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Biden pide al Congreso suspender impuestos a la gasolina y al diésel
01:15 - Fuente: CNN

(CNN) – Si bien los precios en las gasolineras son uno de los símbolos más evidentes de la creciente inflación, los economistas están más preocupados por los efectos de las subidas de precios de otra fuente importante de combustible: el diésel.

El diésel desempeña un papel muy importante en los precios al consumo porque, junto con sus primos químicos, el combustible para aviones y el fuel marítimo, mueve casi todo lo que se cultiva, procesa o fabrica en el mundo.

“El diésel es el motor del transporte por carretera. Es lo que impulsa nuestra economía global”, dijo Joseph Sykora, analista de valores de Aptus Capital Advisors. “No se puede ignorar en términos de cómo se alimenta de lo que cuestan las cosas”.

Estados Unidos consumió unos 128 millones de galones de diésel al día en 2021, según la Administración de Información Energética de EE.UU., pero la producción, especialmente la capacidad de refinado, no ha estado a la altura del aumento de la demanda posterior a la crisis del covid y la escasa oferta ha disparado los precios.

Según el Índice de Precios al Consumo de junio, publicado el miércoles, la categoría de energía que incluye el diésel aumentó un 75,8% interanual, un incremento aún mayor que el del 59,9% de los precios de la gasolina.

Aunque el costo del petróleo y el gas se ha reducido en las últimas semanas respecto a los máximos de la primavera boreal, los analistas se muestran escépticos respecto a la duración de este respiro, y eso antes de tener en cuenta la perspectiva de una temporada de huracanes inusualmente activa o de otras perturbaciones geopolíticas como la reducción de las exportaciones de combustible a la Unión Europea por parte de Rusia.

“Los inventarios no han sido tan bajos en una generación en todo el mundo. Hay posibilidades de que se produzcan problemas incluso si superamos esta tormenta de preocupaciones sobre las redes eléctricas y los huracanes en los próximos meses”, dijo Tom Kloza, jefe global de análisis energético de OPIS. “Si hay un combustible que podría dispararse absolutamente, creo que es el diésel”.

La demanda de diésel es menos elástica que la de gasolina. Aunque la gente puede responder a los altos precios de la gasolina utilizando menos sus autos, no hay buenas alternativas al diésel a nivel industrial, dijo Bill Fitzpatrick, director gerente y gestor de carteras de Logan Capital Management.

“Todos estamos buscando soluciones, pero las tecnologías innovadoras aún no han dado frutos. Parece que estamos tratando de reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, pero aún no lo hemos conseguido”, dijo.

Aunque los vehículos eléctricos han ganado terreno como alternativa a los vehículos de pasajeros y camiones de gasolina, según Sykora, las flotas de camiones, aviones y cargueros siguen funcionando con hidrocarburos. “La tecnología no existe a escala para la transición a los vehículos eléctricos en el transporte de mayor capacidad”, dijo.

El efecto dominó del diésel

El costo elevado del diésel se extiende por las cadenas de suministro de las empresas. Walmart dijo en un memorando obtenido por el diario The Wall Street Journal que comenzará a añadir un cargo adicional por combustible a algunos de sus proveedores el próximo mes. En abril, Amazon impuso una tasa similar a los vendedores que utilizan sus servicios de distribución.

El impacto ya está llegando a los precios de las tiendas, y los analistas dicen que hay que esperar más de lo mismo.

“Esencialmente, todos los bienes que tienen que ser enviados por camión van a verse afectados”, dijo Michael Englund, economista jefe de Action Economics. El informe del IPC del miércoles mostró que el costo de los alimentos en el hogar aumentó más de un 12% con respecto al año anterior.

El encarecimiento del diésel no solo aumenta el costo del transporte de los alimentos, sino también el del cultivo, y los expertos del sector agrícola advierten de que el mantenimiento de los precios altos podría provocar escasez.

Kyle Kotzmoyer, funcionario de la Oficina Agrícola de Pennsylvania, dijo a los legisladores de ese estado durante una audiencia celebrada en junio que algunos agricultores no pueden permitirse hacer funcionar sus tractores y están abandonando los cultivos de alto consumo energético, como el frijol y el maíz, como resultado.

“Muchos procesos industriales dependen en gran medida del transporte”, dijo Englund. Esto incluye la producción y el transporte de materiales y suministros para la construcción, lo que ejerce una presión adicional sobre un mercado ya castigado para los compradores de viviendas, así como para los inquilinos.

Algunos analistas afirman que ni siquiera una dolorosa recesión podría frenar la presión. “Si bien es cierto que eso reducirá la demanda, yo no esperaría ver una fuerte relajación en términos de precios, simplemente porque hay muy poca capacidad excedente en el mercado para absorber cualquier demanda adicional”, dijo Fitzpatrick.

“La gente grita que viene el lobo por los precios del petróleo”, dijo Kloza. “Este año, creo que el lobo está en la puerta del diésel”.