(CNN) – La ciudad sueca de Malmö lleva el lenguaje sucio a un nuevo nivel en su más reciente esfuerzo por limpiar la basura de las calles.
Con la instalación de basureros parlantes que emiten mensajes de audio subidos de tono después de que se les echa la basura, las autoridades esperan que aumente el número de residuos que se depositan.
Los peatones que tiran la basura en uno de los dos cubos del puente Davidshallsbron de la ciudad son recompensados con un mensaje muy positivo de una sensual voz femenina, que ofrece una serie de respuestas.
“¡Ah, ahí mismo, sí!”, “¡Vuelve pronto y hazlo otra vez!” y “Mmm, un poco más a la izquierda la próxima vez” son algunos de los mensajes programados.
Aunque el enfoque seductor es una táctica nueva, los basureros con voz no son una novedad en la tercera ciudad más grande de Suecia. En 2017, el ayuntamiento compró 18 cubos parlantes, aunque hoy en día solo dos siguen sonando, según Expressen, filial de CNN.
Durante la pandemia, daban las gracias a los depositantes por adherirse a las normas de distanciamiento social, pero una nueva era exige un nuevo método, considera el jefe de sección del departamento vial de la ciudad.
“Las frases forman parte de la intención de la campaña de conseguir que más gente hable de lo más sucio que hay: tirar la basura”, dijo Marie Persson, según The Local, citando al periódico sueco Sydsvenskan.
“Así que, por favor, sigan adelante y alimenten las papeleras con más basura… sí, así de claro”.
Malmö es conocida desde hace tiempo como pionera de la vida ecológica, por lo que su última innovación quizá no sea una sorpresa. El impulso ecológico de la ciudad se plasma en “Bo01 - City of Tomorrow”, un proyecto iniciado en 2001 que ha transformado un astillero contaminado y en desuso de la ciudad en un barrio verde y sostenible. Todas las necesidades energéticas de los hogares, las tiendas y los edificios de oficinas de la zona se cubren con fuentes renovables, y los residuos alimentarios se convierten en biogás para hacer funcionar los autobuses locales.
Henrik Pettersson, de CNN, contribuyó a este informe.