(CNN) – Los temibles depredadores como el T. rex y los imponentes dinosaurios de cuello larguísimo, como el Brachiosaurus, eran criaturas de sangre caliente del mismo modo que las aves y los mamíferos, según un nuevo e innovador estudio.
La cuestión de si la sangre que corría por las gigantescas estructuras de los dinosaurios era caliente o fría, como la de los reptiles, es una que lleva mucho tiempo preocupando a los paleontólogos. Conocer este dato fundamental podría arrojar luz sobre la vida de estas criaturas prehistóricas de forma significativa.
Los animales de sangre caliente tienen un alto índice metabólico: toman mucho oxígeno y necesitan muchas calorías para mantener su temperatura corporal, mientras que los de sangre fría respiran y comen menos.
“La cuestión de si los dinosaurios eran de sangre caliente o fría es una de las más antiguas de la paleontología, y ahora creemos que tenemos un consenso, que la mayoría de los dinosaurios eran de sangre caliente”, dijo la autora principal del estudio Jasmina Wiemann, investigadora postdoctoral en el Instituto de Tecnología de California, en un comunicado de prensa.
Los intentos recientes de responder a esta pregunta han sugerido que los dinosaurios eran de sangre caliente, pero esos resultados, que implicaban el análisis de los anillos de crecimiento o las señales de isótopos químicos en los huesos, eran ambiguos porque la fosilización puede cambiar estos marcadores. Además, esas técnicas de análisis dañan los fósiles, lo que dificulta la creación de un gran conjunto de datos.
Sin embargo, Wiemann y sus colegas idearon un nuevo método y, en su opinión, más definitivo, para evaluar el metabolismo de un dinosaurio.
¿Es la respuesta definitiva?
Los investigadores se fijaron en los residuos que se forman cuando el oxígeno es inhalado en el cuerpo y reacciona con las proteínas, los azúcares y los lípidos. La abundancia de estas moléculas de desecho, que aparecen como manchas de color oscuro en los fósiles, escala en función de la cantidad de oxígeno ingerido y es un indicador de si un animal es de sangre caliente o fría.
Las moléculas también son extremadamente estables y no se disuelven en el agua, lo que significa que se conservan durante el proceso de fosilización.
Wiemann y su equipo analizaron el fémur (hueso del muslo) de 55 criaturas diferentes, incluyendo 30 animales extintos y 25 modernos. Entre las muestras había huesos de dinosaurios, reptiles voladores gigantes llamados pterosaurios, reptiles marinos como los plesiosaurios y aves, mamíferos y lagartos modernos.
Los científicos utilizaron un método llamado espectroscopia infrarroja, que se centra en las interacciones entre las moléculas y la luz. Esta técnica les permitió cuantificar el número de moléculas de residuos en los fósiles. A continuación, el equipo comparó esos resultados con las tasas metabólicas conocidas de los animales modernos y utilizó esos datos para inferir las tasas metabólicas de las criaturas extintas.
Los hallazgos
Las primeras generaciones de paleontólogos habían agrupado a los dinosaurios con los reptiles, lo que hacía suponer que tenían una apariencia y un estilo de vida reptil. Actualmente, la mayoría de los paleontólogos concuerdan en que los dinosaurios eran mucho más parecidos a las aves tras el descubrimiento en la década de 1990 de fósiles emplumados, que llevó a entender que las aves modernas descienden directamente de los dinosaurios.
El estudio, que se publicó este miércoles en la revista académica Nature, descubrió que las tasas metabólicas de los dinosaurios eran típicamente altas y en muchos casos más altas que las de los mamíferos modernos, que suelen tener una temperatura corporal de alrededor de 37 °C, y más parecidas a las de las aves, que tienen una temperatura corporal promedio de alrededor de 42 °C.
“Con nuestra nueva evidencia de un metabolismo ancestral de nivel aviar en todos los dinosaurios y pterosaurios, todos los dinosaurios de sangre caliente probablemente tenían altas temperaturas corporales, comparables a las de las aves modernas”, dijo Wiemann por correo electrónico.
Sin embargo, hubo notables excepciones. Los dinosaurios clasificados como ornitisquios, un orden caracterizado por caderas parecidas a las de los lagartos y que incluye criaturas reconocibles al instante como el Triceratops y el Estegosaurio, evolucionaron para tener tasas metabólicas bajas comparables a las de los animales modernos de sangre fría.
“Los lagartos y las tortugas se sientan al sol y toman el sol, y puede que tengamos que considerar una termorregulación ‘conductual’ similar en los ornitisquios con tasas metabólicas excepcionalmente bajas. Los dinosaurios de sangre fría también podrían haber tenido que migrar a climas más cálidos durante la estación fría, y el clima podría haber sido un factor selectivo para el lugar donde algunos de estos dinosaurios podían vivir”, dijo Wieman.
Se ha propuesto que tener una tasa metabólica elevada es una de las razones por las que las aves sobrevivieron a la extinción masiva que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años. Sin embargo, Wiemann dijo que este estudio indicaba que esto no era cierto: muchos dinosaurios con capacidades metabólicas excepcionales similares a las de las aves se extinguieron.
La investigación “cambiará drásticamente” la forma de interpretar la biología y el comportamiento de muchos animales extintos, dijo Jingmai O’Connor, conservador asociado de reptiles fósiles en el Museo Field de Chicago, que no participó en el estudio.
“Considero que estos resultados son bastante definitivos. Los métodos de Wiemann son meticulosos y se han probado a fondo”, dijo.
“Algunos dinosaurios eran de sangre caliente, éste era el estado ancestral, pero otros evolucionaron secundariamente a ser ectotérmicos (de sangre fría). La siguiente pregunta es por qué y qué significa esto sobre su comportamiento, ecología y evolución”.