(CNN Español) – Temen por sus vidas. No tienen qué comer. Perdieron todo tras el paso de un huracán. Quieren reencontrarse con sus familiares. Millones de habitantes de América Latina —especialmente de México, El Salvador, Honduras y Guatemala— abandonan los países que los vieron nacer y emprenden un viaje a Estados Unidos, a menudo plagado de peligros, en busca de un futuro mejor. Aquí, un vistazo a sus motivaciones.
EE.UU. y México, en los dos extremos
Estados Unidos es el país del mundo al que llegan más migrantes internacionales: hay 51 millones, según el informe de la Organización Internacional de las Migraciones de 2022 con datos de 2020. Para ponerlo en perspectiva, a nivel mundial el total de migrantes —que representan el 3,6% de la población— era de 281 millones ese año.
Para 2020 vivían en América del Norte 25 millones de migrantes provenientes de América Latina y el Caribe, un aumento considerable en comparación a los 10 millones que se estimaban en 1990.
México está al otro lado del extremo: es el segundo país con más emigrantes (11 millones), superado solo por la India (casi 18 millones).
El corredor migratorio de México a Estados Unidos es el más grande del mundo.
De dónde son los migrantes que llegan a la frontera sur de EE.UU.
El 80% de los migrantes que llegaron a la frontera sur de Estados Unidos en el año fiscal 2021, que se extendió desde octubre de 2020 a septiembre de 2021, provenían de cuatro países: México, Guatemala, El Salvador y Honduras, según un informe de la organización WOLA.
La mayoría es sólida, pero menor a la registrada entre 2016 y 2018, cuando el 95% eran de esos países. En 2021 y este año, explica la organización, aumentaron los encuentros entre las autoridades de la Patrulla Fronteriza y migrantes de otros países. Un ejemplo son las cifras de abril de 2022, cuando casi el 50% de esos encuentros fueron con personas que no son del Triángulo Norte ni de México. Destaca entre los países de origen Cuba.
En los últimos años, el foco ha estado principalmente en la migración desde Centroamérica. Algunos datos permiten entender las dimensiones de esa migración. Para fines de 2020, había cerca de 900.000 desplazados forzados en Honduras, Guatemala y Salvador. Más de medio millón había salido de las fronteras de sus países y el 79% estaba en Estados Unidos.
Este jueves, la Corte Suprema de Estados Unidos tomó una decisión especialmente importante para los migrantes de esos países: le dio luz verde al presidente Joe Biden para que ponga punto final a la política “Remain in Mexico”, de la era Trump, que permite mandar a ciudadanos no mexicanos que entraron a Estados Unidos por esa frontera a México mientras avanzan los procedimientos de inmigración.
Por qué migran los que migran
La OIM menciona un cóctel de factores que explican la migración desde y a través de América Central: la inseguridad económica, la violencia y delincuencia y los efectos del cambio climático. Lo que buscan las personas, en definitiva, es seguridad tanto humana como económica.
1. “Necesitamos el dinero”
“Somos pobres, necesitamos el dinero”, dijo a CNN esta semana Bonifacia Sánchez, la abuela de José Luis Vásquez, uno de los migrantes mexicanos que logró sobrevivir en la tragedia que hasta ahora dejó al menos 53 muertos en San Antonio, Texas.
La búsqueda de oportunidades económicas fue mencionada por el 74% de migrantes centroamericanos en Estados Unidos encuestados para un estudio del BID como la principal causa para querer radicarse en el norte.
La situación, explican múltiples organismos, solo ha empeorado con una pandemia que aún no terminó. En 2021, de hecho, la pobreza extrema afectaba a 86 millones de personas en América Latina y el Caribe, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, que registró un aumento de cinco millones entre 2020 y el año pasado.
2. Escapando de la violencia
Muchos de los que cruzan hacia Estados Unidos a través de la frontera sur “lo hacen porque no tienen más opción que huir de sus países”, explica el Comité de Rescate Internacional. Y menciona específicamente a tres grupos: familias y niños que necesitan protección por la violencia de las bandas organizadas, mujeres que están huyendo de situaciones de violencia de género e integrantes de las comunidades LGBTQ+ que escapan de las persecuciones.
De acuerdo a la ONG Ayuda en Acción, en Centroamérica una de cada dos mujeres migra “por miedo a perder la vida o a sufrir daños físicos y emocionales en sus comunidades de origen”.
El 41% de los migrantes del Triángulo Norte estudiados por el BID mencionaban la violencia como una causa principal.
Meghan Lopez, vicepresidenta regional para América Latina del IRC, afirma que las personas “usualmente” se movilizan primero dentro de sus países. “Sin embargo, la gran mayoría encuentra riesgos y condiciones de vida deterioradas similares a aquellas por las que huyeron, lo que les deja sin más opción que buscar seguridad en otro lugar”, explica.
El Salvador, Guatemala, Venezuela y Honduras eran, para fines de 2020, cuatro de los cinco países de donde provenían la mayor cantidad de refugiados en Estados Unidos, según la Agencia de la ONU para los Refugiados. Y esos cuatro, junto con México, conformaban los cinco desde donde había más solicitantes de asilo.
3. La reunificación familiar
Un 43% de los migrantes del Triángulo Norte encuestados por el BID mencionaban la reunificación familiar como una de las causas principales. El organismo explica que este flujo migratorio será difícil de detener “lo que sigue haciendo lucrativo y angular el tráfico de personas por medio de coyotes”.
4. Los eventos meteorológicos extremos
Los fenómenos meteorológicos extremos, como los huracanes y tormentas tropicales, tienen “efectos directos e indirectos” sobre la migración en la región, dice la OIM, recordando algunos eventos particulares como los huracanes Eta y Iota de 2020 que resultaron en 1,7 millones de desplazamientos.
Pero no se trata solo de los huracanes. La organización también menciona corrimientos de tierra, coladas de lodo y la sequía en regiones áridas como factores que influyen. “En Guatemala, por ejemplo, es frecuente que las personas migren debido a la sequía y las inundaciones que destruyen los cultivos y causan inseguridad alimentaria y pobreza”, dice su informe. En América Latina hay actualmente 267 millones de personas en condición de inseguridad alimentaria, según la FAO.
“La gente no tiene que comer”, dijo recientemente a CNN en Español Natalia Lever, directora para América Latina de The Climate Reality Project, la organización sin fines de lucro fundada Al Gore, exvicepresidente de Estados Unidos y ganador del Premio Nobel de la Paz, al analizar el impacto del cambio climático en la migración. Y esta crisis es “inevitable a menos que empecemos a invertir en estas nuevas tecnologías para la agricultura sostenible y resiliente al clima y también en mayores oportunidades laborales en esta nueva economía verde”, explicó.
Para el futuro la perspectiva ambiental no es alentadora: el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU, conocido por el acrónimo en inglés IPCC, prevé que los ciclones tropicales, así como las tormentas fuertes y las tormentas de polvo, se vuelvan más extremos en la costa este y la costa del golfo de Estados Unidos, el Caribe y Centroamérica.
El perfil de los migrantes: jóvenes y con hijos
El BID ahondó en 2017 en cuáles eran las características de los migrantes del Triángulo Norte que viven en Estados Unidos. Entre ellas destacaron que es una migración “marcadamente joven” (32 años de edad promedio) y “relativamente más educada” en comparación con el nivel general de la población en Guatemala, Honduras y El Salvador.
Un 15% de los entrevistados para ese estudio se consideraba parte de un pueblo o cultura indígena, porcentaje que aumentaba al 33% en el caso de los guatemaltecos.
Cerca de la mitad reportaba tener hijos, que en más de un 50% de los casos habían quedado en los países de origen, viviendo con uno de los padres o abuelos.
¿Qué pasa con el género? En América del Norte, un 51,8% de los migrantes internacionales (de todos los orígenes) eran mujeres hacia 2020, según datos de la OIM.
Menores no acompañados
Un perfil de migrantes bajo especial atención es el de los menos no acompañados.
En febrero del año pasado, se encendieron las alarmas en el Gobierno de Estados Unidos por el aumento de menores que llegaban a la frontera sur sin adultos que los acompañaran. De 2003 a 2021, más de 400.000 menores cruzaron la frontera sin sus padres.
Más del 65% de los menores no acompañados son varones, según datos oficiales de 2019. Aunque cerca del 40% tiene entre 16 y 17 años, se registran casos de niños mucho más pequeños, por ejemplo de seis años.
La violencia de las pandillas y la persecución son motivos de esta migración. Además, en 2019, algunos padres empezaron a mandar a los hijos solos al darse cuenta que el Gobierno de Estados Unidos no los devolvía si habían llegado sin adultos. Muchos de ellos, además, ya tienen parientes viviendo en el país norteamericano.
Los ucranianos en la frontera sur
Este año también se registró una “situación única” en la frontera sur, explica WOLA, que fue la presencia de un número “elevado” de ucranianos que huyeron de la guerra en su país y llegaron hasta allí.
La situación cambió a partir de abril, cuando Estados Unidos puso en marcha el programa “Unidos por Ucrania” para permitir el ingreso temporal de migrantes de ese origen. Hasta entonces en la frontera se les estaba procesando con base en distintos mecanismos y no aplicaban para ellos las restricciones del Título 42 que sí afectan a miles de latinoamericanos.
Con información de Priscilla Alvarez, Geneva Sands y Catherine E. Shoichet.