(CNN Español) – El gobierno de Ecuador informó este martes que “no puede garantizar” que el exvicepresidente Jorge Glas no se fugue del país tras haber salido de prisión el domingo luego de que un juez aceptara un recurso de habeas corpus por razones médicas y de seguridad. Glas salió de prisión tras cuatro años y medio de su detención dentro de la trama de sobornos de Odebrecht.
El ministro del Interior, Patricio Carrillo, insistió en que es necesario que la Justicia determine que Glas porte un dispositivo de vigilancia electrónica que apoye al trabajo de la Policía en su custodia, de lo contrario se vuelve más complicado el control de sus movimientos fuera de prisión.
Carrillo informó que, tras su salida de la cárcel de Latacunga, Glas es custodiado por la policía desde fuera de su domicilio en Guayaquil, pero que no puede hacer nada más si el sentenciado no porta un grillete electrónico para su vigilancia y monitoreo, algo que el juez no lo dispuso en su fallo.
“Haremos el esfuerzo que la ley nos permita, pero dentro de esos límites siempre habrá una posibilidad (de fuga). Al 100% no se puede garantizar, pero vamos a hacer el esfuerzo”, precisó el ministro Carrillo, aunque sin presentar pruebas o indicios claros de un intento de fuga. Carrillo dijo que tampoco puede revelar el trabajo que haga el servicio de inteligencia en torno a la situación de Glas.
En una conversación con periodistas en el Palacio de Carondelet, el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, dijo que las autoridades son “conscientes de lo que significaría para el país y este gobierno la fuga del señor Glas”, señalando que están “seguros del nivel de inestabilidad, convulsión y conmoción que generaría” esa supuesta fuga.
Según Edison Loayza, abogado de Glas, el exvicepresidente estaba sufriendo una “grave situación de salud” dentro de la cárcel y a eso se sumaba la violencia penitenciaria que ponía en riesgo su seguridad y por tanto la aceptación del habeas corpus era procedente.
Consultado por CNN, Loayza respondió que el exvicepresidente no tiene intención se fugarse del país.
“Estamos tranquilos. No hay ninguna intención o indicio de que el ingeniero Glas quiera fugarse del país. Él está saliendo a centros médicos a realizarse exámenes y controles de su salud. La Policía le ha reforzado la seguridad y para él mejor que eso esté ocurriendo. Él sigue cumpliendo su condena fuera de la cárcel”, dijo Loayza a CNN.
El ministro Jiménez aseguró que “no hay un pacto político” entre el gobierno de Guillermo Lasso y el correísmo para respaldar una salida de Glas de prisión a cambio de gobernabilidad y apoyos en la Asamblea para la aprobación de leyes. “El Estado tiene la obligación de vigilar a Jorge Glas. A nadie le interesa que este señor se escape”, enfatizó.
El presidente Lasso, a través de un mensaje en Twitter, reiteró que no existe ningún acuerdo o pacto que haya permitido la salida de Glas de la cárcel.
“Yo no pactaría jamás con la corrupción, no hemos pactado con la corrupción (…) Han dicho algo que no es verdad, no tengo ninguna simpatía por el señor Glas”, insistió Lasso.
Glas fue vicepresidente durante los gobiernos de Rafael Correa y Lenín Moreno. Con Moreno estuvo en la vicepresidencia pocos meses antes de que le retirara sus funciones y fuera procesado dentro de la trama de sobornos de la constructora Odebrecht.
Glas cumplía una sentencia de ocho años de prisión por los delitos de asociación ilícita (2017) y cohecho agravado (2020) asociados con la trama Odebrecht. Según la Fiscalía, estas dos sentencias estaban ejecutoriadas y una tercera sentencia por el delito de peculado se encuentra pendiente de una apelación. Glas cumplía una pena de 8 años de reclusión, según la institución.
En diciembre de 2016, Odebrecht se declaró culpable ante la corte del Distrito Este de Nueva York de conspirar para violar las previsiones antisoborno de la Ley de Prácticas Corruptas en el Exterior (FCPA, por sus siglas en inglés) mediante una trama que supuso el pago de casi US$ 800 millones en sobornos a funcionarios públicos de 12 países, incluido Ecuador.
La Fiscalía insistió en que durante los procesos ha quedado demostrada la comisión de los delitos por los que Glas fue sentenciado, aunque este ha sostenido frecuentemente que fue “sentenciado sin pruebas” y que los casos en su contra son parte de una persecución política.
El gobierno informó que dispuso al Servicio de Atención de Personas Privadas de Libertad (SNAI) que presente una apelación al fallo que permitió la excarcelación del exvicepresidente y que este podría ser un camino para “revertir” una sentencia a la que considera irregular y abusiva del derecho.