Hong Kong (CNN) – Más de 2.000 turistas quedaron varados en una ciudad turística del sur de China después de que las autoridades impusieran un confinamiento repentino para frenar un brote de coronavirus, mientras la estricta política de “cero” covid-19 del país sigue trastornando los negocios y la vida cotidiana.
La ciudad de Beihai, un popular destino de vacaciones de verano conocido por su playa de arena blanca y su isla volcánica en la región de Guangxi, registró más de 500 infecciones en la última semana, un brote importante para los estándares de China.
Este sábado, el gobierno de Beihai cerró las zonas urbanas de la ciudad —donde se encuentran sus centros turísticos—, ordenó la realización de pruebas masivas y prohibió a los residentes salir de sus casas.
Las amplias restricciones por el covid también llegaron a la isla de Weizhou, un islote periférico situado a más de una hora de viaje en barco y popular por su pintoresca costa y sus playas. A partir de este viernes, se ordenó a los turistas que abandonaran la isla, y a los hoteles y pensiones que devolvieran el dinero a sus huéspedes sin condiciones.
Este domingo, la isla de Weizhou cerró todos los lugares de ocio, desde bares, cines y salones de masaje hasta piscinas. También se cerraron los lugares de ocio de la isla.
En una conferencia de prensa celebrada este domingo, las autoridades locales dijeron que los más de 2.000 turistas que se encontraban varados en Beihai serían tratados en función de su nivel de riesgo de covid-19: aquellos que no hubieran estado en zonas de riesgo medio o alto y que no hubieran sido identificados como contacto directo o secundario de una persona infectada podrían salir siempre que pudieran mostrar un resultado negativo en la prueba de covid; los demás tendrían que permanecer en la ciudad y someterse a cuarentena.
Dos funcionarios de la ciudad fueron destituidos de sus cargos por no tomar las medidas adecuadas para evitar la propagación del virus, informó la cadena estatal CCTV.
El súbito confinamiento del centro turístico es el último ejemplo del dolor económico infligido por la costosa estrategia china de “cero cpvod”. La semana pasada, la economía del país registró su peor resultado trimestral en más de dos años, tras meses de duras cuarentenas que causaron estragos en todo el país.
El sector turístico chino se ha visto afectado por las aparentemente interminables restricciones de viaje y los confinamientos repentinos, especialmente este año. Durante las vacaciones del Día del Trabajo, en mayo, solo se realizaron 160 millones de viajes nacionales, un tercio menos que en el mismo periodo del año anterior, según el Ministerio de Cultura y Turismo.
Muchos destinos turísticos esperaban ver más visitantes en las vacaciones de verano, pero las nuevas subvariantes altamente transmisibles de ómicron pusieron a los gobiernos locales bajo más presión para controlar los brotes de covid.
Este domingo, China informó de casi 600 infecciones de transmisión local, su mayor aumento desde mayo. Al menos 16 provincias de todo el país han identificado casos de covid-19 de transmisión local en lo que va de mes, según la Comisión Nacional de Salud.
En Macao, el gobierno dijo este sábado que iba a prolongar el cierre de la ciudad hasta el 22 de julio, en su lucha por contener el mayor brote de covid de la historia del centro de juego.
Macao impuso el cierre el 11 de julio, cerrando sus casinos y prohibiendo a los residentes salir de sus apartamentos, excepto para actividades esenciales como la compra de alimentos. Desde mediados de junio se han registrado unos 1.700 contagios.