Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.
(CNN Español) – ¿Se acuerdan del patriota Donald Trump?
¿El hombre que repetía como un loro “¿Estados Unidos primero, Estados Unidos primero”?
Aquel sujeto que gobernó con la promesa de hacer grande de nuevo a Estados Unidos, en menos de 24 horas ha vuelto a evidenciar sus costurones y la calidad del barro con que está hecho.
Ha calificado a Vladimir Putin de genio y de pacificador por querer desmembrar un país soberano, independiente y democrático como es Ucrania.
Trump decide ignorar el daño que los caprichos imperialistas del exagente de la KGB producen en Ucrania, Europa y al resto de Occidente. Sí, incluido su propio país: Estados Unidos.
Durante cuatro años nos preguntamos: ¿Por qué Trump adora a Putin?
¿Y por qué Putin ni siquiera se permite disimular el desdén y la condescendencia que -al parecer- siente por su adulador?
Ahora hay que preguntarse por qué los ultratrumpistas que hay en el partido republicano y que se dicen patriotas, apoyan a Putin y así abandonan a la buena de Dios a su país y a la democracia occidental.
Pablo Neruda, poeta patriota, arremetía contra los patrioteros de salón cuando dejó dicho: “Patria, palabra triste, como ascensor”.
Con estos patriotas trumpistas, más que palabra triste, patria se convierte en llamado de urgencia.
A ver si alguien responde de una vez y por todas.