Nota del editor: Frida Ghitis, (@fridaghitis) exproductora y corresponsal de CNN, es columnista de asuntos mundiales. Es colaboradora semanal de opinión de CNN, columnista del diario The Washington Post y columnista de World Politics Review. Las opiniones expresadas en este comentario le pertenecen únicamente a su autora.
(CNN) – Estados Unidos y sus aliados de la OTAN han evitado una confrontación directa con Rusia hasta ahora, pero aunque puedan evitar la batalla militar en Ucrania, es casi seguro que se producirán otros enfrentamientos.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, es muy consciente de que Occidente, liderado por Estados Unidos, se ha convertido en el arsenal de la defensa de Ucrania contra la invasión rusa. Esa defensa ha convertido hasta ahora la “operación militar especial” de Putin en una experiencia humillante para el hombre fuerte ruso que, como otros líderes autoritarios, no se toma bien la humillación.
Por eso es muy probable que Putin busque vengarse de Estados Unidos.
Funcionarios de inteligencia de Estados Unidos creen que Putin está ahora dispuesto a actuar de forma más agresiva contra Estados Unidos, posiblemente tomando acciones más arriesgadas contra la democracia estadounidense. Esta información procede de entrevistas realizadas por CNN y otras organizaciones de noticias con múltiples fuentes familiarizadas con las evaluaciones de los servicios de inteligencia de EE.UU.
La evaluación de inteligencia no ha concluido que Putin haya tomado una decisión u ordenado una operación hasta ahora, pero la Casa Blanca ha advertido a las empresas privadas que refuercen su seguridad contra el hackeo ruso. Por supuesto, ese es solo uno de los puntos que podría atacar Rusia.
Un Putin furioso, exasperado por la debacle en Ucrania, al parecer también arremete contra sus propios asesores. El grupo de investigación Bellingcat dice que Putin ha llevado a cabo una purga “estalinista”, con más de 100 funcionarios de inteligencia removidos de sus puestos en los últimos días. Y no hay duda de que Putin también está furioso con la OTAN, con Estados Unidos y con el propio presidente Joe Biden.
Aunque Putin tiene muchos objetivos posibles, quizá ninguno sea más prominente, más atractivo y más familiar que un sistema político estadounidense que está más caótico que en cualquier otro momento de la memoria moderna. La magullada democracia de Estados Unidos, marcada por sus dolorosas divisiones políticas, está expuesta para ser explotada. Dado que Putin ha explotado esas divisiones en el pasado, parece cada vez más probable que intente hacerlo de nuevo.
Y las divisiones políticas no solo enfrentan a demócratas y republicanos, sino que también se agudizan dentro del Partido Republicano. En Georgia, por ejemplo, los partidarios de la Gran Mentira, la falsa afirmación de que las elecciones de 2020 fueron robadas al expresidente Donald Trump, abuchearon al gobernador Brian Kemp, un republicano acérrimo que se enfrenta a un desafío en las primarias de un candidato elegido a dedo por el expresidente.
Putin ya interfirió en las elecciones de 2016. Múltiples investigaciones, incluida la del exfiscal especial Robert Mueller, descubrieron que Rusia interfirió de “forma amplia y sistemática”, buscando ayudar a Trump a llegar a la presidencia.
Dado que Trump parece considerar que las menciones a la interferencia electoral rusa ponen en duda la legitimidad de su victoria electoral en 2016, podría complicar los esfuerzos para advertir al público estadounidense si Putin lanza una campaña para interferir en las elecciones intermedias de 2022 o en las presidenciales de 2024.
No ayudó mucho a la causa de Trump el hecho de que hace apenas dos semanas ofreciera públicamente a Putin una forma de tomar represalias contra Biden, lo que convenientemente se ajusta a las futuras ambiciones políticas de Trump. En una entrevista con la cadena conservadora Just the News, Trump sugirió que Putin debería encontrar trapos sucios sobre los supuestos negocios turbios del hijo del presidente Biden, Hunter Biden en Rusia, una acusación hasta ahora no probada. La petición se produjo mientras Rusia bombardeaba a la población civil ucraniana, lo que provocó investigaciones internacionales sobre posibles crímenes de guerra.
Fue una llamada que recordó al infame mensaje de Trump en 2016, “Rusia, si estás escuchando…” – pidiendo a Rusia que ayudara a encontrar los correos electrónicos de la entonces candidata presidencial demócrata Hillary Clinton. Trump afirma que solo estaba bromeando y, sin embargo, cinco horas después de eso, según la investigación de Mueller, los hackers que trabajan para la inteligencia militar de Rusia hackearon al menos más de 50 computadoras del Partido Demócrata, robando correos electrónicos que luego se publicaron con una sincronización exquisitamente perjudicial para el máximo daño a la campaña de Clinton.
Entonces, ¿qué hará Putin esta vez?
Todas las noches, los canales de televisión controlados por el Estado ruso debaten animadamente sobre el tema. Malek Dudakov, un politólogo ruso, ofreció recientemente su estrategia preferida contra Occidente: “Con Europa, las guerras económicas deberían tener prioridad. Con Estados Unidos, deberíamos trabajar para amplificar las divisiones y … profundizar la polarización”.
Evgeny Popov, un presentador de la televisión estatal rusa que también es miembro de la Duma, el parlamento de Rusia, declaró que es el momento de pedir a los estadounidenses que lleven a cabo un cambio de régimen en Estados Unidos antes de que termine el mandato de Biden y “ayuden de nuevo a nuestro socio Trump a ser presidente”.
Con la televisión rusa impulsando regularmente a las figuras republicanas, especialmente a Trump, al tiempo que desprecia a Biden, algunos republicanos, sobre todo los más devotos del expresidente, pueden tener más dificultades para rechazar la propaganda del Kremlin.
Putin podría lanzar nuevas armas con las que atacar la democracia estadounidense. Pero, si finalmente decide interferir en las elecciones de Estados Unidos, es casi seguro que sacará a relucir su viejo libro de jugadas, que ha desplegado en Estados Unidos y otros países. Sus agentes y sus partidarios probablemente difundirán desinformación, lanzarán ciberataques y aumentarán el volumen de las voces a favor de Putin en Estados Unidos.
Como han señalado los observadores de Rusia, los televidentes rusos están recibiendo grandes dosis de Tucker Carlson y otros estadounidenses de ultraderecha en sus programas nocturnos. Carlson, un presentador de Fox News con altos índices de audiencia, está devolviendo el favor, amplificando la propaganda rusa en su programa tan recientemente como la semana pasada. Es un bucle de retroalimentación tóxica de desinformación que sirve a los objetivos de Putin en Rusia y en Estados Unidos.
Cuando funcionarios rusos, por ejemplo, afirmaron falsamente que Estados Unidos estaba financiando laboratorios biológicos en Ucrania para que ésta pudiera atacar a Rusia, la Casa Blanca y otros advirtieron que esto podría ser el precursor de que Rusia utilizara armas químicas en Ucrania y luego culpara a Kyiv. Pero, en su programa, Carlson repitió la historia del Kremlin. Entonces, la televisión rusa transmitió clips de Carlson en Fox News tratando de dar credibilidad a la mentira rusa. Con ello, la desinformación se extendió en Estados Unidos y se consolidó en Rusia.
Además de una respuesta enérgica por parte del gobierno de Estados Unidos, el pueblo estadounidense tiene un papel que desempeñar para defenderse de otro probable ataque de Rusia. Los problemas de Putin en Ucrania exigen una mayor vigilancia y un estrecho escrutinio de la información, especialmente cuando repite la propaganda rusa.
Por supuesto, todas las partes en un conflicto tratan de elaborar su propia narrativa, pero es el Kremlin el que tiene el patrón bien establecido de mentir, avivar las hostilidades y difundir desinformación. Parece bastante probable que Putin intente con más ahínco poner a los estadounidenses en contra, buscando venganza por la ayuda de Estados Unidos a Ucrania. El ambiente actual en Estados Unidos hace que eso parezca una victoria fácil para Putin, pero tal vez los estadounidenses, después de ver las atrocidades de Putin en Ucrania, opongan algo de resistencia.