(Reuters) – El café de cannabis RG420 abrió hace solo cuatro días en Khao San, una zona de Bangkok muy popular entre los mochileros, y ya está abarrotado de clientes.
Desde que Tailandia despenalizó la marihuana en junio, unas semanas antes de que se eliminaran los controles de covid para los visitantes extranjeros, han surgido varios establecimientos de este tipo por toda la capital.
Las llegadas de extranjeros se redujeron de casi 40 millones en 2019 a 2 millones en la primera mitad de 2022, y el propietario de RG420, Ongard Panyachatiraksa, y otros como él, consideran que sus cafés son fundamentales para los esfuerzos por revivir una industria turística que contribuía a cerca del 12% del PIB antes de la pandemia.
Panyachatiraksa afirma que cientos de personas han visitado el café todos los días, y que planea abrir más locales.
“Los europeos, los japoneses y los estadounidenses buscan la sativa tailandesa”, dijo Ongard a Reuters, refiriéndose a una variedad de cannabis. “El cannabis y el turismo son compatibles”.
No todos están de acuerdo.
En 2018, Tailandia se convirtió en el primer país del sudeste asiático en legalizar la marihuana para uso médico. En junio, se despenalizó la planta en su totalidad.
Esto llevó a una explosión de su uso recreativo, algo que los funcionarios del gobierno, preocupados por los efectos negativos en la salud y la productividad a menudo vinculados al uso incontrolado de la droga, han tratado de desalentar.
“La ley no contempla el uso recreativo del cannabis… y por eso la promoción del turismo se centra en los aspectos médicos”, declaró el vicegobernador de la autoridad nacional de turismo, Siripakorn Cheawsamoot.
El rechazo a la forma en que se interpreta la nueva política ha provocado cierta confusión, y las autoridades han recurrido a la promulgación de normas parciales, como la prohibición de fumar cannabis en público y su venta a menores de 20 años.
Un comité parlamentario está debatiendo ahora un proyecto de ley para regular el consumo de cannabis que se espera que finalice en septiembre y que podría afectar a los cafés de cannabis.
Akira Wongwan, empresario del cannabis medicinal y uno de los asesores del comité, dijo que esperaba que el uso recreativo estuviera sujeto a las leyes de zonificación.
Mientras tanto, en la abarrotada sala de fumadores del RG420, una referencia a Rag Gan, una expresión tailandesa que significa “ámense los unos a los otros”, el británico Malik Khan acaba de terminar de armar un porro.
“Este país es hermoso, y además hay mucho que hacer aquí”, afirma este joven de 26 años. “(el cannabis) se suma a la escena muy bien”.