasa de inflación podría bajar de aquí a las elecciones intermedias de 2022, por no hablar de las próximas elecciones presidenciales de 2024. Hanke dijo que lo más importante para los políticos es que la gente tenga la sensación de que las cosas están mejorando, eso es más importante que el número del Índice de Miseria en sí.
Como prueba, el Índice de Miseria se situó cerca del nivel actual en el otoño de 1984, pero eso supuso un descenso de casi el 50% respecto a cuatro años antes. Permitió a Reagan basar su campaña en una mejora de la economía, con sus anuncios proclamando “It’s morning in America”.
Pero si los economistas se equivocan y la inflación persiste, o si los esfuerzos por frenarla hacen que un mercado laboral fuerte tambalee y el desempleo aumente, la historia sugiere que serán muy malas noticias para Biden y los demócratas.
“Sería un inconveniente para Biden si las elecciones se celebraran ahora”, dijo Wessel.