(CNN) – Una rara protesta contra Xi Jinping y sus políticas terminó rápidamente en Beijing el jueves, solo unos días antes de que el líder chino asegure un tercer mandato en el poder en una reunión clave del gobernante Partido Comunista.
Fotos que circulan en Twitter el jueves por la tarde muestran dos pancartas colgadas en un paso elevado de una importante vía en el noroeste de la capital china.
“Di no a la prueba del Covid, sí a la comida. No al encierro, sí a la libertad. No a la mentira, sí a la dignidad. No a la revolución cultural, sí a la reforma. No al gran líder, sí al voto. No seas un esclavo, sé un ciudadano”, dice una pancarta.
“Hacer huelga, sacar al dictador y traidor nacional Xi Jinping”, dice la otra.
Las fotos también muestran columnas de humo saliendo del puente.
CNN no puede verificar las imágenes de forma independiente, pero las ha geolocalizado en el puente Sitong, un paso elevado en el tercer anillo vial de Beijing en el distrito de Haidian.
Cuando CNN llegó al puente Sitong alrededor de las 3:30 pm del jueves, no se veían manifestantes ni pancartas. Sin embargo, una gran cantidad de personal de seguridad se encontraba en el paso elevado y en las inmediaciones. También se vio al personal de seguridad patrullando cada paso elevado por el que pasó CNN en el tercer anillo.
Las autoridades chinas aún no han comentado sobre el incidente. CNN se ha comunicado con la policía de Beijing en busca de comentarios.
Las protestas públicas contra los principales líderes son extremadamente raras en China, especialmente en el período previo a reuniones políticas importantes, cuando las autoridades convierten a Beijing en una fortaleza para mantener la seguridad y la estabilidad. El congreso nacional del Partido Comunista, que se celebra dos veces por década, es el evento más importante en el calendario político de China.
En el 20º Congreso del Partido que comienza el domingo, se espera ampliamente que Xi rompa con las normas recientes y extienda su gobierno por otro mandato, lo que podría allanar el camino para un gobierno de por vida.
Xi, el líder chino más poderoso y autoritario en décadas, ha emprendido una campaña radical para aplastar la disidencia, tanto dentro del partido como en la sociedad en general.
Su política draconiana de cero covid ha alimentado la creciente frustración pública, ya que los confinamientos continuos alteran la vida y causan estragos en la economía.