Bucaramanga, conocida como “Ciudad bonita”, es la capital del departamento de Santander. Tras haber amasado una fortuna en el negocio de la construcción, Hernández se inscribió para competir por la alcaldía con un movimiento cívico llamado “Lógica, Ética y Estética” de carácter independiente.
Y logró imponerse a un exalcalde liberal, con su discurso en contra de los “politiqueros”, con poco más de 77.000 votos (en un universo de cerca de 500.000 habilitados).
Ahora que Hernández le disputará la presidencia a Gustavo Petro en la segunda vuelta de las elecciones de Colombia, un repaso a los altos y bajos de su alcaldía puede dar pistas sobre su desempeño como gestor.
Las cuentas de Rodolfo Hernández en Bucaramanga, su caballo de batalla
Uno de los logros de los que más se jacta Rodolfo Hernández es haber bajado el déficit a cero. A comienzos de 2016, según su informe de gestión, el déficit de tesorería en el municipio superaba los 236.000 millones de pesos. Su Gobierno destinó recursos para sanear las finanzas y, para el cierre de 2019, no había déficit.
Además, tal como ha declarado en entrevistas e insistido en sus redes, dejó 100.000 millones en ahorros para las obras que estaban en marcha cuando abandonó la alcaldía.
Su política de austeridad implicó una reducción de los gastos en la contratación de servicios y, más notablemente, en el presupuesto de difusión y publicidad que se redujo a aproximadamente una décima parte para 2019 en comparación con la cifra de 2015.
Un ejemplo de la reducción de costos que defiende es el gasto en el transporte de los niños, que se redujo en aproximadamente 3.000 pesos por persona durante su administración.
Las cifras saneadas del municipio hicieron que, en 2019, Fitch Ratings anunciara una mejora en las calificaciones de corto y largo plazo de Bucaramanga.
Los contratos públicos, no solo en Colombia sino en todo América Latina, son una de las grandes vías de la corrupción en la gestión pública. Hernández, fiel a su discurso anticorrupción —aunque tal vez en contraposición con el caso de corrupción en el que se lo vincula— ha destacado los procesos de contratación durante su alcaldía en Bucaramanga.
De 2015 a 2019, por ejemplo, la cantidad de proponentes en las licitaciones públicas pasó de un promedio de 1,4 a 40,2, según su informe.
Su informe destaca también la implementación de una estrategia para que la contratación de empleados públicos fuera transparente y la ampliación del sistema de evaluación de los empleados de la alcaldía.
¿Qué obras hizo?
La alcaldía de Hernández hizo 503 obras y dejó “andando” otras 42, según él mismo. De hecho, esas son cifras que ha repetido en varias ocasiones (aunque, por otra parte, en su página web habla de unas 300 obras. Según el portal Colombiacheck, en la alcaldía se cifraban en las 500, pero dos de cada cinco no podían considerarse de alto impacto).
Su información personal habla de 92 obras de escenarios deportivos, 36 colegios, 29 parques, 8 centros de salud y 18 ágoras.
Tres años después de que dejara la alcaldía, algunas de las que más resuenan son de carácter cultural, por ejemplo la finalización del Teatro Santander, que abrió las puertas en 2019, la reconstrucción de la Biblioteca pública Gabriel Turbay, el fortalecimiento del Centro Cultural del Oriente y el Centro de Convenciones Neomundo, que ahora ha publicitado en redes en el marco de la campaña para la presidencia.
La gestión de la migración venezolana
Hernández afirma que restablecerá las relaciones con Venezuela si resulta electo presidente. Su abordaje de la crisis migratoria estuvo rodeado de polémica y le valió acusaciones de xenofobia cuando era alcalde, por ejemplo cuando afirmó que las mujeres del país vecino que llegaban embarazadas y tenían a sus hijos en Bucaramanga eran una “máquina de hacer chinitos (niños) pobres”.
En 2019, según su reporte, se había atendido a poco más de 5.500 venezolanos en el sistema de salud frente a cuatro que se habían registrado en 2016 y había cerca de 2.800 ciudadanos del país vecino en instituciones educativas.
Los 20.000 “hogares felices” que nunca llegaron a sus destinatarios
La promesas incumplidas también están bajo el foco de atención. La más conocida es la del programa 20.000 “hogares felices” que, según cartas que había entregado a parte de los habitantes durante la campaña, implicaban la construcción de 20.000 viviendas para las familias más pobres de la ciudad.
Hernández salió de la alcaldía sin haber cumplido. “¿No se pudo hacer todo? Pues no”, dijo recientemente en una entrevista con La W. Allí enfatizó que su compromiso era en realidad a entregar 20.000 lotes urbanizados y asegurar que las viviendas se pudieran construir con precios más accesibles, pero que no pudo comprar los terrenos porque cuando le entregaron la alcaldía se encontró con que las cuentas no eran las que preveía. “No me dijeron (…) que se habían robado todo, saquearon a Bucaramanga”, afirmó.
Esta no fue la única propuesta incumplida. En el área de salud, por ejemplo, una de las metas era la construcción de cinco centros y, de acuerdo a su balance, solo se cumplió en un 11%.
En el área de movilidad tampoco se llegó a lo planteado.
Polémicas mediáticas y problemas con la Procuraduría
Su alcaldía también estuvo dominada por las polémicas.
En noviembre de 2018, acusó a un concejal opositor, Jhon Claro, de no dejarlo hablar y de tener una “dictadura”. Le dijo “sinvergüenza” y lo acusó de estar aliado con corruptos. En ese intercambio de palabras, Hernández se levantó de la silla y le dio un golpe en la cabeza y además descargó una andanada de improperios que iban desde calificativos hasta vulgaridades.
Fue “un error humano provocado”, se excusó más tarde, cuando la Procuraduría lo suspendió por tres meses y un juez, en segunda instancia, lo obligó a pagar una multa de unos 95 millones de pesos (unos US$ 23.000 al cambio actual) que él pidió pagar en 190 cuotas de unos US$ 120 mensuales, reportaron medios locales.
Sus escándalos le valieron múltiples sanciones disciplinarias por parte de la Procuraduría. Según reportes, para 2019 Hernández tenía abiertas 34 investigaciones disciplinarias en el organismo. CNN se comunicó con esa entidad para solicitar información sobre esto, pero no ha recibido respuesta hasta el momento. Ese año, alegando persecución política y cuando la Procuraduría lo sancionó por presunta participación indebida en política, renunció a su cargo como alcalde de Bucaramanga en septiembre de 2019.
La denuncia de corrupción que arrastra en su carrera hacia la Casa de Nariño
La Fiscalía acusó en 2021 a Hernández de “interés indebido” en el marco del sonado caso de Vitalogic, que tuvo lugar cuando aún era alcalde de Bucaramanga.
La acusación, de la que se ha declarado inocente, apunta a que hubo presuntas irregularidades en un contrato de consultoría sobre las tecnologías para el manejo de los residuos en el relleno sanitario de El Carrasco. El valor de ese contrato ascendió a 336 millones de pesos colombianos (poco más de US$ 85.000 dólares al valor de cambio actual).
Hernández insiste que nunca se ha robado “un peso” y, en abril de este año, en una audiencia no aceptó cargos como falsedad ideológica, contrato sin cumplimiento de requisitos legales e interés indebido en la celebración de contratos, según la Fiscalía. El caso sigue en curso.
El juicio de la opinión pública de Bucaramanga sobre Rodolfo Hernández
En la encuesta de percepción ciudadana de 2019 Bucaramanga Cómo Vamos, Hernández alcanzó un 62% de imagen favorable. Un 52% de personas dijo que hizo una buena gestión durante su mandato, y el 47% de los encuestados afirmaron que confiaban en su gestión, contra el 28% que dijeron que desconfiaban de esta.
Otro indicador que puede ser clave de su apoyo está vinculado a la percepción de corrupción. Para 2019, un 39% de la población consideraba que la corrupción había disminuido, casi el doble del 20% que sostenía que había aumentado.
En la medición de Gallup de junio de 2019, antes de su renuncia, Hernández tenía un 64% de aprobación y un 28% de desaprobación.
MIRA: Cómo fue el paso de Gustavo Petro por la alcaldía de Bogotá
Con información de Melissa Velásquez
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