(CNN) – Once días después de los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de EE.UU., y solo tres días antes de que Joe Biden asumiera el cargo como el 46º presidente, la representante de Georgia Marjorie Taylor Greene envió un mensaje de texto a Mark Meadows, secretario general del entonces presidente Donald Trump.
“En nuestro chat privado con solo diputados, varios están diciendo que la única manera de salvar nuestra República es que Trump pida la ley Marshall (sic). No sé sobre esas cosas. Solo quiero que se lo digan. Se robaron esta elección. Todos lo sabemos. Lo siguiente es que destruyan nuestro país. Por favor, dile que desclasifique todo lo posible para que podamos ir tras Biden y cualquier otro”, escribió Greene a Meadows el 17 de enero de 2021.
El mensaje es uno de los más de 2.000 mensajes de texto que Meadows envió o recibió entre el día de las elecciones de 2020 y la toma de posesión de Biden obtenidos por CNN. (Meadows no pareció responder a este mensaje de Greene).
Primero lo primero: se escribe ley “marcial”, no ley “Marshall”. Y por si te saltaste algunas clases de civismo en el bachillerato, invocar la ley marcial significa esencialmente poner a los militares al mando en lugar de a las autoridades civiles. Normalmente se utiliza solo en casos de guerra o desastre natural. No es el tipo de cosa que se dice a la ligera, o al menos, que se debería decir a la ligera, especialmente si no se sabe cómo se escribe.
Ahora, vamos a dar un paso atrás y considerar el contexto de por qué Greene impulsó la idea de la ley marcial.
El Capitolio de Estados Unidos había sido invadido por aquellos que negaban los resultados de las elecciones de 2020 menos de dos semanas antes de que Greene enviara a Meadows este mensaje de texto. Varias personas perdieron la vida y más de 100 agentes de policía resultaron heridos. Era la primera vez que el edificio del Capitolio había sido asaltado desde la guerra de 1812.
Fue, en definitiva, una catástrofe. Un hecho, cabe destacar, que Greene pareció reconocer mientras se desarrollaba el 6 de enero. “Mark me acaban de decir que hay un tirador activo en el primer piso del Capitolio. Por favor, dile al presidente que calme a la gente. Esta no es la manera de resolver nada”, decía un mensaje a Meadows ese día.
Y, fue un cataclismo construido sobre, bueno, nada. No existía en ese entonces, ni se ha encontrado hasta ahora, ninguna prueba de fraude electoral generalizado del tipo que alegó Trump.
La defensa de Greene de la posibilidad de invocar la ley marcial también parece contradecir, o al menos cuestionar, el testimonio que dio el viernes pasado bajo juramento sobre precisamente esa cuestión en una audiencia sobre si debería ser inhabilitada para buscar la reelección este año debido a su papel en el asalto del 6 de enero.
Como señaló Marshall Cohen de CNN, Greene dijo que no “recordaba” y no podía “recordar” si alguna vez había abogado por el uso de la ley marcial como una forma de que Trump conservara el poder.
La idea de la ley marcial había sido planteada por aliados de Trump durante el período poselectoral, sobre todo por el exasesor de seguridad nacional Michael Flynn. La idea se había planteado incluso en una polémica reunión del Despacho Oval a la que Flynn asistió en diciembre de 2020.
El hecho de que Greene y, según su mensaje, “varios” miembros del Congreso siguieran intentando que la Casa Blanca declarara la ley marcial apenas unos días antes de que un nuevo presidente juramentara el cargo habla de hasta dónde estaban dispuestos a llegar para socavar directamente la transición pacífica del poder y, bueno, la democracia en general.
El asalto violento en el Capitolio de Estados Unidos no disuadió a Greene y a sus partidarios de impulsar falsas teorías electorales. Les dio poder para ir aún más lejos, como muestran estos mensajes. Una cosa aterradora.
Si quieres leer en detalle las revelaciones de los mensajes de texto reportadas en exclusiva por CNN, haz clic aquí para ver la investigación en inglés.