CNNE 1224830 - trayectoria politica de rodolfo hernandez y el caso judicial en su contra
Así fue el salto de Rodolfo Hernández a la política en Colombia y el caso judicial que lo rodea
04:40 - Fuente: CNN

(CNN Español) – Rodolfo Hernández, de 77 años, se refiere a sí mismo con su profesión: se nombra como “ingeniero Rodolfo Hernández”, como si esta fuera parte su nombre de pila. Quien no lo conoce puede hacerse una idea de él como el “Trump” colombiano, que con una fortuna propia y presentándose como un outsider, un político independiente ajeno al establecimiento y a los partidos tradicionales, busca llegar a la presidencia de Colombia. Tras obtener 8,5 millones de votos en primera vuelta, disputará la segunda vuelta con Gustavo Petro.

Rodolfo Hernández Suárez (Piedecuesta, Santander, 1945) es un empresario oriundo de la región de Santander, en el noreste colombiano.

Se desempeñó como empresario de la construcción, con lo que amasó su fortuna, y tras un paso polémico pero popular por la alcaldía de Bucaramanga —una ciudad de unos 500.000 habitantes en el noreste de Colombia—, decidió dar un salto a la arena nacional como candidato presidencial con una plataforma basada en la lucha contra la corrupción.

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Candidato a la presidencia de Colombia admite que estuvo en pijama en televisión
01:09 - Fuente: CNN

Sus inicios y primeros años en la política

Proveniente de una familia de clase obrera, Rodolfo Hernández, ingeniero civil de profesión, hizo su fortuna entrando en el negocio de la construcción de vivienda de interés social (para las familias más pobres) en los años 90, cuando Colombia atravesaba una crisis de construcción.

En ese entonces, “ante una eventual insolvencia para pagar los créditos adquiridos”, dice su página web, creó el PLAN 100, en la que las familias podían comprar una casa en 100 cuotas mensuales que le pagan directamente a él. La empresa de Hernández era constructora y banco a la vez, ganando intereses por la financiación propia.

Si bien en 1992 ya había sido concejal del municipio de Piedecuesta, en Santander, nunca asistió ni se posesionó como cabildante, “solo mandó una carta renunciando a su investidura a finales de 1992, cuando vencía su período”, reportó el medio local La Silla Vacía. CNN solicitó un comentario a su equipo de prensa sobre esta situación pero no ha obtenido respuesta hasta el momento.

Tras décadas en el negocio de la construcción, Hernández se inscribió como candidato independiente con un millón de firmas. Con su movimiento cívico Lógica, Ética y Estética, y tras prometer millones de casas para las familias más vulnerables, ganó la alcaldía en 2016 con poco más de 77.000 votos. Fueron solo unos miles más que su contrincante más cercano del Partido Liberal.

“La gente le creyó y ganó por escasos 5.000 votos ante un (ex) alcalde liberal que antes en las encuestas estaba 20 puntos arriba”, le dijo a CNN Julio Acelas, analista político y director del Observatorio Ciudadano de Santander, en Bucaramanga.

Pero el alcalde no completó su odisea, pues varios escándalos le ocasionaron tropiezos con la Procuraduría de Colombia, que le puso varias sanciones disciplinarias. Según reportes, para 2019 Hernández tenía abiertas 34 investigaciones disciplinarias en la Procuraduría. CNN se comunicó con esa entidad para solicitar información sobre esto, pero no ha recibido respuesta hasta el momento.

En 2019, alegando persecución política y cuando la procuraduría lo sancionó por presunta participación indebida en política, renunció a su cargo como alcalde de Bucaramanga.

Ahora busca llegar a la presidencia de Colombia convenciendo a sus seguidores que él es el redentor que el país necesita y que bajo su gobierno la corrupción y el robo de dineros públicos se acabará.

“Donde nadie roba la plata alcanza”, dice en la presentación de su plan de gobierno como un epígrafe y asegura, convencido, que a Colombia le “llegó la hora”.

“La plata no da fama, no da reconocimientos, pero sí lo público”, dice Acelas sobre por qué, según él, Hernández está montado en la travesía de una campaña presidencial. Dice el analista que el objetivo del candidato es figurar en lo público por intereses personales.

(De izquierda a derecha) Los candidatos presidenciales colombianos Enrique Gómez, Federico Gutiérrez, Rodolfo Hernández y Luis Pérez son vistos durante un debate presidencial en la Feria Internacional del Libro en Bogotá el 20 de abril de 2022.

Hernández, el “Trump” colombiano

Rodolfo Hernández se expresa de manera muy coloquial y con frecuencia con groserías. Es informal y busca mostrarse auténtico: una entrevista con CNN en Español vía virtual la concedió en pijama. Quienes lo critican dicen que le gusta figurar, mostrarse. “Él es un narcisista por la figuración y ya lo ha logrado”, agrega Acelas.

“Él ha creado aquí lo que en teoría política le han llamado hechos alternativos: hace ver que fue un gobernante exitoso —que no lo fue— que transformó la ciudad… y se crea una ficción muy bien en la línea de (Donald) Trump”, creyéndose un “caudillo redentor”, dice Acelas.

Pero para el analista político Vicente Torrijos, comparar a Hernández con Trump es “una ligereza”.

“Está claro que comparten algunos rasgos con el expresidente (Donald) Trump en Estados Unidos: ambos son multimillonarios, ambos son excéntricos desde la psicología política; podríamos decir que ambos han tenido un perfil técnico en sus vidas alejados de la política y desde el mundo de la empresa acceden al poder. Pero hasta ahí”, dijo Torrijos a CNN.

Según él, es necesario tener en cuenta algunas diferencias clave entre los dos personajes para “desmitificar” a Hernández y no asociarlo al “fenómeno Trump”, dice Torrijos, entre ellas el hecho de que Hernández, a diferencia de Trump, tenga una vida familiar “muy equilibrada, muy tradicional y muy centrada en los parámetros clásicos de la familia occidental”.

“Eso marca mucho. En el imaginario político sociológico, eso tiene una importancia enorme”, dijo Torrijos en CNN.

Pero la más importante, según él, es el liderazgo natural de Trump en el Partido Republicano, una gran diferencia con Hernández en la política colombiana.

“Rodolfo Hernández no tiene un partido, no tiene ni siquiera un congresista en el Parlamento (Congreso) Colombiano y es por eso que como típico outsider, alejado por completo de los páneles de la política, accede al poder”, dijo Torrijos.

La personalidad de Hernández

El “ingeniero Rodolfo” hace alusión a la fama que tienen los santandereanos: tiene un carácter firme, habla de frente y sin rodeos, con un tono fuerte y contundente.

Durante la campaña ha acusado a sus detractores de “sinvergüenzas”, “atracadores”, “ladrones”, y hasta drogadictos cada vez que tiene oportunidad.

Usa malas palabras e improperios porque es “espontáneo, porque soy natural, porque aquí en las reuniones de amigos hablamos así”, dijo en el medio local Minuto 30.

Hernández ha golpeado frente a las cámaras a sus contrincantes políticos. Una de esas veces ocurrió en noviembre 2018 cuando agredió físicamente a un concejal opositor frente a las cámaras.

El entonces alcalde de Bucaramanga acusó al concejal Jhon Claro de no dejarlo hablar, de tener una “dictadura”. Le dijo “sinvergüenza” y lo acusó de estar aliado con corruptos. En ese intercambio de palabras, Hernández se levantó de la silla y le dio un golpe en la cabeza y además descargó una andanada de improperios que iban desde calificativos hasta vulgaridades.

Fue “un error humano provocado”, se excusó más tarde, cuando la Procuraduría lo suspendió por tres meses y un juez, en segunda instancia, lo obligó a pagar una multa de unos 95 millones de pesos (unos US$ 23.000 al cambio actual) que él pidió pagar en 190 cuotas de unos US$ 120 mensuales, reportaron medios locales.

Ha tenido declaraciones polémicas, como no saber qué es ni dónde queda uno de los departamentos de Colombia (“¿Vichada? ¿eso qué es?”, dijo en un video que se volvió viral).

En otra oportunidad llamó “barrigones”, “gordos y perezosos” al cuerpo oficial de bomberos de Bucaramanga. Uno de ellos demandó al exalcalde por 327 millones de pesos (unos US$ 80.000).

Y en otra de sus salidas en falso, dijo públicamente que era admirador de Adolf Hitler.

“Yo soy seguidor de un gran pensador alemán. Se llama Adolf Hitler”, dijo en 2016 en una entrevista con la cadena radial RCN.

Años después, en 2021, cuando ya echaba a andar su carrera a la presidencia, Hernández dijo que se equivocó y que tuvo un lapsus al citar a Hitler, líder del Partido Nazi responsable del Holocausto judío. A quien realmente quería citar, dijo, fue a Albert Einstein.

“Él lo que ha creado es una ficción mediática de que es un outsider porque viene de afuera de la política. Es un populista de derecha: él le juega también a ser como Donald Trump”, dice Acelas, quien señala su fortuna y su retórica incendiaria para compararlo con el expresidente de Estados Unidos.

Un mural de Rodolfo Hernández en Bogotá, Colombia, en mayo de 2022.

Investigado por presunta corrupción

En contradicción con su bandera anticorrupción, Hernández tiene a cuestas un escándalo de presunta corrupción, en el que él se ha declarado inocente.

Se trata del caso de Vitalogic en el que la Fiscalía lo acusó formalmente en mayo de 2021 por celebrar un contrato de consultoría con presuntas irregularidades para “implementar nuevas tecnologías para el manejo de basuras en el relleno sanitario de El Carrasco”.

Hernández insiste que nunca se ha robado “un peso”.

En abril de 2022, en una audiencia probatoria del juicio, Hernández no aceptó cargos como falsedad ideológica, contrato sin cumplimiento de requisitos legales e interés indebido en la celebración de contratos, según la Fiscalía. El caso sigue en curso.

“Ese es Rodolfo: contradictorio de su eslogan de no mentir y ya le hemos encontrado muchas mentiras. El tema de corrupción lo ha desvalorizado mucho con el fenómeno de Vitalogic, etc.”, puntualiza Acelas.

Un confuso espectro político

Hernández es difícil de ubicar en un espectro político. Pero su travesía política lo tiene ya, según una encuesta de Yanhass publicada el 10 de mayo, con el 12% de intención de voto entre una baraja de siete candidatos, justo detrás de los grandes líderes de la carrera, Gustavo Petro y Federico Gutiérrez, y solo un punto por detrás del voto en blanco. A pocas semanas de las elecciones, Hernández está superando a Sergio Fajardo, un político antioqueño que era favorito en las encuestas en 2021, pero cuya intención de voto se desplomó en las consultas más recientes.

Tras su paso por la alcaldía de Bucaramanga, Hernández presenta como sus grandes logros unas 300 obras entre “colegios, parques, zonas deportivas, alumbrado público, infraestructuras para la movilidad y la cultura”.

Hernández fue un alcalde con buenas calificaciones de su gestión. Según la encuesta de percepción ciudadana de 2019, Bucaramanga Cómo Vamos, Hernández alcanzó un 62% de imagen favorable en la consulta ese año. Un 52% de personas dijo que hizo una buena gestión durante su mandato, y el 47% de los encuestados afirmaron que confiaban en su gestión, contra el 28% que dijeron que desconfiaban de esta.

Ahora, su plan de Gobierno tiene algunos puntos que lo ponen en un confuso espectro político.

Hernández, una víctima de la guerrilla del ELN que secuestró y asesinó a su hija en 2004, dijo a CNN estar de acuerdo con el cumplimiento de los acuerdos firmados entre el Gobierno y la desmovilizada guerrilla de las FARC. Esto a pesar que su postura en 2016 fue votar no en el plebiscito por la paz para refrendar el acuerdo, reportan medios locales.

Sobre un posible acuerdo de paz con el ELN, Hernández dice que firmaría un “otrosí” del ya firmado con las FARC, un mero trámite administrativo, pues no está de acuerdo con establecer “nuevas mesas de negociación que impliquen interminables conversaciones”, según su plan de gobierno.

CNNE 1138931 - rodolfo hernandez le abriria los brazos al eln
Rodolfo Hernández le abriría los brazos al ELN para firmar un acuerdo de paz, pese al secuestro de hija
01:24 - Fuente: CNN

Entre sus propuestas están bajar el IVA del 19% al 10%, reducir la nómina del Estado y eliminar algunos impuestos impopulares como el 4x1.000. También dice que impulsará los subsidios a las personas menos favorecidas y hasta reducirá los altos costos de los peajes.

Si bien le dice no al fracking, en un reciente debate presidencial sobre economía Hernández dijo que sí continuaría con el desarrollo de pilotos de proyectos de exploración por fracking “en caso de que estos cumplan las condiciones ambientales”. También dijo estar de acuerdo con expropiar tierras improductivas del país.

Dice que creará centros de atención para adictos a las drogas y ha dejado ver su apoyo a la legalización de drogas como la marihuana —afirma que en Colombia se “produce la mejor” del mundo—, que, según dice, es una fuente de trabajo y de progreso.

“Si seguimos así, un día con la cocaína será igual”, dijo Hernández sobre la legalización de las drogas.

Y entre sus propuestas incluso ha hablado de sacar a los directivos de la Federación Colombiana de Fútbol porque a su parecer es un “circo” lleno de “ladrones” y “sinvergüenzas”.

“Voy a averiguar qué hay que hacer para sacar a todos estos dirigentes que desbaratan lo bueno y se ponen a traicionar los intereses de la hinchada…”, dijo en una entrevista a principios de mayo en el canal Marca Claro.

A toda vista Hernández es un personaje pintoresco y polémico. No solo por sus descabellados comentarios sin tapujos, sino también por sus contradicciones en la plaza pública donde rara vez se le ve participando en debates. Su fuerte, según Acelas, está en ser un personaje, un “rockstar”, en redes sociales que busca ser el próximo presidente de Colombia.

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