(CNN) – Cuando escuchas “cultura de las dietas”, probablemente pienses en modelos, películas y revistas.
Pero su alcance es demasiado insidioso como para limitarse al mundo del entretenimiento.
Gran parte del mundo tiene arraigada la idea de que controlar lo que se come y el movimiento para acercarse a un tipo de cuerpo ideal es el camino a seguir, aunque no lleve a elecciones saludables, afirma Sabrina Strings, profesora asociada de Sociología de la Universidad de California en Irvine.
“La gran mayoría del público está influenciado por la cultura de las dietas”, dijo Strings, autora de “Fearing the Black Body: The Racial Origins of Fat Phobia”. “Creo que es la experiencia global de nuestras vidas viviendo en Occidente”.
Aunque la cultura de las dietas puede contribuir a los trastornos alimenticios de muchas personas, incluso las que no tienen una afección diagnosticada suelen estar sometidas a la vergüenza, la intimidación, la restricción, el autocastigo y las relaciones negativas con su comida y su cuerpo a causa de la cultura de las dietas, dijo Jill Andrew, la primera persona negra abiertamente queer en ser elegida para la Asamblea Legislativa de Ontario y cofundadora de Body Confidence Canada.
A menudo los mensajes de la cultura de las dietas pueden sonar muy parecidos a los consejos de alimentación saludable, pero no son lo mismo, dijo Lauren Smolar, vicepresidenta de Programas de la Asociación Nacional de Trastornos Alimenticios. Y añadió que un primer paso importante es identificar si las elecciones dietéticas están guiadas por el cuerpo o por lo que la sociedad dice de él.
¿Qué es la cultura de las dietas?
Una aclaración importante: cuando estos expertos dicen “cultura de las dietas” no se refieren a tomar decisiones teniendo como prioridad la salud y el bienestar del cuerpo y la mente.
La cultura de las dietas se compone de las influencias y los mensajes que impactan nuestra forma de comer, basados en la presión cultural para alcanzar un tipo de cuerpo ideal, dijo Smolar.
Puede ser difícil saber cuándo y hasta qué punto la sociedad influye en nuestros hábitos alimenticios, dado el mensaje que dice que un cuerpo con menos grasa es más sano y que algunas formas de comer son moralmente mejores que otras.
“Cuando piensas en por qué comes o tienes ciertos comportamientos y pensamientos, ¿cuál es la razón que hay detrás?”. preguntó Smolar.
“¿Lo haces porque a tu cuerpo se le antoja esa comida y es lo que necesitas en ese momento para nutrirte? ¿O lo haces porque sientes que es lo correcto?”.
“¿Es que la sociedad te ha dicho que esa opción es la mejor, aunque tu cuerpo te diga que hay una opción diferente que necesita en este momento?”, dijo Smolar.
Cada cuerpo necesita diferentes cantidades de comida, diferentes niveles de actividad y diferentes tipos de alimentación; cualquier cosa que te diga que hay una manera correcta para todos es una trampa de la cultura de la dieta, dijo.
¿Cómo controla nuestro cuerpo?
Para Da’Shaun Harrison, la cultura de las dietas es una prisión.
A Harrison, que utiliza el pronombre “elle”, le dijeron que perdiera peso gran parte de su vida, hasta el punto de que cuando enfermó de menor y empezó a perder kilos a un ritmo preocupante, la enfermedad pasó desapercibida durante un tiempo.
En lugar de cuestionarlo, los que le rodeaban celebraban que su cuerpo fuera más pequeño, dijo Harrison, autor de “Belly of the Beast: The Politics of Anti-Fatness as Anti-Blackness”.
“La cultura de las dietas es la profunda orientación de nuestra sociedad hacia el intento de regular lo que la gente come como mecanismo o la regulación de lo que la gente pesa”, añadió Strings.
El control de la apariencia y el comportamiento de las personas y la priorización de una apariencia sobre otra puede afectar a todo el mundo, y se cruza particularmente con el racismo, el sexismo y la homofobia, dijo Harrison.
La cultura de las dietas promueve una gama muy limitada de apariencias que es aceptable para la sociedad y puede presionar a las personas para que se ajusten a esas pocas imágenes, aunque no incluyan su forma, género, raza e identidad sexual.
Y aunque algunos mensajes suenan como si estuvieran apoyando a esas comunidades u ofreciendo consejos médicos, en realidad pueden estar promoviendo la cultura de las dietas, dijo Strings.
Recuerda que cuando vivía en la zona de la bahía, en San Francisco, escuchaba anuncios en la radio que decían que los negros estaban estresados y no se cuidaban. El anuncio decía que tenían que perder peso, dijo.
“Afirman estar preocupados por la salud de los negros, pero lo que hacen es patologizarlos”, dijo.
¿Con qué sustituirlo?
Comer con alegría es una experiencia humana fundamental, y no debería permitirse que la cultura de las dietas la robe, dijo Strings.
“Deberíamos comer tarta, deberíamos comer pastel, deberíamos tener estas cosas, y no deberíamos sentir que no tenemos derecho a tenerlas”, dijo.
Eso no significa que no se piense en la nutrición, dijo Andrew, pero sí que se debe pensar en lo que se necesita mental y físicamente en lugar de en cómo otros quieren que una persona se vea. Castigarse con la comida puede llevar a una peor relación con la misma y a una mayor indulgencia con cosas que en realidad no nutren el cuerpo, añadió Andrew.
¿No sabes qué necesitas para nutrir tu cuerpo? Hay profesionales que pueden ayudar a determinar qué decisiones las dicta tu cuerpo y cuáles provienen de la cultura de las dietas que te rodea. Los terapeutas y dietistas que se especializan en trastornos alimenticias o en alimentación intuitiva son excelentes lugares para comenzar, dijo Smolar.
“Si has vivido toda tu vida en la cultura de las dietas y estás tratando de desprenderte de ella, a veces puede ser necesario el apoyo de un profesional para poder desactivar los mensajes de los que no eres consciente o para cambiarlos por ti mismo”, añadió.