(CNN) – Cuando Jonathan Franks escuchó por primera vez que Brittney Griner, estrella del básquetbol de Estados Unidos, había sido detenida en Rusia, su sensación inicial fue de incredulidad.
Pero no era una incredulidad por el hecho de que hubiera sido detenida acusada de posesión de un poco de aceite de cannabis en un aeropuerto cercano a Moscú, sino por el hecho de que algún medio de comunicación occidental transmitiera los detalles de su presunto delito como si fuera un hecho.
“Se está informando de esto como si la gente se tomara en serio estas acusaciones”, dijo a CNN. “Creo que es un gran error informar de estas acusaciones como si fueran ciertas o incluso como si tuvieran posibilidades de serlo”.
Franks sospechó inmediatamente porque ha trabajado en nombre de numerosos ciudadanos estadounidenses que se han encontrado inesperadamente en situaciones similares con Gobiernos hostiles. Actualmente es el portavoz de la campaña por Trevor Reed, detenido en Rusia desde agosto de 2019.
Basándose en la escasa información que han proporcionado el Servicio Federal de Aduanas de Rusia y los medios de comunicación estatales, Franks está muy preocupado por el aprieto en el que se encuentra ahora Griner.
“Esto tiene muchos visos de ser una detención muy injusta y arbitraria”, explicó. “El video del servicio de aduanas ruso me pareció extraño. La están haciendo desfilar ante las cámaras. La foto de la ficha policial era completamente innecesaria y absurda”.
El Servicio de Aduanas ruso afirma que Griner “contrabandeaba cantidades importantes de sustancias estupefacientes” y dice que se está llevando a cabo una causa penal. Se mencionó una posible condena de 10 años de cárcel.
“La están haciendo parecer como un capo de la droga. Creo que es poco probable que la señora Griner tenga un juicio justo”, concluye Franks, “porque nadie tiene un juicio justo en Rusia. Es un juego amañado”.
En 2014, el periodista iraní-estadounidense Jason Rezaian fue detenido en Teherán. No podía saberlo en ese momento, pero le esperaba una larga estancia en la tristemente célebre prisión iraní de Evin: 544 días.
El periodista de The Washington Post fue finalmente liberado en enero de 2016, y en el caso de Griner ve muchos paralelismos con el suyo. “Es la toma de rehenes más audaz que puedas imaginar por parte de un Estado”, dijo Rezaian a CNN.
“Sé por mi propio caso que las supuestas acusaciones contra mí no se basaban en nada parecido a la realidad, y se utilizaron para perpetuar una narrativa sobre por qué estaba retenido”.
Al igual que Franks, Rezaian advierte que no se deben repetir las acusaciones contra Griner al pie de la letra.
“Creo que cada vez que los periodistas repiten esa narrativa, estamos haciendo parte del trabajo sucio de los secuestradores por ellos. Mi actitud es que Brittney Griner es inocente de cualquier delito hasta que el mundo vea lo contrario”, añade Rezaian.
Todavía no está claro cuándo fue detenida Griner en Rusia, pero fue en algún momento de febrero, cuando regresaba de Estados Unidos para competir con el UMMC Ekaterinburg, en la liga rusa de baloncesto.
Es la séptima temporada de Griner en Rusia, donde juega durante la temporada baja en Norteamérica. La noticia de su situación no llegó a Estados Unidos hasta el 5 de marzo, cuando Rusia reveló que la tenía retenida.
Solo entonces la esposa de Griner, Cherelle, comenzó a escribir sobre el tema en Instagram. “No hay palabras para expresar este dolor”, dijo. “Estoy sufriendo, estamos sufriendo”.
Si efectivamente puede ser clasificada como “rehén”, Griner se unirá a un club poco envidiable de alrededor de más de 50 ciudadanos estadounidenses que actualmente están retenidos como rehenes o detenidos injustamente en el extranjero.
Los activistas han estado trabajando para liberar a los estadounidenses Reed y Paul Whelan, que se encuentran en Rusia.
Aunque reconoce que la familia de Griner ha sufrido una enorme tensión emocional, Rezaian cree que deberían haber hablado antes.
“Cometieron el mismo error que veo que otros cometen una y otra vez, permitiendo que el posible secuestrador tome el control de la narrativa”, dice Rezaian.
“Desgraciadamente, vemos que la gente se dice a sí misma: ‘Todo esto es un gran error que va a desaparecer en unos días’. Suprimir su detención no le está haciendo ningún favor, estas cosas no se resuelven por arte de magia”.
El momento de la detención de Griner no podía ser peor, ya que fue detenida en la antesala de la invasión rusa de Ucrania y se hizo pública solo después de que Estados Unidos comenzara a sancionar al Gobierno de Rusia.
“No se pueden separar estas cosas unas de otras”, explicó Rezaian. “Intentar mantener las sutilezas diplomáticas en torno a estas situaciones puede ser en interés de la seguridad nacional de EE.UU., pero ciertamente no es en interés de Brittney Griner”.
Rezaian insta a la familia de Griner a hablar y anima a sus empleadores estadounidenses a hacer ruido.
Griner es dos veces campeona olímpica, siete veces All-Star con las Phoenix Mercury y una leyenda de la liga profesional femenina, la WNBA. Aunque su equipo y la liga han emitido breves declaraciones, Rezaian afirma que podrían y deberían hacer mucho más.
“La WNBA, que forma parte de la NBA, una de las ligas deportivas más grandes y poderosas de todo el mundo, tiene una verdadera responsabilidad con esta persona”, afirma. “Debería haber una respuesta contundente”.
En el vacío de información sobre la situación de Griner, algunos han tratado de llenar el espacio con comentarios sobre su relación con el baloncesto ruso y el acierto de su decisión de viajar allí en un momento en que las tensiones geopolíticas en la región parecían un barril de pólvora.
Es un sentimiento que huele a victimismo. “Es irrelevante”, dice Rezaian. “No es un argumento creíble”.
Franks es igualmente crítico. “Habría, podría, debería. Es un juego de mariscal de campo del lunes por la mañana, y no es útil”, dice. “La han acogido en ese país para trabajar. Para mí, eso es bastante descarado”.
Ambos dicen que Griner tenía todo el derecho a seguir trabajando como atleta profesional en Rusia, y el hecho de que un país en el que era muy conocida y celebrada la haya encerrado ahora solo hace más sospechosas las acusaciones contra ella.
Rezaian recuerda los innumerables viajes que hizo dentro y fuera de Irán durante un periodo de cinco años. “Nunca tuve problemas hasta que los tuve”, dice. “¿Es eso culpa mía? No, en absoluto”.
Es difícil predecir lo que depararán las próximas semanas y meses en el caso de Griner, pero Rezaian se basa en su propia experiencia para sugerir que Griner podría tener que prepararse para una larga estancia en Rusia.
“Puede resultar ser un maratón, no un sprint. Esperas que sea un sprint, pero conserva tu energía de manera que te beneficie a lo largo de este calvario”, dice.
En un podcast llamado “544 Days”, que publicó en octubre de 2021, Rezaian detalla la ansiedad, la incertidumbre y la monotonía de su detención en Irán. Dice que hizo la serie de audios en parte para trazar una hoja de ruta a las familias de otros ciudadanos que algún día puedan encontrarse en una situación similar.
“Intenté encontrar cosas de las que reírme cada día porque ciertamente hay mucho absurdo en estas situaciones”, añade.
“Eso no quita el horror y el terror de la misma, pero ¿lo absurdo de que una gran atleta estadounidense esté retenida por cargos infundados en los albores de una guerra cataclísmica en el otro lado del mundo? Es horroroso, pero también es una farsa a su manera”.
Franks sabe, por haber defendido a Reed, que Griner podría estar detenida durante un tiempo.
Insta a todos los que se preocupan por ella a que mantengan su caso en la palestra pública.
“Los aficionados al deporte pueden desempeñar un papel muy importante, porque creo que el Gobierno [estadounidense] no les escucha”, afirma Franks.
“¿Quieren que Brittney Griner vuelva a casa? ¿O Trevor Reed o Paul Whelan o cualquiera de los otros 50 rehenes? Yo sugeriría llamar a la Casa Blanca todos los días y decirles que quieres que el presidente Biden dé prioridad a la repatriación de los ciudadanos estadounidenses detenidos injustamente”.
Franks reitera que la familia de Griner debería hacer lo mismo. “Hay que tomar una decisión difícil sobre si hablar o no, pero hacer brillar una luz”, dice. “Si se tratara de mi ser querido, mi respuesta sería encender una luz. Siempre.
“La gente que hace detenciones indebidas es extrañamente sensible a los malos titulares”.