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(CNN) – Cuando Sherri Papini afirmó que fue secuestrada en el norte de California, los investigadores creyeron que estaban buscando a dos mujeres hispanas que hablaban español, tocaban música de mariachi y que la alimentaban principalmente con tortillas y arroz.

La elaborada historia de Papini sobre su secuestro en 2016, que los fiscales federales ahora alegan que era falsa, reforzó una serie de estereotipos racistas y la retórica antilatina que ha alimentado la división racial en Estados Unidos en los últimos años, dicen defensores y académicos.

“Cayó en estereotipos sobre la comunidad latina que prevalecen demasiado en la población en general, pero claramente, ella también contaba con que las fuerzas del orden se basaran en estereotipos”, dijo Thomas Saenz, presidente y consejero general de Mexican American Legal Defense and Educational Fund (MALDEF), un grupo latino legal de derechos civiles.

Casi seis años después de su desaparición en el condado de Shasta, la madre de dos hijos de 39 años fue acusada de hacer declaraciones falsas a un agente de la ley federal y por fraude postal, dijo el Departamento de Justicia. Si es declarada culpable, enfrenta hasta 25 años de prisión. Papini, quien fue arrestada la semana pasada, fue puesta en libertad bajo fianza y un juez federal le ordenó recibir tratamiento psiquiátrico el martes.

CNN se ha comunicado varias veces con Michael Borges, un abogado de Papini, para hacer comentarios.

En una declaración jurada de 55 páginas presentada la semana pasada en un tribunal federal, los fiscales detallaron lo que Papini le dijo a las autoridades después de que la encontraron. Ella le dijo a la policía que fue secuestrada y marcada por dos mujeres hispanas que la mantuvieron encadenada en un armario. Papini mencionó que las escuchó hablar sobre un comprador y que le pagaron por el secuestro, dice el documento.

Si bien Papini ofreció solo algunos detalles sobre sus presuntas secuestradoras, alegando que usaban máscaras y que ella no podía entenderles porque en su mayoría hablaban español, la forma en que describió su apariencia y comportamiento resaltó una visión sesgada de las latinas, dijo Stephanie L. Canizales, una profesor asistente de sociología en la Universidad de California en Merced.

Dos bocetos publicados por el FBI se basaron en la descripción de Papini de sus presuntas secuestradoras.

Ella le dijo a la policía que una de ellos usaba “esos grandes aretes de aro” y tenía cejas delgadas, “casi dibujadas”, según la declaración jurada. Un boceto basado en las declaraciones de Papini y publicado por el FBI mostraba a una de las mujeres con un pañuelo en la cara.

Canizales, quien ha investigado las causas y consecuencias del racismo contra los latinos, dijo que la descripción de Papini de las presuntas secuestradoras se alinea con la imagen de las mujeres mexicanas en las que los aros y los pañuelos están vinculados a la subcultura cholo/chola y la proximidad a la cultura de las pandillas.

No se puede ignorar el clima político en el momento del presunto secuestro falso, dijo Sáenz, presidente y consejero general de MALDEF. El sentimiento antilatino había estado aumentando y la historia de Papini probablemente lo influyó.

En 2015 y 2016, el expresidente Donald Trump centró parte de su campaña en comentarios ofensivos sobre los inmigrantes mexicanos, calificándolos de delincuentes. Para Sáenz, ese comportamiento finalmente dio “licencia” a quienes escucharon a Trump para “consentir abiertamente estereotipos raciales no solo sobre los inmigrantes mexicanos sino también sobre otros inmigrantes latinos y, en general, sobre la población latina, independientemente de su ciudadanía”.

El impacto en la comunidad latina

La búsqueda de Papini y sus reclamos a la policía en 2016 tuvieron un costo financiero y mental en un condado con una creciente comunidad hispana, dijo el alguacil del condado de Shasta, Michael Johnson.

Sherri Papini

En total, el costo de la investigación a cargo de las agencias de seguridad pública fue de aproximadamente US$ 150.000, dijo Johnson en un comunicado en Facebook la semana pasada. El caso también desvió recursos de casos reales con víctimas reales.

“Esta farsa no solo quitó recursos valiosos de asuntos de investigación criminal reales”, dijo el sheriff, “sino que en un momento en que hay casos graves de trata de personas con víctimas legítimas, Sherri Papini usó este trágico fenómeno social para ganar notoriedad y ganancias financieras”.

En un reporte de 2020, la organización contra la trata de personas Polaris dijo que miles de mujeres y niñas de México, América Central y comunidades latinas en EE.UU. son víctimas de la trata sexual y laboral en todo el país. En California, defensores y legisladores han dicho que la trata de personas es “desenfrenada”, “generalizada” y que muchas víctimas son mujeres negras e hispanas.

Bill García, un investigador privado que se ofreció como voluntario para ayudar a encontrar a Papini en 2016, dijo que el condado de Shasta se encuentra en la Interestatal 5, que se sabe que es un corredor para el tráfico entre México y Canadá. Eso me hizo creer que Papini podría ser un posible objetivo de trata como otras mujeres de la región.

La “racialización del crimen”  jugó un papel, dice académico

Algunas personas han hecho comparaciones entre el caso de Papini y el comportamiento que otras mujeres blancas han mostrado en pasadas interacciones controvertidas con personas de color.

En 2020, Amy Cooper, una mujer blanca, llamó a la policía por un hombre negro mientras observaba aves en el parque Central Park en Nueva York. El incidente, que fue parcialmente filmado y publicado en Facebook por el hombre, Christian Cooper (sin relación), se compartió ampliamente como otro ejemplo de personas blancas llamando a la policía por cosas mundanas. En la grabación, él permanece en silencio la mayor parte del tiempo, mientras ella le dice frenéticamente a la policía que la está amenazando a ella y a su perro.

Amy Cooper enfrentó un cargo menor por reportar falsamente un incidente a la policía, pero la Oficina del Fiscal del Distrito de Manhattan retiró el cargo el año pasado después de que completó clases de educación y terapia sobre equidad racial.

“Ella no estaba siendo amenazada, pero tenía muy interiorizado que ‘si un hombre negro me está hablando, estoy siendo amenazada y cuando le digo a la policía que un hombre negro me está amenazando, me creerá”, Canizales. dijo. “En el caso de Sherri Papini, ella estaba evocando el mismo tipo de racialización del crimen”.

Cuando Papini describió a sus presuntos secuestradores como mujeres mexicanas, tenía una confianza similar “en que nadie la cuestionaría porque el público ha aceptado que así es como se ve un criminal”, dijo Canizales.

Defensores y académicos dijeron que la noción de que los latinos son vistos como parte de una crisis migratoria o como delincuentes no se ha detenido ni desaparecido.

“Es una gran preocupación que estemos en 2022 y no estemos lidiando con menos, sino en muchos sentidos con declaraciones más abiertas de prejuicio racial contra la comunidad latina”, dijo Sáenz.