Daryl McCormack y Emma Thompson en la película  GOOD LUCK TO YOU, LEO GRANDE.

Nota del editor: Sara Stewart es una escritora de cine y cultura que vive en el oeste de Pensilvania. Las opiniones expresadas aquí son únicamente de la autora.

(CNN) — Si escribieras una lista de palabras de moda para enfurecer al culto de la misoginia en línea, probablemente las encontrarías todas en la encantadora “Good Luck to You, Leo Grande”. La nueva película de Hulu está protagonizada por Emma Thompson, que interpreta a Nancy, una maestra de escuela jubilada y viuda que contrata a un trabajador sexual mucho más joven (Daryl McCormack) para una serie de encuentros en una habitación de hotel. Ella busca acostarse con alguien que no sea su esposo, quien fue su única pareja; lo que es más importante, está interesada en disfrutar del sexo por primera vez en su vida.

El drama escrito y dirigido por una mujer es una maravilla y una rareza. Su gentil honestidad sobre el amplio espectro de la sexualidad humana se opone directamente a mucho de lo que vemos representado en las películas como sexo “normal”, particularmente la experiencia de las mujeres. Y la actitud de la película hacia el trabajo sexual, que muestra cómo esta profesión en realidad podría ofrecer un servicio valioso a la humanidad, es francamente radical para Hollywood. Que la directora Sophie Hyde, Thompson y el recién llegado McCormack entreguen todo esto con un toque tan ligero es nada menos que magistral.

En “Leo Grande” Emma Thompson hace uno de sus mejores papeles. Thompson es dos veces ganadora del Oscar, así que eso ya es mucho decir. La mujer de 63 años también ha sido durante mucho tiempo una de las principales voces en el debate abierto sobre el sexismo en la industria del entretenimiento. Hace varios años, dijo que era falsa esa noción frecuentemente citada de que las cosas estaban mejorando para las actrices: “No creo que haya ninguna mejora apreciable y creo que, para las mujeres, la cuestión de cómo se supone que deben lucir es peor de lo que era incluso cuando yo era joven… Entonces, no, no estoy impresionada, en absoluto. Creo que todavía es completamente una m**rda, en realidad”.

El mensaje en la mayoría de los roles femeninos (que las mujeres deben vigilar constantemente la estética de sus cuerpos, ser aprensivas sobre el sexo y avergonzadas o cohibidas por sus propios deseos) está hábilmente integrado en el diálogo de Nancy. Thompson interpreta la duda cómica de sí misma como nadie más, pero aquí, con un profundo trasfondo de tristeza, encarna la guerra interna de Nancy entre querer ampliar (o, de hecho, inventar) sus horizontes sexuales y su creencia de décadas de que querer hacerlo es vergonzoso y, a su edad, humillante para todos los involucrados.

Emma Thompson y Daryl McCormack en la película GOOD LUCK TO YOU, LEO GRANDE.

He estado escribiendo sobre películas durante bastante tiempo y un aspecto que se ha mantenido enloquecedoramente constante, con un puñado de excepciones, es la representación absolutamente estúpida del placer sexual de las mujeres. Es algo que he aprendido a no comentar cada vez que escribo sobre una película con sexo heterosexual, para no convertirme en un disco rayado (y una mujer de mediana edad), pero ¿podemos hablar de eso? ¿Por solo un minuto?

9,5 veces de cada 10, cuando un hombre y una mujer tienen sexo en las películas, es breve, es misionero (es decir, él está arriba) y llegan al clímax juntos, maravillosamente. Este espectáculo es, de hecho, muy parecido al sexo que Nancy describe tragicómicamente a Leo, sin el arte y el disfrute mutuo: como ella lo recuerda, su esposo se subía encima de ella, empujaba, tenía un orgasmo, se daba la vuelta y a dormir.

Ella, mientras tanto, nunca ha tenido un orgasmo, nunca, le dice a Leo. Lo que la coloca sólidamente al lado de la mayoría de las mujeres, según un estudio, que no tienen orgasmos sin estimulación del clítoris. Sin embargo, de alguna manera, parece que la mayor parte de la representación del sexo entre hombres y mujeres en las películas convencionales (además de una buena parte de las películas para adultos) presenta los orgasmos de las mujeres como algo que ocurre mágicamente en el momento más cinematográfico.

Emma Thompson y Daryl McCormack en la película GOOD LUCK TO YOU, LEO GRANDE.

Olvídate de encontrar mujeres mayores de 60 años cuyos deseos sean discutidos y representados en la pantalla, o el trabajo sexual retratado de maneras que no son sensacionalistas o condenatorias. La única película que puedo recordar que se acerca al nivel de respeto de “Leo Grande” por el trabajo sexual como una profesión humana tiene una década de antigüedad: “The Sessions” de Ben Lewin, que presentaba a Helen Hunt como una sustituta sexual que trabajaba con un hombre profundamente discapacitado (John Hawkes) que está interesado en experimentar la intimidad sexual por primera vez.

“Leo Grande” no endulza las realidades del trabajo sexual, particularmente para las mujeres, pero su retrato heroico y sin pedir disculpas de Leo rechaza la idea aún prevalente de que cualquiera que entre en el campo debe estar profundamente dañado. Como escribe un defensor de la justicia reproductiva, “la idea de comprar intimidad y pagar por los servicios puede ser reafirmante para muchas personas que necesitan conexión humana, amistad y apoyo emocional. Algunas personas pueden tener fantasías y preferencias sexuales que pueden cumplir con los servicios de una o un trabajador sexual”.

En uno de los monólogos más conmovedores de la película — y realmente se siente como una obra de teatro — Leo le describe a Nancy a algunas de sus clientas habituales, incluida una que solo quiere tomarse de la mano y mirar televisión y otra que tiene una discapacidad física y le gusta hablar sucio y bañarse juntos. Lo cual, agrega Leo, le parece excitante (una aprobación que hace eco en su cuerpo, pues vemos a Nancy levantar las cejas con una mirada a su ingle).

En un ensayo reciente de Vogue, Thompson discutió por qué este aspecto de la película la atrajo tanto: “Asistencia sexual: ¿por qué no está en el Servicio Nacional de Salud? El sexo es gratis, natural, normal, encantador, bueno para nosotros, y, como dice Leo en la película, inaccesible para algunos por todo tipo de razones perfectamente válidas. Es un problema de salud pública”. El personaje de McCormack agrega: “entiendes que puedes hacer que las personas se sientan mejor, puedes mejorar sus vidas y, a veces, incluso puedes liberarlas del sufrimiento. Le enseña a Nancy, en resumen, sobre la posible santidad del trabajo sexual”.

Habla de un mensaje en desacuerdo con nuestro momento político actual, donde la autonomía corporal y el poder de las mujeres están bajo asedio.

En una entrevista reciente con Stephen Colbert, Thompson dijo: “No es una historia romántica, y eso es lo que creo que es radical”. De hecho, una trama sobre una mujer mayor que toma su vida sexual en sus propias manos y no necesita agregarle sentimentalismo desafía el romance tal cual como conocemos el género.

Pero yo diría que “Leo Grande” es un romance en una forma en la que no estamos acostumbrados a pensar en él: uno entre Nancy y su propio cuerpo. Thompson se desnuda descaradamente en un punto, sin luces difuminadas, sin poses halagadoras, y le dijo a Colbert que, al hacerlo, había “dado una especie de salto al vacío había puesto mi fe en la audiencia”.

Espero que se demuestren dignos de ello, y de ella.