(CNN Business) –– Una nueva teoría de conspiración ha ganado popularidad entre algunas de las comunidades en línea que se formaron alrededor de QAnon: la misma que simultáneamente promueve Rusia como justificación para su invasión de Ucrania. Es la afirmación falsa de que Estados Unidos desarrolla armas biológicas en Ucrania y Vladimir Putin ha intervenido para destruirlas y salvar al mundo.
La profecía central de QAnon siempre ha sido que existe un “plan” y que el expresidente Donald Trump liberará al mundo de un grupo secreto, lo que culminará con el desenmascaramiento, el encarcelamiento o incluso la ejecución de los miembros de esa supuesta agrupación. Pero esa profecía se remonta a cuando Trump era de hecho presidente. Y ahora que ya no lo es, los creyentes se han convencido de que hay pruebas respecto a que el plan sigue vigente. Tal vez más que nunca, incluso. En la desinformación del Kremlin, algunos han visto esa esperanza.
Sí, hay laboratorios biológicos que Estados Unidos financia en Ucrania, eso es cierto. Pero no están construyendo armas biológicas. En realidad, es todo lo contrario: parte de la razón para crearlos fue asegurar las armas soviéticas que quedaron en las antiguas repúblicas que pertenecieron al Estado comunista. El Departamento de Estado de EE.UU. calificó las afirmaciones de tonterías. Mientras, los Gobiernos de EE.UU. y Ucrania han tratado repetidamente, y durante años ya, de desmentir las teorías de conspiración acerca de los laboratorios, así como de sobre el trabajo que realmente se realiza en ellos.
Una máquina de desinformación
Ahora bien, las falsedades de Rusia sobre laboratorios como estos no se han limitado a Ucrania. Afirmaciones similares se hicieron sobre un laboratorio en Tbilisi, Georgia, que luego se demostró que eran falsas. La Dra. Filippa Lentzos, codirectora del Centro de Estudios de Ciencia y Seguridad del King’s College de Londres, visitó el laboratorio junto a otros expertos y desacreditó las afirmaciones de Rusia. Ella le dijo a CNN que los rusos están difundiendo las mismas mentiras sobre los laboratorios en Ucrania.
Entonces, hay una máquina de desinformación trabajando aquí.
Y funciona un poco así. El Gobierno de Rusia hace declaraciones sugerentes, dejando migas de pan que son debidamente repetidas por los medios estatales oficiales de ese país y luego ––cada vez más importante–– por docenas de sitios web anónimos. De hecho, según EE.UU., algunas de esas páginas están vinculados a la inteligencia rusa. Las cuentas de las redes sociales impulsan la idea más allá, se basan en ella, la hacen más fantástica. Y esas afirmaciones más fantásticas en últimas las terminan recogiendo los medios oficiales rusos y el ciclo comienza de nuevo.
Rusia ha promovido varios fragmentos de desinformación sobre EE.UU. y las armas biológicas desde la Guerra Fría. Por ejemplo, ha divulgado infamemente la idea falsa de que EE.UU. fabricó el virus del VIH/SIDA.
Matt Field, editor de Bulletin of the Atomic Sciences, le dijo a CNN que la desinformación sobre los laboratorios biológicos que apoya Estados Unidos parece alcanzar su punto máximo cuando Rusia está bajo un mayor escrutinio internacional. Por ejemplo, las acusaciones acerca del laboratorio de Tbilisi surgieron en 2018, en medio del escándalo internacional después de que se descubrió que Rusia envenenó o a Sergei y Yulia Skripal en Salisbury, Inglaterra.
Los métodos utilizados para difundir este tipo de desinformación tampoco son nuevos. Antiguos agentes de la KGB han revelado que la agencia sembraba historias en publicaciones oscuras o pequeñas en países extranjeros, y luego esas historias eran citadas como fuentes en los medios oficiales de Rusia.
Ese proceso puede realizarse con más facilidad ahora. En vez de tomarse la molestia de convencer al editor de un periódico para que publique información falsa, Rusia puede publicarla en sitios web aparentemente independientes que se presentan como medios de comunicación, pero que no son más que partes del Kremlin. El Gobierno de EE.UU. ha identificado sitios web que trabajan en conjunto con el servicio de seguridad FSB de Rusia.
Rusia todavía siembra historias en medios reales también. Por ejemplo, en 2017, la revista estadounidense de izquierda Counterpunch detalló cómo había sido engañada para publicar artículos bajo la firma “Alice Donovan”. La cual confirmó después el Gobierno de EE.UU. era una identidad falsa administrada por la inteligencia militar rusa, GRU.
¿Necesita Rusia de QAnon?
Rusia no necesariamente necesita impulsar su desinformación a los seguidores de QAnon, porque los dos tienen suficientes intereses compartidos. Actualmente, muchos estadounidenses se encuentran en grupos en línea y siguiendo cuentas que se movilizaron en torno a QAnon: allí, la desinformación de Rusia a veces se acepta con entusiasmo.
En un programa estadounidense de radio afiliado a QAnon, que se transmitió en línea este lunes, un presentador leyó textualmente los informes de los medios estatales rusos sobre los laboratorios biológicos.
En el foro de discusión en línea del programa, una persona que intencionalmente había escrito mal la palabra “Patriot” para que incluyera la letra “Q” escribió: “Tuve el presentimiento de que estos bastardos se estaban preparando para lanzar otra arma biológica y necesitábamos que ALGUIEN pusiera fin a eso. Putin dio un paso al frente. En mi opinión, esto era parte de su trato con DJT”, en referencia a las iniciales de Donald. J. Trump.
“Un elemento central de los sistemas de creencias de la teoría de la conspiración es el refinamiento constante de las narrativas y las reacciones a eventos más amplios para respaldar la gran narrativa”, explicó a CNN Ciarán O’Connor, investigador del Instituto para el Diálogo Estratégico, un centro de estudios que analiza la desinformación.
Periodistas y funcionarios del Gobierno han intentado desacreditar las falsedades y difundir la verdad. Las grandes empresas tecnológicas también han tratado de detener la propagación de la teoría de conspiración en sus plataformas. Pero esas medidas hasta ahora no han sido un rival digno para el poder de la creencia y la campaña sostenida para promover esta teoría.
El martes, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China ayudó al esfuerzo ruso y sugirió que Estados Unidos estaba tramando algo nefasto en los laboratorios de Ucrania. El mismo funcionario, en 2020, promovió la idea de que el Ejército estadounidense llevó el covid-19 a China.