Londres (CNN) — A principios de febrero, el presidente ruso, Vladimir Putin, aterrizó en Beijing y recibió una cálida bienvenida del líder chino, Xi Jinping, mientras los dos hombres fuertes demostraban su unidad ante el mundo en los Juegos Olímpicos de Invierno.
La cumbre, en la que el par promocionó sus lazos cada vez mayores y criticó la expansión de la OTAN, se llevó a cabo tres semanas antes de que Putin ordenara el ingreso de sus tanques a Ucrania. Si bien no se sabe si el tema de la guerra surgió durante sus conversaciones, una cosa está clara ahora: siete meses después, la invasión ha ido todo menos según lo planeado.
Putin acaba de sufrir quizás su peor semana desde los primeros días de la guerra, cuando sus tropas fueron derrotadas en Kyiv y obligadas a retirarse.
La reconquista de Ucrania en los últimos días de más de 6.000 kilómetros cuadrados (más de 2.300 millas cuadradas) de territorio, más de lo que Rusia ha capturado en todas sus operaciones desde abril, es otra derrota humillante para Putin, quien ha visto cómo su invasión vacila y su lista de amigos en el escenario mundial se reduce.
Las críticas a Putin están creciendo incluso entre sus partidarios en Rusia y, sin rodeos, le vendría bien una victoria. Afortunadamente para Putin, se presenta una oportunidad el jueves, cuando mantenga su primera reunión cara a cara con Xi desde que comenzó la invasión, al margen de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Uzbekistán.
Se habla mucho de la relación entre Rusia y China, que solo se ha fortalecido desde el comienzo de la guerra. Los expertos dicen que es probable que Putin cuente con Beijing más que nunca después de sus reveses en el campo de batalla.
“Rusia depende de China para demostrarle al mundo que su fuerte vínculo es un símbolo del aislamiento internacional fallido, a pesar de las severas sanciones occidentales”, dijo Velina Tchakarova, directora del Instituto Austriaco de Política Europea y de Seguridad en Viena.
En un momento en que la resolución de Occidente contra Rusia parece estar endureciéndose, y a medida que más naciones se unan a la OTAN y brinden asistencia a Ucrania cuanto más dure la guerra, el apoyo de la nación antioccidental más poderosa del mundo sería, naturalmente, de gran valor para Putin.
“El respaldo de China ayuda a Moscú a difundir las narrativas rusas, como culpar a las sanciones de la UE por la crisis alimentaria, culpar a la OTAN por el comienzo de la guerra. Crea un denominador común: la insatisfacción con el Occidente liderado por Estados Unidos y el caso positivo para estrechar los lazos con China”, dijo Tchakarova.
Rusia ha hablado sobre el apoyo de China en los últimos días. La semana pasada, el máximo legislador de China, Li Zhanshu, se reunió con el presidente de la Duma Estatal de Rusia y otros legisladores rusos en Moscú.
Según la Duma, Li dijo que “China comprende y apoya a Rusia en temas que representan sus intereses vitales, en particular sobre la situación en Ucrania… Vemos que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN están ampliando su presencia cerca de las fronteras de Rusia, amenazando seriamente la seguridad nacional y la vida de los ciudadanos rusos”.
Sin embargo, estas citas no estaban presentes en la declaración china sobre la reunión, lo que plantea la pregunta de qué tan formalmente China está dispuesta a apoyar a Rusia, ya que su invasión de Ucrania no muestra signos de terminar.
“Obviamente, China no quiere que Rusia se desmorone y, en un mundo ideal, preferiría un liderazgo estable de Putin sobre cualquier otra cosa”, dijo Kerry Brown, profesor de estudios chinos en el King’s College de Londres.
Sin embargo, agregó que “Ucrania será un problema no deseado que Beijing preferiría que desaparezca. Por supuesto, China no confía en la OTAN ni en Occidente, pero eso no significa que sea el mejor amigo de Rusia. En última instancia, China tiene sus propios intereses y esta inestabilidad no ayuda a China de ninguna manera obvia”.
Ver el apoyo de China a Rusia hasta la fecha a través de la lente del interés propio podría dar alguna indicación de dónde está el pensamiento de Beijing, especialmente en el período previo a la importante reunión política del próximo mes en Beijing, donde se espera ampliamente que Xi asuma un tercer mandato en el poder, consolidando su papel como el líder más poderoso de China en décadas.
El comercio entre los dos países creció durante los primeros seis meses de 2022, a pesar de la guerra. China acordó la semana pasada comenzar a pagar el gas ruso en yuanes y rublos en lugar de dólares, evitando muchas de las sanciones vigentes sobre las exportaciones de energía rusa.
Este apoyo económico, combinado con culpar a la OTAN y a Occidente por la guerra, está en el interés de China. Sin embargo, lo que los expertos dicen que es menos probable que sea del interés de China sería proporcionar la asistencia militar que Rusia parece necesitar a medida que avanza la guerra.
Los avances de Ucrania durante el fin de semana, las sanciones internacionales, los controles de exportación y los errores estratégicos de Moscú han dejado claro que Rusia podría tener un problema de suministros militares. La semana pasada, un funcionario estadounidense le dijo a CNN que Putin estaba en proceso de comprar millones de cohetes y proyectiles de artillería de Corea del Norte.
“No significa que los suministros estén necesariamente cerca del agotamiento, pero podrían estar cruzando la línea hacia existencias de contingencia para un conflicto más amplio y/o futuro”, dijo a CNN Joseph Dempsey, investigador asociado del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos. “Incluso si el conflicto terminara hoy, podría llevar muchos años recuperar lo que se ha perdido en Ucrania”.
Por muy bienvenido que sea el dinero de China en Moscú, cuanto más se prolongue la guerra, más apremiante podría volverse la escasez de Rusia. Los controles de exportación dificultan la importación de armas, junto con las herramientas para fabricarlas. Y para el tipo de equipo que necesita Rusia, hay un número finito de fuentes. Si China no va a ayudar, las opciones de Rusia se reducen aún más.
La desesperación potencial de Rusia, dice Dempsey, corre el riesgo de crear otra complicación.
“Por supuesto, una preocupación más amplia sobre el suministro de armas a Rusia es lo que una Rusia cada vez más desesperada podría estar dispuesta a dar a cambio, particularmente en el caso de Irán y Corea del Norte, este último que permanece bajo un embargo de armas integral de la ONU”.
Entonces, ¿qué se puede esperar que anuncie Putin después de su reunión con Xi? Sin duda habrá más compromisos con la relación económica, y es poco probable que China baje repentinamente el tono de su retórica sobre Occidente.
Pero la realidad para Putin es que Xi no puede hacer mucho para contrarrestar la acción que Occidente ha tomado contra Rusia. Y después de una semana de grandes pérdidas en el campo de batalla, esto debe preocupar al hombre que una vez creyó que su guerra terminaría en unos pocos días.