Londres (CNN) – Si no puedes responder a la pregunta del titular de inmediato, probablemente dice más sobre ella que de ti.
La reina Isabel II hizo tanto durante tanto tiempo que puede ser difícil de cuantificar y simplemente no hay nadie comparable.
La reina Margarita de Dinamarca también lleva mucho tiempo en el cargo y es muy admirada por sus súbditos, pero el reinado de Isabel fue más largo y tuvo muchos más súbditos.
Quizá debamos preguntarnos primero cuál es la función principal de un monarca.
No es servir el mayor tiempo posible; es servir bien y dejar el trono en una posición más fuerte que cuando lo heredó. En este sentido, Isabel superó todos los pronósticos.
Isabel reinó durante un periodo de cambio que amenazaba a la monarquía en muchos frentes. La revolución de los medios de comunicación sometió a una institución que en gran medida evadía la rendición de cuentas a un escrutinio sin precedentes y le quitó parte de la mística que la hacía tan intrigante. Esto vino acompañado de una pérdida de deferencia por parte de la sociedad en general, lo que hizo que la monarquía pareciera aún más distante y poco afín.
Pero la reina tenía una habilidad única para convertir las amenazas en oportunidades y aceptó los medios de comunicación para conectar con sus súbditos, sobre todo invitando a las cámaras a filmarla en sus paseos y entre la gente. Televisó el mensaje de Navidad y con ello se introdujo en el momento familiar más íntimo del año británico. Tuvo una cuenta oficial en las redes sociales antes que ninguno de sus nietos.
Pero el mayor contragolpe de Isabel tiene que ser la Mancomunidad de Naciones. Cuando ascendió al trono, su imperio –que en su día fue el mayor de la Tierra– se estaba desmoronando. Un país tras otro votó a favor de la independencia y muchos lo vieron como el principio del fin de toda la institución de la monarquía.
Isabel, entonces aún veinteañera, detuvo la descomposición ofreciendo su apoyo a un grupo incipiente que su padre había supervisado para las naciones poscoloniales. La reina hizo de la Mancomunidad una prioridad y, bajo su dirección, ha pasado de ocho miembros a 56 en la actualidad.
¿Por qué es importante? Porque cambió la narrativa. Tan rápido como perdía autoridad con una base de poder que se hundía, la recuperaba como figura de una asociación de estados independientes. Mantenía su huella internacional y se modernizaba al mismo tiempo.
Ahora que la corona pasa a Carlos, esta es menos vulnerable de lo que era cuando ella la recibió, y ese tuvo que ser su mayor logro.
El deseo de la reina de que la Mancomunidad de Naciones se fortaleciera con Carlos a la cabeza se cumplió en 2018, cuando el organismo lo nombró su próximo jefe. Su ascenso al cargo no estaba garantizado, ya que el rey o la reina británicos no son automáticamente jefes de la Mancomunidad, sino que son los países miembros quienes eligen quién asume el cargo.
Desde entonces, Carlos ha dado cada vez más importancia a la Mancomunidad moderna mientras se preparaba para su propio reinado.
Cada vez asumió más responsabilidades de la Mancomunidad en nombre de su madre, como cuando dirigió a la familia el lunes en el servicio del Día de la Mancomunidad en la Abadía de Westminster. Coincidiendo con ese día, también lanzó becas de acción climática para estudiantes de pequeñas naciones insulares, muchas de las cuales forman parte de la Mancomunidad.
En una declaración en junio, el príncipe Carlos dijo que era “más importante que nunca” que los miembros se reunieran mientras el mundo sigue recuperándose de la pandemia. “Como familia de unos 2.600 millones de personas de cincuenta y cuatro naciones de seis continentes, la Mancomunidad representa una rica diversidad de tradiciones, experiencias y talentos que pueden ayudar a construir un futuro más igualitario, sostenible y próspero”, añadió.
Nota del editor: este contenido se publicó originalmente el 3 de junio de 2022, para el Jubileo de Platino de la reina Isabel.