(CNN) – Un cohete que se espera que choque con la Luna el 4 de marzo fue identificado erróneamente como una etapa del cohete SpaceX Falcon y, en cambio, es probable que provenga de una misión lunar china pasada, según la NASA.
El objeto que ahora está a punto de chocar con la Luna fue hecho público por primera vez por Bill Gray, un investigador independiente centrado en la dinámica orbital y desarrollador de software astronómico. Lo identificó en 2015 como la segunda etapa de un cohete Falcon de SpaceX, utilizado ese mismo año para lanzar el Observatorio Climático del Espacio Profundo de Estados Unidos, o DSCOVR.
El objeto, inicialmente llamado WE0913A por los observadores de asteroides, había pasado por la luna dos días después del lanzamiento de DSCOVR, dijo.
“Llegamos a aceptar la identificación con la segunda etapa como correcta. El objeto tenía más o menos el brillo esperado, y había aparecido en el momento esperado y moviéndose en una órbita razonable”, dijo Gray en su sitio web.
Su evaluación fue ampliamente aceptada por otros expertos espaciales y por la NASA, que dijo que estaba monitoreando la trayectoria del cohete.
Una nueva identificación
Sin embargo, durante el fin de semana, Gray dijo que se había equivocado en el origen del objeto después de comunicarse con Jon Giorgini, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, que no hace un seguimiento de la basura espacial, pero sí de muchas naves espaciales activas, incluida la DSCOVR.
“Jon señaló que el sistema Horizons del JPL mostraba que la trayectoria de la nave DSCOVR no se acercaba especialmente a la Luna. Sería un poco extraño que la segunda etapa pasara justo por delante de la Luna, mientras DSCOVR estaba en otra parte del cielo. Siempre hay cierta separación, pero ésta fue sospechosamente amplia”, dijo Gray.
“El análisis dirigido por el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA indica que el objeto que se espera que impacte en la cara oculta de la Luna el 4 de marzo es probablemente el propulsor chino Chang’e 5-T1 lanzado en 2014”, según un comunicado de la NASA publicado el lunes.
“No es una segunda etapa de SpaceX Falcon 9 de una misión en 2015 como se informó anteriormente. Esta actualización es el resultado del análisis de las órbitas del objeto en 2016 - 2017”.
Gray dijo que posteriormente revisó sus datos y ahora llegó a una explicación diferente: el objeto era la tercera etapa del cohete chino Long March 3C utilizado para lanzar su orbitador lunar en 2014.
Se espera que la etapa del cohete golpee la luna a las 7:26 a.m. ET del 4 de marzo. Sin embargo, el impacto se producirá en la cara más lejana de la Luna y no será visible desde la Tierra. El cohete probablemente se desintegrará en el impacto y creará un cráter de entre 10 y 20 metros de diámetro.
Necesidad de un control oficial de la basura espacial
Jonathan McDowell, astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard y Smithsonian, dijo que identificar la basura espacial “nunca es fácil” en la órbita del espacio profundo, pero dijo que la nueva identificación de Gray era probablemente correcta. “Yo daría al menos un 80% y quizás un 90% de probabilidades”.
Explicó que “es especialmente difícil para estas cosas en las caóticas órbitas del espacio profundo, donde se recoge algo varios años después de haber sido visto por última vez y se intenta volver atrás para que coincida con una misión conocida”.
McDowell dijo que la confusión sobre la identidad de la etapa del cohete puso de manifiesto la necesidad de que la NASA y otros organismos oficiales vigilen más de cerca la basura del espacio profundo, en lugar de depender de los limitados recursos de particulares y académicos.
Hay entre 30 y 50 objetos perdidos en el espacio profundo, como la etapa de cohete, que llevan años desaparecidos, pero ninguna agencia espacial ha hecho un seguimiento sistemático de los desechos espaciales tan alejados de la Tierra, dijo.
“No es como el material de la LEO (órbita terrestre baja), donde el tráfico es elevado, por lo que la basura es un peligro para otras naves espaciales. Pero se podría pensar que es una buena idea saber dónde hemos arrojado cosas”.
Y añadió: “No es una prioridad muy alta, pero uno pensaría que el mundo podría contratar al menos a una persona para hacer esto correctamente, y tal vez exigir a las agencias espaciales que hagan públicas sus trayectorias en el espacio profundo”.
En el futuro, más naves espaciales entrarán en este tipo de órbita, dijo Gray, y habría que pensar en mantener el “espacio exterior limpio”. Hay medidas sencillas que podrían tomar las agencias gubernamentales y las empresas que lanzan cohetes, como hacer públicos los últimos datos orbitales conocidos.