(CNN) – Una vez más, el covid-19 parece estar en todas partes. Si sientes que te tomó por sorpresa, no eres el único.
Tras el maremoto de ómicron que arrasó Estados Unidos en enero y el menor aumento de casos en la primavera boreal provocado por la subvariante BA.2, podríamos haber pensado que era posible ignorar al coronavirus por un tiempo.
Después de todo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) estimaron en diciembre que casi todos los estadounidenses se habían vacunado o tenían anticuerpos de una infección anterior. Seguramente toda esa inmunidad nos daría un respiro.
Pero de repente, muchas personas que se habían recuperado de covid-19 en marzo o abril se encontraron agotadas, tosiendo y mirando dos líneas rojas en una prueba rápida. ¿Cómo puede ocurrir esto de nuevo, y tan pronto?
El culpable esta vez es otro descendiente de ómicron, el BA.5. Tiene tres mutaciones clave en su proteína de la espícula que lo hacen mejor para infectar nuestras células y más hábil para burlar nuestras defensas inmunitarias.
En poco más de dos meses, el BA.5 superó a sus predecesores para convertirse en la causa dominante del covid-19 en Estados Unidos. La semana pasada, esta subvariante causó casi 2 de cada 3 nuevas infecciones de covid-19 en este país, según los últimos datos de los CDC.
Los estudios de laboratorio de los anticuerpos de la sangre de las personas que han sido vacunadas o se han recuperado de infecciones recientes de covid-19 han analizado lo bien que resisten a la BA.5, y esta subvariante es capaz de evadirlos. Así que las personas que se enfermaron de covid tan recientemente como el invierno o incluso la primavera pueden volver a ser vulnerables al virus.
“No sabemos sobre la gravedad clínica de BA.4 y BA.5 en comparación con nuestras otras subvariantes de ómicron”, dijo la directora de los CDC, la Dra. Rochelle Walensky, en una reunión informativa del Equipo de Respuesta al Covid-19 en la Casa Blanca el martes. “Pero sí sabemos que es más transmisible y más evasivo de la inmunidad. Las personas con una infección previa, incluso con BA.1 y BA.2, probablemente sigan corriendo el riesgo de contraer BA.4 o BA.5”.
Una oleada en toda regla
El resultado es que nos estamos enfermando en masa. Dado que los estadounidenses ahora suelen realizarse pruebas caseras más rápidas, los recuentos oficiales de casos, que actualmente rondan los 110.000 nuevos contagios al día, reflejan solo una fracción de la verdadera carga de la enfermedad.
“Estimamos que por cada caso notificado hay 7 no notificados”, escribió en un correo electrónico Ali Mokdad, profesor de ciencias de métrica sanitaria del Instituto de Métrica y Evaluación Sanitaria de la Universidad de Washington.
Otros expertos creen que la oleada podría ser hasta 10 veces mayor de lo que se informa ahora.
“Estamos probablemente cerca de un millón de nuevos casos al día”, dijo el Dr. Peter Hotez el lunes a CNN. “Se trata de una oleada de BA.5 en toda regla la que estamos viviendo este verano boreal. En realidad se ve peor en los estados del sur, al igual que en 2020, al igual que en 2021”, dijo Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical en el Colegio de Medicina Baylor en Houston.
Eso nos sitúa en el rango de casos reportados durante la primera ola de la variante ómicron, en enero. ¿Recuerdan cuando parecía que todo el mundo enfermaba al mismo tiempo? Esa es la situación en Estados Unidos de nuevo.
Puede que no parezca gran cosa, porque las vacunas y los mejores tratamientos han reducido drásticamente el riesgo de muerte por covid-19. Aun así, entre 300 y 350 personas mueren de media cada día a causa del covid-19, lo suficiente para llenar un gran avión de pasajeros.
“Esto es inaceptable. Es demasiado alto”, dijo el Dr. Ashish Jha, coordinador del Equipo de Respuesta al Covid-19 de la Casa Blanca, en la sesión informativa del martes.
Las hospitalizaciones diarias también están aumentando en Estados Unidos. La fracción de pacientes que necesitan cuidados intensivos ha aumentado un 23% en las últimas dos semanas. Y otros países también están experimentando oleadas de BA.5.
“Me preocupa que los casos de covid-19 sigan aumentando, lo que supone una mayor presión sobre unos sistemas sanitarios y trabajadores de la salud que están al límite. También me preocupa la tendencia al aumento de las muertes”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, en una rueda de prensa el martes tras la decisión del organismo de mantener su declaración de emergencia para el covid-19.
La pandemia, dijo, “no está cerca de terminar”.
Lo que está en juego con la propagación continua
También hay que tener en cuenta riesgos sanitarios más traicioneros. Un estudio reciente que comparó la salud de las personas que se habían infectado una o más veces con covid-19 descubrió que el riesgo de problemas de salud nuevos y a veces duraderos aumentaba con cada infección posterior, lo que sugiere que las reinfecciones no son necesariamente benignas.
Aunque la vacunación reduce el riesgo de contraer covid de forma prolongada, un cierto porcentaje de personas presenta síntomas duraderos tras una reinfección.
Esa es otra razón por la que el elevado número de casos de covid-19 es un gran problema: dado que el virus se sigue propagando de forma desenfrenada, tiene todas las oportunidades de mutar para hacer versiones aún más aptas y más infecciosas de sí mismo. Lo hace más rápido de lo que podemos cambiar nuestras vacunas, lo que nos deja atascados en un proceso de infección y reinfección de covid.
El martes, el Dr. Anthony Fauci, director de los Institutos Nacionales de Alergia y Enfermedades Infecciosas, pidió a los estadounidenses que utilicen todas las herramientas disponibles para detener la propagación del virus, incluyendo el uso de mascarillas, la ventilación y el distanciamiento.
“Tenemos que mantener los niveles de virus al nivel más bajo posible, y esa es nuestra mejor defensa. Si un virus no se replica ni se propaga de forma muy robusta, tiene menos posibilidades de sufrir una mutación, lo que le da menos posibilidades de evolucionar hacia otra variante”, dijo Fauci en una reunión informativa.
De hecho, esto ya está ocurriendo.
Entra en escena la subvariante BA.2.75
Mientras Estados Unidos se enfrenta a la subvariante BA.5, los cazadores de variantes de todo el mundo están observando de cerca a otro descendiente de ómicron, la BA.2.75. Se ha detectado en unos 10 países, incluido Estados Unidos, y parece estar creciendo rápidamente en la India.
BA.2.75 tiene nueve cambios en su espícula que lo distinguen de BA.2 y unos 11 cambios en comparación con BA.5, según Tom Peacock, virólogo del Imperial College de Londres.
Varias de las mutaciones de BA.2.75 se encuentran en una región de la proteína de la espícula que se sabe que es un lugar importante para que los anticuerpos se unan para detener el virus, dijo Ulrich Elling, un científico de la Academia Austriaca de Ciencias que supervisa las variantes de coronavirus para ese país.
Hay poca información con la que trabajar: todavía no se sabe, por ejemplo, cómo puede competir el BA.2.75 con el BA.5 o si causa una enfermedad más grave. Pero los expertos dicen que tiene todas las características de una variante que podría volverse global.
“Ya se ha extendido a muchos países diferentes, así que sabemos que tiene cierto poder de permanencia”, dijo Shishi Luo, director asociado de bioinformática y enfermedades infecciosas de Helix Labs, que descodifica muestras de virus para los CDC y otros clientes.
Por eso, y por los cambios en la región del virus que nuestros anticuerpos buscan para desactivarlo, “sabemos de antemano que éste causará algunos problemas”, dijo Luo.
Basándose en lo que sabemos ahora, espera que esta subvariante pueda impulsar una oleada de covid-19 en otoño en Estados Unidos.
Mientras tanto, dijo Jha, las personas deben recibir los refuerzos que estén a su alcance para mantener su inmunidad lo más fuerte posible. Las autoridades sanitarias de EE.UU. subrayaron que las personas que se refuercen ahora podrán recibir una vacuna actualizada este otoño que incluya las cepas BA.4 y BA.5.
Jha instó específicamente a los estadounidenses de 50 años o más a que “si no se han vacunado este año, lo hagan ahora. Podría salvarles la vida”, dijo.