(CNN) – Cuando Brad Pitt llegó al estreno de su nueva película “Bullet Train” el mes pasado, su traje de lino fue noticia en todas partes, o al menos parte de él. El actor, conocido por sus papeles hipermasculinos en películas como “Fight Club” y “Once Upon a Time in Hollywood”, completó su conjunto rosa y marrón con un toque llamativo: una falda.
“¡No lo sé!” dijo Pitt más tarde a la revista Variety sobre la inspiración detrás de su elección de vestuario. “Todos vamos a morir, así que vamos a hacer lío”.
Pitt se unió a una lista creciente de estrellas que han sido fotografiadas recientemente con faldas de género neutro, desde el kilt plisado por debajo de la rodilla de Oscar Isaac en el estreno de “Moon Knight” hasta la minifalda rosa metálica de Lil Nas X. El actor Billy Porter, la estrella de “Schitt’s Creek” Dan Levy, el jugador de baloncesto Russell Westbrook y el rapero A$AP Rocky también han adoptado la tendencia.
Fuera de Hollywood, el fenómeno lleva años ganando adeptos, según Carl R. Friend, administrador (y autodenominado “Maestro Barista”) de “The Skirt Café”, un foro online dedicado a las faldas masculinas. Aunque cree que se está prestando una atención “indebida” a las celebridades que usan faldas, le da la bienvenida al aumento de la visibilidad.
“Es lo que es”, dijo Friend, cuyo interés por las faldas se remonta a los años 80, por correo electrónico. “Y si genera una aceptación de las faldas en los chicos, entonces supongo que es para mejor”.
Fustanelas, faldas escocesas y más
Aunque las faldas se asocian ahora comúnmente con la ropa de mujer, los hombres las han vestido en varios momentos de la historia. Las fustanellas plisadas, por ejemplo, pueden verse en las antiguas estatuas griegas y romanas, mientras que las versiones más contemporáneas se llevan desde entonces en países balcánicos como Albania, que las considera un traje nacional. Los kilts de tartán han seguido siendo un elemento de orgullo nacional para Escocia desde que se estrenaron en el siglo XVI, aunque hoy en día suelen reservarse para ocasiones especiales.
En muchas partes del mundo, sin embargo, las prendas masculinas con forma de falda forman parte del vestuario cotidiano. El sarong, una falda envolvente con dibujos brillantes, es usado por los hombres en culturas de Asia, Medio Oriente, África y las islas del Pacífico. Variaciones del sarong como el “sulu”, un estilo envolvente que se usa tanto en entornos informales como formales en Fiyi, y el “lungi”, que se usa en el sur y el sureste de Asia, siguen siendo estilos populares para hombres de todas las edades.
La estrella del fútbol David Beckham fue fotografiado con un pareo estampado en 1998 (los medios se burlaron de él en aquel momento, aunque más tarde dijo en una entrevista: “Es una cosa de la que nunca me arrepiento, porque pensé que quedaba muy bien y lo seguiría usando ahora”). Pero en gran parte del mundo occidental, los gustos se alejaron de la ropa masculina holgada en el siglo XVIII, dijo Friend.
“Seguimos trabajando bajo los dictados de la Revolución Industrial: las prendas largas y fluidas y la maquinaria de alta velocidad no combinan muy bien”, dijo, al tiempo que señaló el impacto de la Revolución Francesa, que vio cómo se abandonaba el gusto del país por los tejidos fluidos y extravagantes en favor de los colores nacionalistas y la ropa práctica y ajustada.
“La Revolución Francesa (…) supuso una drástica reducción de la vestimenta masculina en comparación, por ejemplo, con el Renacimiento”, añade Friend.
Una nueva ola
En los últimos años, la evolución de las conversaciones en torno al género y la identidad ha instigado un ajuste de cuentas colectivo sobre lo que significa vestir como un hombre. La generación Z y los jóvenes Millennials, como Harry Styles y Lil Nas X, incorporan con regularidad elementos de feminidad a sus armarios, y los minoristas están tomando nota. Tiendas en línea como ASOS, Mr Porter, Cettire y SSENSE son algunas de las que ahora tienen faldas para hombres, muchas de las cuales no se distinguirían de los diseños para mujeres si no fuera por los modelos masculinos.
En TikTok, por su parte, el hashtag #boysinskirts ha sido visto más de 240 millones de veces, con usuarios masculinos que comparten sus atuendos y consejos de estilo.
En su cuenta de Instagram @theguyinaskirt, el bloguero de estilo Shivam Bhardwaj comparte videos y fotos alegres de sí mismo usando faldas, de todos los colores y estilos, con su audiencia de más de 22.000 personas. Dice que, aunque gran parte de la atención de los medios en torno a esta tendencia se ha centrado en las estrellas masculinas heterosexuales, los miembros de la comunidad LGBTQ han vestido faldas desde hace mucho tiempo, e incluso han sido condenados al ostracismo por ello. En 2020, la presentadora estadounidense Wendy Williams se disculpó tras implorar a los hombres gay que “dejaran de usar nuestras faldas y nuestros tacones” en su programa, mientras que este año, un hombre gay con falda fue supuestamente atacado en el Reino Unido después de asistir a un concierto del cantante Yungblud, un artista conocido por su estilo de género fluido.
“La gente no celebra a los hombres con falda tanto como a los creadores heterosexuales o a las celebridades”, dijo Bhardwaj por correo electrónico. “Me entristece un poco que la gente no reconozca que los hombres de la comunidad (LGBTQ) han estado usando faldas durante muchas décadas, y hemos jugado un papel importante en la ruptura de este estereotipo”.
El mundo de la moda también ha estado ayudando a normalizar las faldas masculinas, con diseñadores como Dries Van Noten y Raf Simons enviando a los hombres por sus pasarelas con ellas en los últimos años. La falda gris plisada de Thom Browne (el mencionado diseño que llevan Oscar Isaac, Dan Levy y la estrella de “El Hobbit” Lee Pace, entre otros) se ha convertido en una especie de favorita de las celebridades, ya que el diseñador estadounidense le da la vuelta a la sastrería tradicional masculina con su silueta inesperada.
“Las faldas o cualquier prenda no describen tu género”, dice Bhardwaj. “La ropa está hecha para expresar tus sentimientos a la gente que hay en el mundo”.
Aceptación gradual
Friend, que está casado con una mujer, también espera desmentir la idea de que las faldas están ligadas a identidades de género u orientaciones sexuales específicas, diciendo que “mucha gente hace suposiciones incorrectas al respecto”. Los usuarios del Skirt Cafe forman “una comunidad que no está dispuesta a renunciar a su masculinidad” por el simple hecho de usar faldas, añadió.
Los miembros del foro en línea tienden a las faldas más básicas, explicó Friend, siendo las de mezclilla y cortas las más populares. Los usuarios también comparten consejos de estilo y sus nuevos favoritos, mientras que el sitio también alberga una lista de marcas de faldas para hombres. Entre las recomendaciones más recientes se encuentran las faldas de invierno con forro polar de la marca de Virginia The Mouse Works y una kilt de constructor de la marca escocesa de ropa de trabajo Blaklader: un diseño negro de algodón resistente con todo tipo de bolsillos para martillos, destornilladores y otras herramientas.
Sin embargo, el estigma de género hace que usar faldas en público sea una perspectiva desalentadora para muchos hombres, y los que lo hacen siguen siendo una minoría. La fascinación de Friend por estas prendas comenzó a mediados de la década de 1980, cuando vio a un hombre en un tren con una larga falda blanca. Durante mucho tiempo, dudó en incorporar las faldas a su vestuario diario debido a su trabajo en un “puesto de alta visibilidad de cara al cliente”. Finalmente, se atrevió a dar el paso en 2002, cuando se hizo su propia minifalda con algunos restos de tela de su mujer.
“La primera vez que me atreví a salir a la calle, me encantó la idea porque era la primera vez que sentía la brisa en mis piernas en décadas”, recuerda. “Le comenté (a mi mujer): ‘Me han engañado todos estos años’. Ella no solo lo aceptó, sino que lo abrazó, ya que, de repente, empezó a importarme mi aspecto”.
Bhardwaj dijo que usar faldas se ha convertido en algo más aceptado socialmente, y añadió que la respuesta a su cuenta había sido “muy abrumadora” y había recibido “tanto amor de todo el mundo”. El bloguero de moda, que ya posee más de 100 faldas, procede de lo que él describe como una familia india de “clase media-baja” que a menudo ha cuestionado sus elecciones de estilo. Su interés por las faldas surgió cuando compró una para una amiga y decidió probársela antes de publicar en las redes sociales un video en el que la llevaba puesta.
“Esa falda cambió literalmente mi vida y me ha ayudado a expresarme de la mejor manera posible”, dijo. Y aunque Bhardwaj dijo que la sociedad india tiene un “camino muy largo por recorrer” cuando se trata de aceptar a los hombres con faldas de estilo occidental, ha recibido cumplidos en la calle donde vive, en el estado de Uttar Pradesh, al norte de la India. Está contento de llevar sus estilos en la vida diaria, no solo en las redes sociales.
“Pensé literalmente que nadie me aceptaría con mis faldas, pero la gente me ha demostrado que estaba equivocado y me han aceptado con los brazos abiertos”, dijo.