París (CNN) — Para la segunda vuelta presidencial en Francia, Emmanuel Macron volverá a enfrentarse a Marine Le Pen. Esta es la segunda elección consecutiva en que miden sus fuerzas. Pero, la mujer que desafía al actual mandatario no es la misma candidata que perdió por casi dos votos a uno en 2017.
Ahora Le Pen, de 53 años, forma parte de la Asamblea Nacional de Francia en representación de Calais, la ciudad en la costa cerca del Reino Unido que ha tenido dificultades para lidiar con los inmigrantes que se dirigen a Gran Bretaña.
El legado familiar que recibió Marine Le Pen
Es mejor conocida como miembro de la primera familia francesa de extrema derecha. Su padre, Jean-Marie Le Pen, fundó el Frente Nacional en 1972, un partido político que durante mucho tiempo se consideró racista y antisemita. Cuando la joven Le Pen tomó las riendas como líder del partido, en 2011, intentó cambiar el nombre de Frente Nacional a uno más popular. Al punto que incluso expulsó a su padre del partido político que él había fundado después de que él repitiera su afirmación de que las cámaras de gas nazis no habían sido más que un detalle de la historia.
Sin embargo, Le Pen comparte los puntos de vista de su padre sobre la inmigración. En su campaña fallida contra Macron, intentó posicionarse como una especie de Donald Trump en Francia, afirmando representar a las olvidadas clases trabajadoras francesas que han sufrido a raíz de la globalización y el progreso tecnológico.
“Detener la inmigración descontrolada”
Pero su postura nacionalista económica, sus perspectivas sobre la inmigración, el euroescepticismo y sus posiciones sobre el islam en Francia ––quiere que sea ilegal que las mujeres lleven velo en público–– resultaron impopulares entre el electorado francés. Lo que resultó en su derrota durante la primera contienda contra Macron.
Si bien “detener la inmigración descontrolada” y “erradicar las ideologías islamistas” continúan siendo las dos principales prioridades de su plataforma, Le Pen ha buscado ampliar su atractivo.
En las semanas previas a la primera vuelta electoral, Le Pen hizo una intensa campaña en temas de finanzas personales. A menudo comenzó sus entrevistas y apariciones en medios de comunicación explicándoles a los votantes cómo los ayudaría a enfrentar la inflación y el aumento de los precios del combustible, temas muy importantes para el público francés.
La estrategia parece haber funcionado. Le Pen obtuvo mejores resultados en la primera vuelta de 2022 que hace cinco años. Y los sondeos de la encuestadora Ifop sugirieron que una segunda vuelta entre Macron y Le Pen podría estar entre un 53% y un 47% a favor del mandatario.
Los desafíos que enfrenta Marine Le Pen
Pero algunas de las otras posiciones políticas de Le Pen podrían afectarla en la segunda vuelta debido a la guerra en Ucrania. Durante mucho tiempo ha sido una abierta admiradora de Vladimir Putin, el hombre que se ha convertido en un paria en Occidente por la decisión de atacar Ucrania. Le Pen visitó a Putin durante su campaña presidencial de 2017, pero esta vez se vio obligada a desechar un volante que tenía una foto de ella y de Putin de ese viaje anterior.
Su aversión previa a la OTAN ––la plataforma de campaña de Le Pen en 2017 incluía sacar a Francia de la Alianza–– también podría ser un lastre. Encuestas recientes de IFOP muestran que el 67% del público francés no cree que el país deba abandonar la OTAN.
Melissa Bell y Joseph Ataman, los dos de CNN, contribuyeron a este informe.