(CNN) – La noticia de que Elon Musk es ahora el mayor poseedor de acciones de Twitter y está listo para unirse al directorio del gigante de las redes sociales es interesante por muchas (muchas) razones.
Pero quizás el elemento más intrigante de la posición repentinamente poderosa de Musk dentro de Twitter es lo que significa para el expresidente Donald Trump, a quien se le prohibió el acceso al sitio desde principios de 2021, a raíz de los disturbios del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos.
Musk ha sido un abierto defensor de la libertad de expresión en la web y ha criticado lo que él ve como el silenciamiento de algunas voces por parte de las redes sociales. Debido a eso, algunos republicanos de alto perfil rápidamente presionaron a Musk para que reincorporara a Trump y a otros.
“¿El nuevo accionista mayoritario devolverá la libertad de expresión a Twitter?”, preguntó la representante republicana de Georgia Marjorie Taylor Greene, a quien Twitter suspendió una cuenta verificada a principios de este año. “Requerirá coraje porque el régimen está invirtiendo fuertemente en cierta industria y las amenazas sin duda vendrán. Sin embargo, la libertad de expresión restaurada nos permitirá a todos derrotarlas”.
Twitter dijo esta semana que no se realizarían cambios inmediatos en su política de exclusión y que la incorporación de Musk al directorio de la compañía no cambiaría eso. “Nuestras decisiones de política no están determinadas por la junta o los accionistas, y no tenemos planes de revertir ninguna decisión de política”, dijo la compañía en un comunicado.
Que, bueno, está bien. Por ahora.
Pero si Musk convenciera a Twitter de que reconsiderara su exclusión de Trump, le daría un gran salvavidas al expresidente.
Primero considera el lento desastre que es Truth Social, la alternativa conservadora de Trump a Twitter. A pesar de las promesas de que el sitio estaría en pleno funcionamiento a fines de marzo, la lista de espera para obtener acceso al sitio sigue siendo larga y abrumadora. Reuters reportó a principios de esta semana que dos altos ejecutivos de Truth Social habían dejado sus puestos.
Ha sido claro durante mucho tiempo —como cuando escribí cuando Trump anunció por primera vez Truth Social— que el mundo, e incluso el mundo conservador y pro-Trump no clamaba por OTRO sitio de redes sociales dirigido a ellos.
Trump está actualmente atado a este barco que se hunde sin una buena salida. Después de todo, no se puede presentar una empresa como una revolución fundamental en la forma en que los conservadores se comunican entre sí y luego simplemente alejarse de ella.
A menos, por supuesto, que Twitter te reintegre. Si bien esto aún requeriría algo de gimnasia retórica para tener sentido dado a lo que Trump ha dicho sobre Twitter y Truth Social, no es un hombre que no esté dispuesto a contradecirse o retractarse de lo que dijo en el pasado.
Y está esto: Trump claramente extraña Twitter, mucho.
Sus declaraciones, que publica con una frecuencia de ametralladora todos los días, se leen, todavía, como sus viejos tuits. Una portavoz del expresidente, Liz Harrington, captura cada una de las declaraciones de Trump y las tuitea desde su propia cuenta.
Trump aprovecharía la oportunidad de volver al sitio de redes sociales —y recuperar sus 88 millones de seguidores— ya que él a) ha luchado para replicar la influencia que tenía a través de la plataforma y b) sabe cuán esencial ha sido Twitter para construir y mantener su personalidad.
“Gané”, dijo Trump poco después de su victoria de 2016 en una entrevista con CBS News. “Creo que las redes sociales tienen más poder que el dinero que gastaron, y creo que, hasta cierto punto, lo demostré”.
Trump no ha olvidado esa lección. Y le encantaría volver a Twitter antes de que comience la carrera de 2024.