Nota del editor: Peter Bergen es analista de seguridad nacional de CNN, vicepresidente de New America y profesor de práctica en la Universidad Estatal de Arizona. Su próximo libro de bolsillo es “The Cost of Chaos: The Trump Administration and the World”. Las opiniones expresadas en este comentario son suyas. Ver más opiniones en CNN.
(CNN) – Durante el fin de semana, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunió en Polonia con un grupo de refugiados ucranianos a quienes elogió como “un grupo de personas increíble”. Pero ¿dónde estaba Biden en lo que respecta a los refugiados de Afganistán que huían del Gobierno de los talibanes el verano boreal pasado?
Fue, por supuesto, Biden quien creó esa crisis de refugiados con su decisión mal meditada y mal ejecutada de retirarse unilateralmente de Afganistán, en agosto de 2021, dejando el país a merced de los talibanes.
Biden nunca ha visitado a ninguno de los refugiados afganos que, por sus decisiones, ayudó a crear.
La administración Biden tiene mucha más responsabilidad de ayudar a los refugiados afganos que a los ucranianos, ya que durante las últimas dos décadas se estima que más de 250.000 afganos han trabajado directamente con las Fuerzas Armadas estadounidenses o con funcionarios estadounidenses con sede en Afganistán. Todos ellos y sus familias corren el riesgo de sufrir represalias por parte de los talibanes.
Por supuesto, Estados Unidos debería hacer todo lo posible por los ucranianos que huyen de la guerra de tierra arrasada del presidente de Rusia, Vladimir Putin, pero hay un extraño doble estándar cuando se trata del enfoque de la administración Biden hacia los aliados afganos de Estados Unidos.
Por ejemplo: este jueves la administración Biden anunció 100.000 visas para refugiados ucranianos. Sin embargo, la Asociación de Aliados en Tiempos de Guerra, un grupo de defensa de los afganos que trabajaban para EE.UU., estimó que de los 81.000 solicitantes de visas especiales de inmigrante en Afganistán cuando los talibanes tomaron Kabul, 78.000 se quedaron atrás. Mientras tanto, la administración ha admitido alrededor de 75.000 refugiados afganos desde la toma del poder por parte de los talibanes. Pueden permanecer en EE.UU. al menos 18 meses.
Después de las escenas caóticas en el aeropuerto de Kabul cuando Estados Unidos se retiró el verano boreal pasado, en una entrevista con ABC News, Biden pareció desdeñar la situación en Afganistán y dijo: “La idea de que, de alguna manera, hay una manera de salir sin que se produzca el caos… No sé cómo pase eso”.
Cuatro meses después de que los talibanes se hicieran cargo de Afganistán, la administración Biden convocó la Cumbre por la Democracia de las democracias del mundo, un club del que alguna vez Afganistán formó parte. Pero ahora ya no.
La administración de Biden también proclama constantemente su apoyo a los derechos de las mujeres. Sin embargo, la semana pasada, los talibanes volvieron a negar la entrada a las escuelas afganas a las mujeres mayores de 12 años. Siete meses después de que los talibanes tomaron el poder, continúan prohibiendo que las niñas mayores de sexto grado asistan a la escuela. El Ministerio de Educación de los talibanes dijo que es porque aún no han diseñado un uniforme que cumpla con la ley sharia para las niñas. Para usar un bidenismo: “Eso es un montón de tonterías”.
La administración Biden habla mucho sobre defender la democracia y los derechos de las mujeres, pero permitió que los talibanes se apoderaran de Afganistán. Y ahora los talibanes han acabado con casi todos los elementos de una democracia liberal que alguna vez existió allí y también han restringido severamente los derechos de las mujeres.
La población de Afganistán y Ucrania es aproximadamente la misma: alrededor de 40 millones de personas. ¿Por qué abandonar 40 millones en un país e intentar salvar 40 millones de vidas en otro?
Por supuesto, es fantástico que Estados Unidos esté haciendo todo lo posible para salvar a Ucrania, pero el abandono de Afganistán por parte de la administración Biden, un país que ahora recibe escasa cobertura mediática, sigue siendo bastante sorprendente.