CNNE 1207971 - prueba hepatitis covid
La hepatitis en niños es un "misterio médico" pero se están investigando las causas, dice el Dr. Huerta
04:43 - Fuente: CNN

(CNN) – Los casos de una hepatitis repentina y de origen desconocido en niños han aumentado a 621 en 34 países, informó el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades este jueves.

Aproximadamente la mitad de esos casos se registran en solo dos países: Estados Unidos y el Reino Unido. Este jueves, investigadores de ambas naciones señalaron que trabajaban con diligencia para obtener respuestas.

Una de sus primeras tareas ha sido intentar descifrar si estos casos de daños hepáticos repentinos y a menudo graves en niños representan un verdadero aumento con respecto a los años anteriores. La respuesta es que depende de dónde se mire.

El Reino Unido tiene mejores datos sobre sus casos de hepatitis que muchos otros países, porque solo atiende a niños con enfermedades hepáticas en tres hospitales nacionales.

“La atención para estos niños está muy centralizada”, señaló Diedre Kelly, profesora de hepatología pediátrica en la Universidad de Birmingham, Reino Unido, durante una rueda de prensa este jueves, que organizó Science Media Centre, una empresa independiente sin fines de lucro.

Kelly indicó que en un año normal atiende a unos 20 niños que desarrollan hepatitis repentinamente sin una causa obvia para su inflamación hepática. Este año, ha registrado 176 casos de este tipo, un aumento de casi 8 veces.

Pero, esto contrasta con los países europeos. Kelly dijo que recientemente participó en un estudio que contabilizó los casos de hepatitis infantil en los centros de especialidades hepáticas de toda Europa, y “no registraron absolutamente ningún aumento en la cifra de casos de hepatitis aguda y grave” ni tampoco en los trasplantes de hígado, en comparación a los años anteriores.

Kelly dice que aún intentan averiguar qué significa eso. “O bien Europa está retrasada frente a nosotros y todavía debe ponerse al día, o se trata de un fenómeno que no se produce en el continente”, dijo.

En Estados Unidos, los casos de hepatitis de origen desconocido no se reportan de manera habitual ante las autoridades de salud pública. Lo que dificulta saber si los 180 casos que se investigan implican un aumento con respecto a lo que los médicos registran normalmente.

En una llamada de los CDC para médicos este jueves, Amanda Ingram, epidemióloga del Departamento de Salud Pública de Alabama, dijo que los investigadores estatales registraron un incremento en todo el estado de los ingresos a las salas de urgencias de niños con hepatitis, ictericia e insuficiencia hepática durante aproximadamente un mes, entre el 21 de noviembre y el 25 de diciembre de 2021.

Alabama fue el primer estado en alertar una serie de 9 casos de hepatitis de origen desconocido en niños.

Ahora bien, los investigadores no tienen una prueba irrefutable. Pero han sido capaces de llegar a algunas conclusiones y reducir las causas probables que buscan.

En ese sentido, señalan que con base en los cuestionarios que recopilaron de los casos han podido descartar hasta ahora el contacto con los perros como un posible factor de las enfermedades, indicó el Dr. Calum Semple, pediatra y profesor de pediatría y epidemiología en la Universidad de Liverpool.

Muchos de los menores estudiados tienen perros como mascotas o informaron un contacto reciente con estos animales, por lo que esa posibilidad estaba inicialmente en la lista. Pero, tras un estudio más profundo, los investigadores dicen que se descartó como factor.

“Hemos analizado con mucho cuidado la información de control de los casos, también la de los niños con una enfermedad grave y la de los que no la tienen, y no hay ninguna diferencia entre ellos en cuanto a los contactos con perros”, señaló Semple.

Aunque no se ha descartado por completo el covid-19, cada vez parece menos probable que haya algún vínculo con la hepatitis.

“No creo que hayamos descartado el covid-19 por completo”, aclaró Semple. “Lo que digo es que creo que el covid-19 está bajando en la lista” de posibilidades que se evalúan, “y el adenovirus y los virus relacionados con los adenovirus y otros similares están subiendo en la lista”, añadió.

Sin embargo, esto no significa que la pandemia, con el distanciamiento social, las mascarillas y otros cambios de comportamiento, no tenga algo que ver con todo esto. Es muy posible que, tras casi dos años de exposición mínima a las infecciones, nuestro sistema inmunológico se comporte de forma diferente.

Los investigadores del Reino Unido examinan las respuestas de las células T en los niños afectados para observar si hay alguna activación inusual de estas defensas inmunitarias en las infecciones que, por lo demás, son corrientes.

Alrededor del 70% de los niños del Reino Unido y más de la mitad de los de EE.UU. dieron positivo en las pruebas sanguíneas de adenovirus 41F. Lo que hace que la asociación sea difícil de ignorar.

Sin embargo, los investigadores no están seguros de que si les hicieran pruebas a niños de la misma edad y del mismo sexo que no tuvieran hepatitis encontrarían un número diferente de menores con adenovirus en la sangre. Eso se conoce como un estudio de casos y controles. Y Will Irving, profesor de virología de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, dijo que los datos podrían llegar en breve.

“El adenovirus es la principal posibilidad en este caso, pero necesitamos más datos para estar convencidos, al menos yo”, mencionó.

Los científicos son escépticos porque el adenovirus 41 no suele ser un gran protagonista en lo que respecta a las infecciones de virus. Ni siquiera está entre los 10 principales adenovirus que afectan a las personas cada año, dijo Ingram.

“Es muy difícil saber si esta es la causa, que instintivamente creeríamos que no lo es, o si fue un desencadenante en el niño que era susceptible por alguna otra razón”, añadió Kelly.

En los casos de Alabama, los niños con una enfermedad más grave ––que acabaron necesitando un trasplante de hígado–– tenían los niveles más altos de adenovirus en la sangre. lo que sugiere una relación de dosis-respuesta, algo que los investigadores buscan cuando tratan de entender si dos fenómenos que están asociados tienen alguna relación porque uno ha causado el otro o por simple coincidencia.

Sin embargo, curiosamente, aunque muchos de los niños dan positivo en las pruebas de adenovirus en la sangre, en las muestras de su tejido hepático destruido no se suele encontrar ningún virus.

Los investigadores dicen que no saben qué significa esto, pero afirman que es inusual. Por ejemplo, cuando el adenovirus 5 ataca el hígado y se observan las células hepáticas en el microscopio: “Las células del hígado están absolutamente llenas de nuevas partículas de adenovirus. Así que no hay duda de que el propio virus está infectando los hepatocitos y matándolos. Todavía no tenemos ese vínculo”, insistió Irving.

De manera que hay un par de factores a tener en cuenta, dijo Irving. Puede que el virus no esté actuando solo. O puede que esté desencadenando una reacción inmunológica perjudicial.

En Alabama, al 75% de los casos ––9 de 12 niños identificados actualmente con hepatitis repentina de origen desconocido–– se les detectó más de un virus en el momento de su enfermedad.

Además del adenovirus 41, los niños dieron positivo a virus conocidos por causar infecciones de las vías respiratorias superiores, como rinovirus, enterovirus, virus sincitial respiratorio (VSR), un tipo de coronavirus OC43, metapneumovirus humano y rotavirus, que suele causar diarrea. Ninguno dio positivo en una infección actual por covid-19.

Lo que se puede concluir a partir del estudio detallado de los niños de Alabama es que estaban muy enfermos.

Casi todos habían vomitado, más de la mitad tenían diarrea y fiebre. Casi todos tenían el claro de los ojos de color amarillo o un tinte naranja amarillento en la piel, un síntoma llamado ictericia.

Al menos en el Reino Unido, no parece haber vínculos geográficos o sociales entre los casos. Lo que significa que los niños no se conocen entre sí, ni viven en las mismas zonas. “En realidad es algo esporádico”, dice Kelly.

Si la hepatitis la está causando una infección, o un grupo de infecciones, pero no se da en niños de la misma zona: ¿qué significa eso?

Irving, el virólogo, cree que eso podría significar que muchos, muchos niños y tal vez también adultos estén infectados. Pero, para la mayoría, esas infecciones no generan problemas hepáticos graves.

“Lo que nos lleva a preguntarnos qué tienen de especial estos niños” a los que se les diagnostican problemas hepáticos, dijo Irving.

Para ello, los investigadores están recurriendo a la genética con el fin de desentrañar el misterio que hay detrás de estos casos. Ya hay varios proyectos en marcha para estudiar los rasgos genéticos de los menores afectados y de sus padres, para ver si tenían algún factor de riesgo no reconocido de cara sus problemas hepáticos.

Aunque el rompecabezas de estos casos es fascinante, los investigadores dicen que intentan mantener a las familias afectadas al centro de su trabajo.

“No debemos olvidar que hay 170 familias [en el Reino Unido] que están muy angustiadas por esta misteriosa enfermedad que caso tantos problemas a sus hijos, y recibir un trasplante de hígado es un acontecimiento que cambia la vida”, dijo Semple.