Hong Kong/Beijing/Taipei (CNN) – La posible visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán ha resultado en severas advertencias de Beijing y una creciente preocupación en Washington.
Aunque la demócrata de California hasta ahora se ha negado a confirmar públicamente el viaje, ha invitado tanto a demócratas como a republicanos a acompañarla.
China arremetió contra la posible visita y prometió tomar “medidas firmes y contundentes” si el viaje sigue adelante. Esta semana, el Ministerio de Defensa de China reiteró la amenaza y advirtió: “Si Estados Unidos insiste en seguir su propio curso, el ejército chino nunca se quedará de brazos cruzados”.
Los funcionarios estadounidenses están preocupados de que la posible visita se encuentre con una respuesta militar de China, lo que podría desencadenar la peor crisis bilateral en décadas.
Las tensiones fueron el telón de fondo para una larga llamada telefónica entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y el líder chino, Xi Jinping, el jueves, en la que Xi advirtió a Estados Unidos que no “jugara con fuego” en el tema de Taiwán, aunque ninguna de las partes confirmó si se discutieron los planes de pelosi. Los preparativos para la llamada antecedieron los informes del posible viaje.
Esto es lo que debes saber sobre la posible visita de alto riesgo.
¿Por qué le molesta a Beijing la posible visita de Pelosi?
El gobernante Partido Comunista de China reclama la democracia autogobernada de Taiwán como su propio territorio, a pesar de que nunca lo ha gobernado, y no ha descartado el uso de la fuerza para “reunificar” la isla con China continental.
Durante décadas, Beijing ha buscado aislar a Taipei en el escenario mundial, desde socavar a sus aliados diplomáticos hasta impedir que se una a organizaciones internacionales.
China se opone enérgicamente a cualquier medida que parezca dar a Taiwán un sentido de legitimidad internacional. Y a los ojos de Beijing, las visitas de alto perfil al extranjero de funcionarios taiwaneses, o las visitas de funcionarios extranjeros a Taiwán, harían eso, precisamente.
En 1995, una visita del entonces presidente de Taiwán, Lee Teng-hui, a Estados Unidos desencadenó una gran crisis en el Estrecho de Taiwán. Enfurecida por el viaje, China disparó misiles en las aguas alrededor de Taiwán, y la crisis terminó solo después de que Estados Unidos envió dos grupos de batalla de portaaviones al área en una contundente muestra de apoyo a Taipei.
En los últimos años, Taiwán ha recibido una oleada de visitas de delegaciones de EE.UU., compuestas por funcionarios y legisladores en ejercicio y jubilados. Eso ha provocado respuestas airadas de China, incluido el envío de aviones de combate a la zona de identificación de defensa aérea autodeclarada de Taiwán.
Pero la estatura política de Pelosi hace que su posible visita a Beijing sea aún más provocativa.
“Pelosi es la tercera funcionaria pública en la línea de sucesión después del presidente y el vicepresidente, creo que los chinos se lo toman muy en serio”, dijo Susan L. Shirk, presidenta del Centro para la China del Siglo XXI en la Universidad de California en San Diego.
“Así que ella es una figura muy importante en la política estadounidense. Es diferente de un miembro ordinario del Congreso”.
Pelosi es una antigua crítica del Partido Comunista Chino. Ha denunciado el historial de derechos humanos de Beijing y se ha reunido con disidentes a favor de la democracia y con el Dalai Lama, el líder espiritual tibetano exiliado que sigue siendo una piedra en el zapato del gobierno chino.
En 1991, Pelosi desplegó una pancarta en la Plaza Tiananmen de Beijing para conmemorar a las víctimas de la masacre de manifestantes prodemocracia en 1989. Más recientemente, expresó su apoyo a las protestas a favor de la democracia de 2019 en Hong Kong.
¿Por qué el posible viaje alimenta las tensiones entre EE.UU. y China?
Beijing advirtió que el viaje de Pelosi, si se materializa, tendrá “un impacto negativo severo en los cimientos políticos de las relaciones entre China y Estados Unidos”.
Estados Unidos cambió formalmente el reconocimiento diplomático de Taipei a Beijing en 1979, pero durante mucho tiempo ha transitado por un delicado camino intermedio. Washington reconoce a la República Popular China como el único gobierno legítimo de China, pero mantiene estrechos vínculos no oficiales con Taiwán.
Estados Unidos también proporciona a Taiwán armamento defensivo según los términos de la Ley de Relaciones con Taiwán, que tiene décadas de antigüedad, pero sigue siendo deliberadamente vago sobre si defendería a Taiwán en caso de una invasión china, una política conocida como “ambigüedad estratégica”.
El giro autoritario de China bajo el liderazgo de Xi y la caída en picado de las relaciones con Washington han acercado a Taiwán a la órbita de Estados Unidos. Esto enfureció a Beijing, que acusó a Washington de “jugar la carta de Taiwán” para contener el ascenso de China.
EE.UU., por su parte, ha intensificado su compromiso con Taiwán, aprobando la venta de armas y enviando delegaciones a la isla.
Desde que el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promulgó la Ley de Viajes de Taiwán en marzo de 2018, funcionarios y legisladores estadounidenses se han embarcado en más de 20 viajes a la isla, según un recuento de CNN. La ley de 2018 fomenta las visitas entre funcionarios de EE.UU. y Taiwán en todos los niveles.
Taiwán ocupó un lugar destacado en la llamada telefónica de dos horas y 17 minutos entre Xi y Biden, y el líder chino instó a Washington a cumplir los acuerdos existentes con Beijing “tanto de palabra como de hecho”, según una lectura del Ministerio de Relaciones Exteriores de China. La declaración agregó que China “salvaguardaría resueltamente” su soberanía nacional.
Por su parte, Biden reiteró que la política estadounidense “no había cambiado”, según una lectura de la llamada de la Casa Blanca.
“Estados Unidos se opone firmemente a los esfuerzos unilaterales para cambiar el statu quo o socavar la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán”, dijo Biden, según el comunicado.
¿Alguna vez ha visitado Taiwán un presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos?
El eventual viaje de Pelosi no sería la primera vez que un presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU. visita Taiwán.
En 1997, Newt Gingrich visitó Taipei solo unos días después de su viaje a Beijing y Shanghai. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China criticó a Gingrich después de su visita a Taiwán, pero la respuesta se limitó a la retórica.
Beijing ha indicado que las cosas serían diferentes esta vez.
Veinticinco años después, China es más fuerte, más poderosa y segura de sí misma, y su líder Xi ha dejado en claro que Beijing ya no tolerará ningún desprecio o desafío a sus intereses.
“China está en condiciones de ser más asertiva, de imponer costos y consecuencias a los países que no toman en cuenta los intereses de China en sus acciones o formulación de políticas”, dijo Drew Thompson, investigador sénior visitante en la Escuela Lee Kuan Yew de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Singapur.
¿Qué pasa con el momento del posible viaje?
La posible visita de Pelosi también se produciría en un momento delicado para China.
La presidenta de la Cámara había planeado previamente encabezar una delegación del Congreso de EE.UU. a Taiwán en abril, pero pospuso el viaje después de que dio positivo por covid-19.
El ejército chino celebra su aniversario de fundación el 1 de agosto, mientras que Xi, el líder más poderoso del país en décadas, se prepara para romper las convenciones y buscar un tercer mandato en el 20º congreso del Partido Comunista este otoño.
En agosto, también se espera que los líderes chinos se reúnan en el balneario de Beidaihe para su cónclave anual de verano, donde discutirán movimientos de personal e ideas políticas a puerta cerrada.
“Es un momento muy tenso en la política interna china”, dijo Shirk. “(Xi) mismo y muchos otros miembros de la élite en China verían la visita de Pelosi como una humillación de Xi Jinping (y) su liderazgo. Y eso significa que se sentirá obligado a reaccionar de una manera que demuestre su fuerza”.
Si bien el momento políticamente delicado podría desencadenar una respuesta más fuerte de Beijing, algunos expertos creen que también podría significar que el Partido Comunista querría garantizar la estabilidad y evitar que las cosas se salgan de control.
“Honestamente, este no es un buen momento para que Xi Jinping provoque un conflicto militar justo antes del 20º congreso del partido. A Xi Jinping le interesa manejar esto racionalmente y no instigar una crisis además de todas las otras crisis que tiene que enfrentar”, dijo Thompson, citando la desaceleración de la economía de China, la profundización de la crisis inmobiliaria, el aumento del desempleo y la lucha constante para frenar los brotes esporádicos bajo su política de cero covid.
¿Cómo reaccionará China?
China no ha especificado qué “medidas de fuerza” planea tomar, pero algunos analistas chinos dicen que la reacción de Beijing podría involucrar un componente militar.
“China responderá con contramedidas sin precedentes, las más fuertes que jamás haya tomado desde las crisis del Estrecho de Taiwán”, dijo Shi Yinhong, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Renmin de China.
En privado, los funcionarios de la administración de Biden han expresado su preocupación de que China podría tratar de declarar una zona de exclusión aérea sobre Taiwán para cambiar el posible viaje, dijo un funcionario estadounidense a CNN.
Los funcionarios de seguridad nacional están trabajando discretamente para convencer a Pelosi de los riesgos que podría plantear su posible viaje a Taiwán, mientras que el Pentágono está desarrollando un plan de seguridad para utilizar barcos y aviones para mantenerla a salvo si decide seguir adelante.
Pero la preocupación constante entre los funcionarios estadounidenses es que podrían ocurrir errores de cálculo o incidentes o accidentes involuntarios si China y EE.UU. aumentan significativamente sus operaciones aéreas y marítimas en la región.
Estados Unidos no espera una acción hostil directa de Beijing durante una posible visita de Pelosi. Al menos cinco funcionarios de Defensa describieron esto como una posibilidad muy remota y dijeron que el Pentágono quiere que se reduzca la retórica pública.
¿Qué ha dicho Taiwán sobre el posible viaje de Pelosi?
Taiwán ha hecho pocos comentarios sobre la situación. Cuando el diario Financial Times informó por primera vez sobre la posible visita de Pelosi la semana pasada, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán dijo que “no había recibido información” sobre la visita.
Durante una rueda de prensa regular el jueves, una portavoz del ministerio reiteró que no había recibido ninguna información definitiva sobre si Pelosi visitaría la isla y “no tenía más comentarios” sobre el asunto.
“Invitar a los miembros del Congreso de EE.UU. a visitar Taiwán ha sido durante mucho tiempo un enfoque del Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán y de nuestra Oficina de Representación Económica y Cultural de Taipei en Estados Unidos”, dijo la portavoz Joanne Ou.
Ni la presidenta Tsai Ing-wen ni la oficina presidencial han emitido declaraciones sobre el posible viaje de Pelosi.
El miércoles, el primer ministro de Taiwán, Su Tseng-chang, dijo que la isla da la bienvenida a cualquier invitado amistoso del exterior. “Estamos muy agradecidos con la presidenta Pelosi por su fuerte apoyo y amabilidad hacia Taiwán a lo largo de los años”, dijo.
Aunque los medios internacionales observan de cerca los acontecimientos, la escalada de tensión apenas llegó a los titulares en Taiwán esta semana. Los medios de comunicación de Taiwán se han centrado principalmente en las próximas elecciones locales y en los ejercicios militares taiwaneses.
Previamente, los funcionarios taiwaneses dieron la bienvenida públicamente a las visitas de las delegaciones estadounidenses, viéndolas como una señal de apoyo de Washington.