(Reuters) – Una ciudadana de Alemania, apodada como “criptorreina”, acusada de estafar a inversores por US$ 4.000 millones mediante la venta de una criptomoneda falsa llamada OneCoin, fue añadida a la lista de los diez fugitivos más buscados por el FBI, según informaron este jueves las autoridades estadounidenses.
Ruja Ignatova, también conocida como “Cryptoqueen” (criptorreina, o reina de las criptos), fue acusada en 2019 de ocho cargos que incluyen fraude electrónico y fraude financiero por dirigir la empresa OneCoin Ltd, con sede en Bulgaria, como un esquema piramidal. Los fiscales dicen que la compañía ofrecía comisiones a los miembros para atraer a otros a comprar una criptomoneda sin valor.
“Ella sincronizó su esquema perfectamente, capitalizando la especulación frenética de los primeros días de las criptomonedas”, dijo Damian Williams, el principal fiscal federal en Manhattan.
Williams describió OneCoin como “uno de los mayores esquemas piramidales de la historia”.
Ignatova desapareció a finales de 2017 después de poner un micrófono en un apartamento de su novio estadounidense y enterarse de que estaba cooperando con una investigación del FBI sobre OneCoin, dijo Williams. Embarcó en un vuelo de Bulgaria a Grecia y no ha sido vista desde entonces, dijo.
El FBI ofrece una recompensa de US$ 100.000 por información que conduzca a la captura de Ignatova, dijo Michael Driscoll, director adjunto del FBI en Nueva York.
Driscoll se negó a comentar cualquier pista sobre el paradero de Ignatova. La agencia incluye a los fugitivos en su lista de más buscados cuando cree que el público puede ayudar a localizar a los sospechosos.
“Se fue con una tremenda cantidad de dinero en efectivo”, dijo Driscoll a los periodistas. “El dinero puede comprar muchos amigos, y me imagino que ella se está aprovechando de eso”.
Ignatova fue acusada junto a Mark Scott, un exabogado corporativo que, según los fiscales, blanqueó alrededor de US$ 400 millones para OneCoin. Scott fue declarado culpable de conspiración para cometer blanqueo de dinero y conspiración para cometer fraude bancario tras un juicio de tres semanas en un tribunal federal de Manhattan.