Londres (CNN Business) – Europa finalmente propuso sancionar el petróleo de Rusia, pero una vez más no llegó a usar su arma más poderosa: sancionar el gas natural de Rusia.
Este miércoles, la Comisión Europea presentó un sexto paquete de sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania, que incluye un plan para eliminar gradualmente todo el crudo y los productos derivados del petróleo para fin de año.
El embargo de petróleo aún puede modificarse para dar a países como Hungría más tiempo para adaptarse, pero los funcionarios de la Unión Europea insisten en que se avecinan sanciones.
Europa apuntó por primera vez a las vastas reservas de energía de Rusia el mes pasado cuando anunció que eliminaría gradualmente las importaciones de carbón ruso, por un valor de unos 8.000 millones de euros (US$ 8.400 millones) al año, para agosto.
Hasta ahora, las sanciones han evitado las exportaciones de gas natural de Rusia, que se prevé que generen alrededor de US$ 80.000 millones en ingresos fiscales para Moscú este año, según Rystad Energy.
Eso sería pedirle mucho más a Europa, que obtuvo el 45% de sus importaciones de gas natural de Rusia el año pasado, una participación mucho mayor que el petróleo. Pero sancionar el gas asestaría un duro golpe a la economía rusa y socavaría severamente la capacidad del presidente Vladimir Putin para financiar su guerra. Un embargo total de gas por parte de los aliados occidentales reduciría el PIB de Rusia en casi un 3%, según muestra un análisis del Instituto Kiel para la Economía Mundial, publicado antes de la invasión.
Europa es el principal cliente de gas de Rusia, y la mayor parte se distribuye a través de gasoductos. Eso dificultaría que Rusia desviara suministros a otros países si el bloque cerrara los grifos.
La primera ministra de Lituania, Ingrida Šimonytė, anunció el mes pasado que su país sería el primero en cortar los lazos con el gas “tóxico” de Rusia.
Un “nuevo mundo de dolor económico”
Es poco probable que el resto de Europa siga, al menos no por un tiempo, pero está tratando de reducir el consumo en un 66% para fines de este año y romper su dependencia por completo para 2027.
Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg Bank, le dijo a CNN Business que esos objetivos eran “difíciles pero posibles”, pero no cree que Europa vaya mucho más allá y adopte sanciones formales sobre el gas.
“Si obtenemos el embargo completo, entonces, por supuesto, estaríamos hablando de una probable recesión en la eurozona”, dijo.
La dependencia del gas ruso varía enormemente en todo el bloque. Una ruptura repentina significaría un desastre para algunos países de la Unión Europea, incluidas las principales economías como Alemania e Italia. Alemania dependió de Rusia en casi el 46% de su consumo de gas en 2020 e Italia casi un 41%.
Como resultado, los analistas de S&P Global Commodity Insights no esperan que las sanciones de la Unión Europea sobre el gas natural ruso lleguen antes de 2024.
“[Probablemente] serían una reducción gradual en lugar de un recorte abrupto”, Kaushal Ramesh, analista senior de Rystad Energy, le dijo a CNN Business.
“Y probablemente incorporarían flexibilidades para las exenciones para algunos de los países más dependientes”, agregó.
Hay, por supuesto, otra forma en que Europa puede tener que hacer frente a una pérdida repentina de gas ruso. Moscú podría cerrar los grifos.
El gigante energético estatal Gazprom dijo la semana pasada que había cortado el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, cumpliendo la amenaza del presidente Vladimir Putin de detener las entregas a países “no amistosos” que deben abrir dos cuentas en Gazprombank, una en euros y la segunda en rublos, con las que se harían los pagos por el gas.
Parece improbable que haya más cortes por ahora, aunque no imposibles, y continúa un enfrentamiento tenso. Los funcionarios de la Unión Europea y los gobiernos europeos insisten en que se deben cumplir los contratos, pero algunas compañías de energía están explorando si el nuevo acuerdo de pago podría ser compatible con las sanciones occidentales.
Aun así, la voluntad de Rusia de cerrar los grifos ha inquietado a los países que dependen de sus exportaciones. Ramesh piensa que la Unión Europea está entre la espada y la pared.
Las sanciones sobre el gas significarían un “mundo completamente nuevo de dolor económico”, dijo, pero eso debería “equilibrarse con la idea de que Rusia detenga unilateralmente los flujos”.
“[Este] es un escenario de incertidumbre duradera”, agregó.
Si bien los países vecinos han intervenido para compartir sus suministros de gas con Polonia y Bulgaria, una respuesta similar podría ser más difícil de orquestar bajo un embargo en toda la Unión Europea.
Las instalaciones de almacenamiento de gas del bloque están llenas en un 34%, según datos de Gas Infrastructure Europe. Eso es normal para la época del año, pero solo será suficiente para llegar hasta fines de 2022 sin importaciones adicionales.
“Entonces tendríamos problemas el próximo invierno”, dijo Schmieding.
Europa está diversificando rápidamente sus fuentes de energía en un intento por evitar el desastre. Las importaciones de gas natural licuado (GNL) alcanzaron un máximo de cinco años en abril, y los flujos de gas de Noruega aumentaron un 17% desde la semana pasada, dijo Rystad Energy.
¿Podrá Alemania hacer frente?
Hasta ahora, Alemania se ha mostrado reacia a ir tras el gas de Rusia. Es el mayor comprador del mundo, según datos de la Administración de Información de Energía de EE.UU.
La economía más grande de Europa ha reducido la participación de Rusia en sus importaciones de gas al 40% desde el 55% antes de la guerra en Ucrania, pero dice que necesita seguir comprándole a Moscú durante los próximos meses para evitar una recesión profunda.
“Sabemos que existe una dependencia del gas natural de Rusia, es una realidad. Necesitamos tiempo para reducir esta dependencia”, dijo Christian Lindner, ministro de Finanzas de Alemania, a Julia Chatterley de CNN el lunes.
El distribuidor de gas alemán Uniper dijo la semana pasada que no puede prescindir del gas ruso a corto plazo.
“Esto tendría consecuencias dramáticas para nuestra economía”, dijo la compañía en un comunicado.
Un embargo total de gas causaría graves daños a la industria manufacturera de Alemania, que consume mucha energía. Alrededor de 550.000 puestos de trabajo y el 6,5% de la producción económica anual podrían perderse este año y el próximo, según un análisis realizado por cinco de los principales institutos económicos del país.
Incluso una eliminación más gradual infligiría dolor. Los temores de una escasez de suministro han provocado que los precios de la gasolina al por mayor se disparen desde que Rusia invadió Ucrania, lo que ayudó a impulsar la inflación de los precios al productor, ese es el precio de los bienes que salen de las fábricas, por encima del 30% en marzo, el nivel más alto en 73 años.
Los precios en la puerta de la fábrica también están alimentando la inflación de los precios al consumidor, que alcanzó un máximo de 41 años ese mismo mes.
El país aumentó las importaciones de GNL y está acelerando la construcción de terminales de GNL, dijo el Ministerio de Economía en marzo. Esto, junto con otros esfuerzos para diversificar y ahorrar energía, permitiría a Alemania reducir la participación de Rusia en su consumo de gas a solo el 10% para 2024, dijo.
¿Drenando el cofre de guerra de Rusia?
Las sanciones de la Unión Europea sobre el gas de Rusia golpearían el corazón de la economía del país. Es el mayor exportador de gas natural del mundo, con el 74% destinado a clientes europeos, según la EIA.
A pesar de que los países están reduciendo rápidamente sus importaciones, el aumento vertiginoso de los precios de la energía en los últimos 12 meses ha sido una bendición para Rusia.
La Unión Europea importó 44.000 millones de euros (47.000 millones de dólares) en combustibles fósiles rusos en los dos primeros meses de la guerra en Ucrania, según muestra un informe del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio. Eso es más del doble del valor importado por la Unión Europea durante el mismo período del año pasado, dijo a CNN el analista principal de CREA, Lauri Myllyvirta.
Los futuros del gas natural europeo cotizaban por encima de los 106 euros (US$ 112) por megavatio hora el jueves, un 25% más que el día anterior a la invasión, según datos de Refinitiv.
Rusia también ha logrado aumentar las entregas de su petróleo crudo a la India en las últimas semanas, ya que se ha impuesto un embargo de facto entre bancos, comerciantes y transportistas. India compró alrededor de 25 millones de barriles de crudo de los Urales de Rusia entre el comienzo de la invasión y fines de abril, en comparación con los aproximadamente 11 millones de barriles de todo el año pasado, según muestran los datos de la firma de análisis de materias primas Kpler.
Pero desviar sus entregas de gas natural sería una tarea mucho más difícil. La mayor parte del gas de Rusia fluye por gasoductos, que tardan años en construirse.
Kateryna Filippenko, analista principal de suministro global de gas en Wood Mackenzie, le dijo a CNN Business que “simplemente no hay infraestructura” para que Rusia desvíe gas a Asia.
“Potencialmente podrían enviar más GNL hacia Asia, pero la capacidad de GNL es bastante limitada”, agregó.
Rusia planea construir nuevos oleoductos desde Siberia a Asia, dijo Schmieding, pero esto llevaría mucho tiempo.
“Probablemente para cuando suceda, la demanda global, en reacción a los altos precios ahora, será significativamente más baja de lo que habría sido de otra manera”, dijo.
– Mark Thompson y Jack Guy contribuyeron con el reportaje.