A woman shops in a supermarket in Sydney on April 23, 2014. Australian inflation eased in the first quarter of the year, official data showed on April 23, relieving pressure on the central bank to hike interest rates as it tries to support the economy in its transition from a mining-driven boom.
¿Cómo afecta al bolsillo el aumento de las tasas de interés y la inflación?
02:32 - Fuente: CNN

Nueva York (CNNBusiness) – Los estadounidenses están recortando gastos en la gasolinera, y no solo la cantidad de combustible que ponen en sus tanques: también están cambiando la forma en que llenan sus bolsas de comida y otros productos esenciales.

El desencadenante: el aumento de la inflación.

El precio medio de la gasolina ronda los US$ 5 por galón, después de haber superado recientemente esa marca por primera vez en la historia. Los hogares están pagando mucho más por la gasolina al mismo tiempo que la inflación ha encarecido también la compra de alimentos.

Las tiendas de conveniencia de las gasolineras suelen ser un sustituto ideal de las tiendas de comestibles cuando todo lo que se necesita es agua, un par de bolsas de papas fritas, un cartón de leche o un café de última hora de camino a casa desde el trabajo. Este comportamiento de compra impulsiva es un buen barómetro de la salud del consumidor en un momento dado.

Según ARKO, los consumidores acuden a las gasolineras con más frecuencia y compran menos gasolina por visita.

También están comprando con menos frecuencia en las tiendas de conveniencia operadas por la empresa.

“El precio de la gasolina y todo lo demás es mucho más alto, pero la gente tiene que conducir, dijo Arie Kotler, presidente y CEO de Arko Corp, operador de tiendas de conveniencia. “Siguen acudiendo a la gasolinera, pero están recalculando cuánto manejan”.

Kotler ha observado los patrones de compra en las gasolineras operadas por ARKO y en las tiendas de conveniencia.

La empresa gestiona casi 1.400 tiendas de conveniencia, la mayoría con estaciones de servicio, en pueblos pequeños y comunidades rurales de 28 estados.

Ha observado dos tendencias en las visitas a las gasolineras.

“En comparación con la misma época del año pasado, la gente acude con más frecuencia a las gasolineras, pero en lugar de llenar el tanque por completo, llena medio o un cuarto cada vez”, afirma. “Están conduciendo menos y en distancias más cortas”.

Al mismo tiempo, los consumidores compran con menos frecuencia en la tienda de la gasolinera. “Pero cuando vienen a la tienda, están juntando sus compras”, dijo. “En lugar de comprar solo uno o dos artículos, están haciendo una compra más grande, tal vez para toda la semana”.

Bolsas de papas más grandes, mucha pizza congelada y café de US$ 0,99

Ahora que los consumidores aún más centrados en obtener el mejor valor por su dinero, Kotler dijo que ARKO está recalibrando sus ofertas, servicios y promociones para tratar de mantener los precios bajos y las ventas altas.

“En el pasado, se trataba de una sola bebida y una pequeña bolsa de papas fritas”, dijo. “Ahora compran por el valor. Por ejemplo, una bolsa más grande de patatas fritas por US$ 4,59, en lugar de una bolsa pequeña por US$ 2,29. Pueden obtener un par de raciones”.

Del mismo modo, con las bebidas, dijo que las botellas de dos litros están superando a los tamaños más pequeños, al igual que los paquetes de 12 y 15 latas de bebidas.

ARKO también añadió máquinas de café de autoservicio que venden café caliente y helado a US$ 0,99.

El café barato, los sándwiches para llevar y las pizzas congeladas también se venden mucho entre los compradores de presupuesto limitado.

Y desde principios de año, dijo Kotler, ARKO ha añadido máquinas de café en grano totalmente automatizadas en más de 500 establecimientos. “Estas máquinas son de autoservicio y eliminan el costO de la mano de obra. Así podemos vender café caliente y helado por US$ 0,99”, dijo.

La empresa también ha invertido en más refrigeradores de comida para llevar en más de 600 establecimientos, donde los compradores pueden comprar sándwiches y alimentos congelados, como pizzas, hamburguesas y otros platillos congelados.

“Nuestro sándwich de mantequilla de maní y mermelada cuesta US$ 1,29, y el de jamón y queso, US$ 3,99”, dijo Michael Bloom, director de marketing de la empresa. “Tenemos precios similares a las tiendas de comestibles, pero quizá entre 1 y 3 dólares menos”.

Las pizzas suelen ser uno de los artículos más comprados en las gasolineras.

“Mucha gente no puede costear salir a un restaurante en estos momentos. Nuestras pizzas familiares congeladas, que cuestan entre US$ 5,69 y 9,59, son un artículo muy popular en estos momentos”, dijo Kotler.

Además, dijo que las tiendas están ofreciendo ofertas como “compre dos y llévese uno gratis” y descuentos en gasolina cuando los clientes se inscriben en el programa de fidelidad de la empresa.

“Todos estos ahorros se acumulan para los consumidores”, dijo Kotler. “Cada pocos meses tratamos de reinventar nuestras tiendas para seguir siendo competitivos, permanecer en el negocio y seguir siendo relevantes para los compradores en este entorno”.