(CNN Español) – “Este es el verano más caluroso de mi vida”, dice angustiado Bart Simpson y, en el cuadro siguiente, Homero le responde con el dedo índice en alto: “Este es el verano más fresco del resto de tu vida”. Si vives en el hemisferio norte, donde las olas de calor ya amenazan a millones de Estados Unidos a España, es posible que ya hayas recibido este meme. Si tienes dudas sobre cuán cierto es, lo entendemos: Homero no parece ser a priori la fuente de información científica más confiable. Aquí te explicamos hasta qué punto creerle.
Si lees el mensaje de manera 100% literal, no podrías afirmar que es completamente preciso, dice a CNN en Español el Dr. Andrew Pershing, director de la organización Climate Central, que estudia los impactos del cambio climático, porque teóricamente podría llegar a registrarse algún año menos caluroso. Pero el mensaje sí es correcto de fondo porque apunta a un hecho sobre el que la ciencia no tiene ninguna duda: las temperaturas están subiendo de manera sostenida. “Cada año la tendencia (de la temperatura) es hacia arriba. Podemos tener un rebote, pero la dirección es muy clara”, explica.
Tan clara es, afirma, que si tuvieras que apostar a favor o en contra de lo que dice Homero, deberías apostar a favor para hacerte de unos dólares extra. “Si cada año apuestas que el próximo verano va a ser más caluroso que el anterior, vas a ganar más de lo que vas a perder”, ejemplifica.
El 99% de 246 ciudades estadounidenses analizadas recientemente por Climate Central se han vuelto más calurosas desde 1970. La ciudad que se ha calentado más es Reno, en Nevada, mientras que a nivel estatal el desafortunado récord se lo lleva Alaska. Si se analiza la tendencia histórica de los últimos 52 años, la ciudad de más calor es Phoenix.
Entre las ciudades más calientes del país también hay algunos destinos turísticos populares, como Las Vegas y Miami, así como varias ubicadas muy cerca de la frontera con México.
Cómo conocer el impacto del cambio climático en la temperatura en tiempo real
Hay otro hecho sobre el cual ya no queda ninguna duda científica —a pesar de la desinformación continua de los negadores—: el cambio climático inducido por el hombre impacta en el aumento de temperaturas.
¿Pero cuánto exactamente? Este martes, Climate Central lanzó el Índice de Cambio del Clima (CSI, por sus siglas en inglés), la primera herramienta en línea que permite conocer, en tiempo real, el impacto del cambio climático en las temperaturas en lugares concretos de Estados Unidos y en base diaria.
La plataforma cuantifica, a partir de una escala numérica, el nivel de influencia de las emisiones de carbono en las temperaturas de un día determinado. Un nivel dos, por ejemplo, implica que la temperatura en ese lugar en ese día fue al menos dos veces más probable de lo que hubiera sido sin el cambio climático. Un nivel cuatro implica que la probabilidad se cuatriplicó.
El CSI se construye a partir de cálculos basados en observaciones y modelos detallados en un estudio que se publicó este mes en Advances in Statistical Climatology, Meteorology and Oceanography, dice la organización.
“Las huellas del cambio climático están por todo nuestro alrededor”, explica Pershing, y por eso apostaron a esta herramienta. Permite, además, analizar el impacto en días regulares y no necesariamente en los de mayor temperatura, que son los que se suelen subrayar. “Los extremos se llevan mucha atención, peor estamos viendo cambios muy sutiles del día a día en el tiempo a nuestro alrededor que ahora podemos atribuir al cambio climático”, dice.
De haberse analizado el verano del año pasado, cuando el oeste sufrió una de sus mayores olas de calor de los últimos tiempos, se habría podido concluir que el noreste, por ejemplo, también estaba experimentando temperaturas que eran dos veces más probables por el cambio climático.
La clave: el aumento de las temperaturas nocturnas
La herramienta muestra el impacto claro del cambio climático en las temperaturas nocturnas en Estados Unidos. “La mayor parte del sur del país, desde California hasta Florida, se encuentra en el nivel 2 o superior. Unos pocos lugares alcanzan nuestro máximo nivel 5, lo que indica que las condiciones son más de cinco veces más probables debido al cambio climático. La parte superior del Medio Oeste también tiene una amplia zona con una importante huella climática”, apunta Pershing.
A las temperaturas nocturnas no se les suele prestan tanta atención como a las diurnas, donde se registran los extremos absolutos, pero lo cierto es que “pueden ser incluso más impactantes en términos de salud y economía”.
Un factor que suma en esta dirección es que en Estados Unidos muchas casas se diseñaron con la intención de que de noche se pudieran enfriar simplemente abriendo las ventanas y eso “ya no es viable” en muchos sitios.
¿Se vienen olas de calor como las de los años 30?
Millones de estadounidenses han estado bajo alerta por olas de calor incluso antes del comienzo del verano, que llega este martes con el solsticio. ¿Qué va a pasar con estos fenómenos? “Es muy difícil predecir exactamente cuándo y dónde, pero podemos decir que serán más intensas, más largas, más frecuentes y en más lugares”·, dice Perish.
La historia reciente registra la época del Dust Bowl, de la década de 1930, como la de la peor sequía y olas de calor.
El verano de 2021 empató a 1936 en cuanto a las temperaturas más altas. Y, dice Pershing, “No vamos a tardar demasiado tiempo en ver eventos de esa magnitud de nuevo”.
Por eso, aunque no sea un gran estadista, puedes creerle a Homero en algo: la tendencia indica que este es el verano más fresco del resto de tu vida.