(CNN) – En medio de un incremento de encuentros con migrantes en la frontera sur, la ciudad de El Paso, Texas, lanzó este sábado un tablero de control sobre migrantes para seguir la actividad en su centro de recepción.
La ciudad ha atendido a más de 14.900 migrantes desde principios de septiembre y ha transportado a miles de ellos a ciudades más al norte.
Más de 8.000 migrantes han sido transportados desde El Paso a Nueva York y unos 2.300 a Chicago desde el 23 de agosto, cuando comenzó el programa de transporte en autobús, según el tablero de control. A los migrantes se les ofrecen los viajes financiados por la ciudad después de ser procesados y liberados por la Patrulla Fronteriza.
El “Migrant Situational Awareness Dashboard” también muestra los encuentros y liberaciones semanales de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de EE.UU., así como los recursos de la ciudad utilizados en el esfuerzo.
“Esta herramienta proporciona transparencia a nuestra comunidad sobre la actual crisis humanitaria y cómo se está gestionando diariamente”, dijo el subdirector de la ciudad, Mario D’Agostino, en un comunicado de prensa. “Desde el primer día, hemos sido abiertos sobre cómo estamos atendiendo respetuosamente a los migrantes que pasan por nuestra comunidad y nuestros importantes esfuerzos de emergencia para hacer frente a la actual crisis humanitaria”.
Los autobuses de migrantes enviados por El Paso se suman a los miles de migrantes que el estado de Texas ha transportado en autobús a Nueva York, Washington y Chicago desde agosto.
A medida que llegan más migrantes a Nueva York, el alcalde Eric Adams declaró el viernes el estado de emergencia para ayudar a responder a la crisis de los migrantes en la ciudad de Nueva York, que según él costará a la ciudad US$ 1.000 millones este año fiscal. “Ahora tenemos una situación en la que están llegando a la ciudad de Nueva York más personas de las que podemos acomodar inmediatamente, incluyendo familias con bebés y niños pequeños”, dijo Adams.
Según el alcalde, la ciudad de Nueva York tiene ahora más de 61.000 personas en su sistema de refugios, incluidos miles de personas sin hogar y miles de solicitantes de asilo que han sido trasladados en autobús en los últimos meses desde otras partes del país.
D’Agostino dijo anteriormente a CNN que el aumento sin precedentes de la migración ha puesto a prueba la infraestructura de El Paso.
Cada día, los agentes fronterizos se encuentran con un promedio de 1.500 migrantes en la región de El Paso, según el sitio web de la ciudad.
El aumento generó un problema de alojamiento, y algunos migrantes fueron enviados a hoteles, según D’Agostino.
El Paso abrió su centro de descanso para migrantes el mes pasado, después de que los albergues alcanzaran su capacidad máxima y la gente empezara a montar tiendas de campaña en la calle.
A poca distancia de allí, el sector de la Patrulla Fronteriza de El Paso también erigió recientemente un centro de procesamiento al aire libre de estilo triaje bajo un paso elevado de la autopista para ayudar a procesar a los migrantes más rápidamente. El centro incluye secciones de admisión, atención médica y una zona de espera, así como autobuses equipados con tecnología de procesamiento estacionados en el lugar.
Alrededor del 70% de los migrantes que llegan a El Paso procede de Venezuela y se dirige a El Paso porque es “actualmente el lugar más seguro para cruzar el río Grande hacia Estados Unidos”, según el sitio web de la ciudad de El Paso.
Tras realizar el peligroso viaje, los migrantes y solicitantes de asilo recién llegados entran en un sistema de inmigración muy complicado y saturado. Solo este año fiscal, los tribunales de inmigración estadounidenses registraron más de 819.000 nuevos casos de inmigración.
El Comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU., Chris Magnus, dijo que la última ola de migración está impulsada principalmente por personas que huyen de los “regímenes comunistas en decadencia” de Venezuela, Nicaragua y Cuba, que por lo general no están sujetos al Título 42, la orden de salud pública pandémica que permite a las autoridades expulsar rápidamente a algunos migrantes a México o a sus países de origen.