(CNN) – Hoy debería haber sido un día alegre en la escuela Robb, ya que los niños debían celebrar el último día de clases antes de las vacaciones de verano. En cambio, las familias de 19 estudiantes y dos profesores en Uvalde, Texas, están planeando los funerales para sus seres queridos asesinados en un tiroteo. Cientos de compañeros de clase están traumatizados por una atroz matanza.
Los cadáveres de nueve víctimas del tiroteo escolar más mortífero de Estados Unidos en casi una década fueron entregados a las funerarias el miércoles por la noche, según dijo el juez Lalo Díaz a CNN. El resto serán entregados el jueves, dijo.
Y casi 48 horas después, siguen existiendo serios interrogantes sobre cómo un joven de 18 años con un rifle de asalto entró en la escuela, qué hicieron las fuerzas del orden en respuesta y cómo el tirador pudo permanecer dentro hasta una hora antes de que un equipo táctico finalmente forzara su entrada y lo matara.
“Estamos tratando de establecer cada línea de tiempo en cuanto a cuánto tiempo estuvo el tirador dentro del aula, cuánto tiempo tuvo lugar el tiroteo, pero en este momento, no hemos sido capaces de establecer eso”, dijo este jueves por la mañana el portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Chris Olivarez.
El atacante, de 18 años, identificado como Salvador Ramos, supuestamente envió el martes un mensaje a una chica sobre su plan de ataque minutos antes de que se iniciara, y luego entró en la Escuela Primaria Robb, en Uvalde, Texas, con un rifle AR-15 y permaneció dentro hasta una hora. Se atrincheró en un aula y abrió fuego contra los alumnos y los profesores, según las autoridades, y más tarde las fuerzas del orden lo mataron.
Un socorrista que se encontraba en el lugar de los hechos y prestaba ayuda médica a una estudiante que salía de la escuela se enteró de que su hija, Amerie Jo Garza, había sido asesinada, dijo Ángel Garza a CNN. Histérica y cubierta de sangre, la niña herida dijo que había visto cómo mataban a su mejor amiga, y que la niña se llamaba Amerie.
Luchando contra las lágrimas y sosteniendo una foto enmarcada de su hija recibiendo un premio del cuadro de honor, el socorrista dijo que mientras se producía el tiroteo ella intentó llamar al 911 con el teléfono móvil que le habían regalado hace dos semanas por su décimo cumpleaños.
“Murió tratando de salvar a sus compañeros de clase”, dijo Garza. “Ella solo quería salvar a todos”.
La comunidad de Uvalde se une a una creciente lista de estadounidenses devastados por la violencia con armas de fuego, en particular los tiroteos en escuelas. La masacre en la Escuela Primaria Robb es al menos el tiroteo número 30 en una escuela K-12 (que imparten educación primaria, secundaria y preparatoria) este año, según un recuento de CNN. También es el tiroteo escolar más mortífero desde que 26 personas murieron en 2012 en la Escuela Primaria Sandy Hook.
El apoyo ha inundado la comunidad que se tambalea por la tragedia del martes. La gente lloró y se abrazó en una vigilia el miércoles por la noche mientras sonaba “Amazing Grace”. Los residentes de Uvalde, Del Río y otros pueblos cercanos también esperaron al menos tres horas para donar sangre el miércoles para reponer el suministro en los hospitales locales, dijo Mohammed Sayed, director de Reclutamiento de Donantes para South Texas Blood & Tissue.
“Esto es algo que no nos tomamos a la ligera”, dijo Catherine Álvarez, de 20 años, quien hizo cola con su madre durante horas a pesar de que no puede donar sangre por motivos de salud. “En esta comunidad todos somos familia y si uno está de luto, todos estamos de luto”.
La tragedia de Uvalde ha generado indignación de las familias de las víctimas de anteriores ataques con armas de fuego y de los funcionarios que dicen que la falta de intervención solo conducirá a más ataques.
“Hay gente allí sentada en un mismo lugar en una comunidad diferente [a la que] yo estaba. Hoy, mañana, estarán en una funeraria, tristemente, planeando un entierro”, dijo a CNN Neil Heslin, cuyo hijo Jesse murió en el tiroteo de Sandy Hook.
Las familias identifican a sus seres queridos
Mientras se inician los preparativos para el funeral, un país desconsolado se entera de quiénes eran varias de las víctimas, entre ellas las profesoras Eva Mireles e Irma García, que habían impartido clases juntas durante cinco años.
García, esposa y madre de cuatro hijos, era “dulce, amable y cariñosa”, según una campaña de GoFundMe creada para recaudar fondos para los gastos del funeral y las necesidades de la familia. “Se sacrificó protegiendo a los niños de su clase. Era una heroína. Era amada por muchos y realmente se la echará de menos”, dice la campaña.
Mireles llevaba 17 años dando clases y “era un alma vivaz” que “contagiaba la risa y la alegría allá donde iba”, dijo su pariente Amber Ybarra a CNN.
“Ella te hacía sentir como si estuviera enseñando solo a tu hijo”, dijo Erica Torres, cuyo hijo, Stanley, estaba en sus clases de tercer y cuarto grado. “Como si no hubiera más estudiantes que él. Te hacía sentir muy bien”.
José Flores Jr., de 10 años, también murió en el tiroteo, dijo su padre José Flores Sr. a CNN. Era la “pequeña sombra” de su madre, dijo. José Jr. rebosaba de energía y le encantaba jugar al béisbol y a los videojuegos, dijo su padre.
Lexi Rubio, de 10 años, había entrado en el cuadro de honor y había recibido el premio al buen ciudadano solo unas horas antes de que la mataran a tiros, dijeron sus padres Félix y Kimberly Rubio a la CNN.
“Le dijimos que la queríamos y que la recogeríamos después del colegio. No teníamos ni idea de que esto era un adiós”, escribió Kimberly Rubio en un post, en Facebook.
Eliana “Ellie” García, de nueve años, estaba entre los muertos, según confirmaron sus familiares a la filial de CNN, KHOU. Le encantaba la película “Encanto”, ser animadora y jugar al baloncesto, y soñaba con convertirse en maestra, dijeron sus abuelos, Rogelio Lugo y Nelda Lugo, al LA Times.
La estudiante de tercer grado Annabell Guadalupe Rodríguez, de 10 años, y su primo murieron el martes, según confirmaron sus familiares a la filial de CNN, KHOU. El nombre de la prima no ha sido revelado.
El atacante envió mensajes sobre sus intenciones antes de la masacre
Antes de comenzar su matanza, Ramos supuestamente envió mensajes a una jovgen que vive en Alemania sobre sus intenciones.
Se quejaba de que su abuela estaba “al teléfono con AT&T abojt (sic) mi teléfono”, según las capturas de pantalla revisadas por la CNN y una entrevista con la chica de 15 años, cuya madre dio permiso para que fuera entrevistada.
“Es molesto”, le envió un mensaje de texto.
Minutos después, envió un mensaje de texto: “Acabo de disparar a mi abuela en la cabeza”, seguido inmediatamente por el mensaje: “Voy a disparar en una escuela primaria [ahora mismo]”.
La chica empezó a chatear con Ramos en una aplicación de redes sociales el 9 de mayo, según declaró a CNN. Ramos le enviaba vídeos de selfies y hablaba de un plan para visitarla en Europa, según muestran los vídeos y los mensajes de texto.
El atacante le disparó a su abuela, de 66 años, en la cara antes de conducir hasta la Escuela Primaria Robb, donde estrelló su coche en una zanja cercana, según las autoridades. La abuela se encuentra en estado grave desde el miércoles, según las autoridades.
Una vez que llegó a la escuela, se encontró con un agente de la Policía del distrito escolar, dejó caer una bolsa de municiones y entró en la escuela, dijo el sargento Erick Estrada, del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS). A continuación, Ramos se atrincheró en dos aulas contiguas y abrió fuego, dijo el teniente del DPS, Chris Olivarez.
El tirador estuvo en la escuela entre 40 y 60 minutos antes de que las fuerzas del orden entraran por la fuerza y lo mataran, dijo el miércoles el director del DPS de Texas, Steven McCraw, en una conferencia de prensa.
Ramos estuvo en un enfrentamiento con las fuerzas del orden durante unos 30 minutos después de disparar contra estudiantes y profesores, dijo el representante Tony Gonzales, cuyo distrito incluye Uvalde.
“Luego se detiene y se atrinchera. Ahí es donde hay una especie de calma en la acción”, dijo Gonzales a CNN. “Todo esto, entiendo, duró alrededor de una hora, pero aquí es donde hay una especie de pausa de 30 minutos. Sienten que lo tienen atrincherado. El resto de los alumnos de la escuela salían en ese momento”.
Ramos había abandonado la escuela secundaria local, no tenía antecedentes penales ni de salud mental, según las autoridades. Acababa de cumplir 18 años y había comprado legalmente dos rifles tipo AR-15 y balas por su cumpleaños. Su abuelo dijo el miércoles que no sabía que Ramos tenía armas.
“Si lo hubiera sabido, lo habría denunciado”, dijo Rolando Reyes.
Lo que ocurrió fuera de la escuela
Un equipo táctico de la Patrulla Fronteriza fue el que pudo finalmente entrar por la fuerza en la escuela y matar al sospechoso, dijo el director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Steven McCraw.
El jefe de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, Raúl Ortiz, dijo que entre 80 y 100 agentes respondieron al tiroteo y actuaron de inmediato.
“No dudaron. Idearon un plan. Entraron en el aula y se ocuparon de la situación lo más rápidamente posible”, dijo Ortiz.
El largo tiempo de respuesta, así como la falta de comunicación con el público, crearon una situación caótica fuera de la escuela mientras los padres llegaban, desesperados por saber si sus hijos seguían vivos. Un padre dijo que había oído disparos y exigió entrar.
“Éramos cinco o seis padres, escuchando los disparos, y (los agentes de policía) nos decían que retrocediéramos”, dijo a The Washington Post Javier Cazares, padre de un alumno de la escuela primaria Robb. “No nos preocupamos por nosotros. Queríamos asaltar el edificio. Decíamos: ‘Vamos’, porque así de preocupados estábamos, y queríamos sacar a nuestros bebés”.
Más tarde, Cazares supo que su hija de 9 años, Jacklyn, era una de las víctimas.
Los videos publicados en las redes sociales muestran a los adultos enfrentándose a los agentes de la ley e instándoles a entrar y encontrar al pistolero o a dejarles entrar ellos mismos. La cronología del video, y si el pistolero seguía vivo en ese momento, no está clara.
Olivarez, el portavoz del DPS, dijo que los agentes presentes en el lugar de los hechos mantuvieron a la gente alejada y establecieron un perímetro para evitar más pérdidas de vidas humanas. Sin embargo, dijo que entendía las frustraciones de los padres.
“Puedo decirles ahora mismo, como padre, que yo también quería entrar”, dijo. “Pero es una situación volátil”.
El distrito escolar gastó más de US$ 450.000 en seguridad
El distrito escolar de Uvalde contaba con un plan de seguridad que incluía su propia fuerza policial, el control de las redes sociales y un sistema de denuncia de amenazas para “proporcionar un entorno seguro” a los estudiantes.
El documento de dos páginas en el sitio web del Distrito Escolar Independiente Consolidado de Uvalde enumera 21 medidas diferentes que dice haber emprendido para la seguridad de la comunidad escolar, que van desde una aplicación para denunciar el acoso escolar hasta medidas de seguridad física como el vallado y un sistema de puertas con timbre. No está claro hasta qué punto el plan se desarrolló teniendo en cuenta a los tiradores activos.
Los registros muestran que el distrito gastó alrededor de US$ 200.000 en servicios de seguridad y monitoreo en 2017-18 y esa cifra aumentó a más de US$ 450.000 en el año escolar 2019-20. El distrito empleó a cuatro oficiales de policía, incluyendo un jefe, un detective y dos oficiales. El distrito también contaba con personal de seguridad adicional “que patrulla las entradas de las puertas, los aparcamientos y los perímetros de los campus”.
El plan incluía un “sistema de notificación de amenazas” para que “los estudiantes, los padres, el personal y los miembros de la comunidad” compartieran la información que se considerara “preocupante”, que podía incluir información “sobre armas, amenazas, peleas, drogas, autolesiones, suicidios o revelaciones hechas que fueran preocupantes”. La política establece que los informes pueden hacerse a través del sitio del distrito o a un miembro del personal del distrito.
El plan de seguridad también hace referencia a los simulacros de cierre. “Los estudiantes reciben formación sobre el Protocolo de Respuesta Estándar para el bloqueo, el cierre, la evacuación, el refugio y la retención. Además, se realizan simulacros para cada una de estas acciones de emergencia de forma regular”.
Otras dos escuelas, Uvalde High School y Anthon Elementary, tienen vestíbulos de seguridad, aunque no está claro si Robb tenía uno.
El impacto del tiroteo de Uvalde se siente en todo el país
A medida que aumenta el número de víctimas de los tiroteos masivos en Estados Unidos, los supervivientes y las familias de las víctimas de ataques anteriores han movilizado una red para ayudar a otros a superar el trauma.
“Sostendremos sus manos y sus corazones rotos todo el tiempo que podamos y continuaremos el camino con ellos durante el resto de sus vidas si quieren que estemos allí”, dijo Sandy Phillips, quien perdió a su hija hace casi 10 años durante un tiroteo masivo en un cine de Aurora, Colorado.
“Siempre recomendamos que inicialmente reciban asistencia psicológica por trauma, que van a necesitar para tratar los síntomas de Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) que tendrán por esto”, dijo a CNN. Su hijo fue uno de los primeros en acudir a Uvalde para ayudar y también estuvo allí el día que murió su hermana.
Mientras las familias de Uvalde están abrumadas por el dolor, las autoridades de la ciudad de Houston se enfrentan a peticiones para que se cancele la reunión anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), que se celebrará allí este fin de semana. Pero la ciudad no puede cancelar su acuerdo con la NRA, citando obligaciones contractuales, dijo el alcalde de Houston, Sylvester Turner.
Aun así, instó a los legisladores y funcionarios a no participar en el evento y dijo que la NRA debería posponerlo.
“Ciertamente no tienen que venir, y creo que sería respetuoso para las familias que están planeando los funerales de sus hijos que no vinieran”, dijo Turner. “No deberían venir”.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, que tiene previsto intervenir en la conferencia de la NRA, argumentó el miércoles que el endurecimiento de las leyes de armas no es una “solución real” y dijo que las autoridades estatales están discutiendo cómo mantener la seguridad en las escuelas y abordar a las personas con problemas de salud mental.
En su conferencia de prensa, el gobernador y otros funcionarios se enfrentaron al candidato demócrata a la gobernación, Beto O’Rourke.
“Esto depende de usted, hasta que decida hacer algo diferente”, dijo O’Rourke a Abbott, calificando de predecible el tiroteo en Uvalde. “Esto seguirá ocurriendo. Alguien tiene que defender a los niños de este estado o seguirán siendo asesinados, como lo fueron ayer en Uvalde”.
Funcionarios del ámbito nacional también se han pronunciado sobre el tiroteo del martes, entre ellos la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., la doctora Rochelle Walensky, que lo calificó como “un recordatorio de que la violencia con armas de fuego es una grave amenaza para la salud pública que hay que abordar”, según un comunicado.
Funcionarios estatales en otros estados están prometiendo actuar tras el ataque de la Escuela Primaria Robb en Texas. El gobernador de California, Gavin Newsom, anunció el miércoles que los legisladores estatales planean acelerar varios proyectos de ley de control de armas que entrarían en vigor a finales del próximo mes, dijo.
En el estado de Nueva York, que fue sacudido por un tiroteo masivo en Buffalo hace menos de dos semanas, la gobernadora Kathy Hochul quiere elevar la edad mínima para comprar un arma en el estado, de 18 a 21 años, dijo.
“¿Se supone que debo dejar todas las banderas a media asta? Siguen a media asta desde Buffalo. No, no quiero”, dijo Hochul durante una conferencia de prensa el miércoles. “Así que aprovechamos esta rabia, hablamos de lo que podemos hacer. Trabajamos con nuestros legisladores”.
Con información de Nikki Carvajal, Dakin Andone, Jamiel Lynch, Andy Rose, Elizabeth Joseph, Sara Smart, Amanda Jackson, Carroll Alvarado, Maegan Vazquez, John Bonifield, Isabele Chapman, Daniel A. Medina, Curt Devine, Jeff Winter, Priscilla Alvarez, Joe Sutton, Jennifer Henderson y Gregory Krieg.