(CNN) – La relativa calma en las ciudades ucranianas alejadas de los campos de batalla del país se ha visto interrumpida por dos sonidos dolorosamente familiares esta semana: el ominoso sonido de las sirenas de ataque aéreo y los estallidos de los ataques rusos.
Una oleada de misiles, cohetes y drones ha golpeado docenas de lugares en toda Ucrania desde este lunes, según funcionarios, apuntando a la infraestructura civil en varias ciudades importantes, incluyendo Kyiv, situada a cientos de kilómetros de las líneas del frente en el este y el sur.
El amplio bombardeo recordó a los primeros días de la dispersa invasión inicial de Rusia en febrero, pero también subrayó que el conflicto en Ucrania, que durante meses pareció descender a una lenta y dolorosa rutina en el Donbás, ha estallado una vez más de cara al invierno boreal.
No es la primera vez que la guerra se mueve inciertamente hacia una nueva fase imprevisible. “Esta es la tercera, cuarta y posiblemente quinta guerra diferente que hemos observado”, dijo Keir Giles, consultor principal del Programa de Rusia y Eurasia de Chatham House.
Los ataques llegan tras semanas de avances terrestres ucranianos y comenzaron dos días después de que una enorme explosión dañara el puente de Kerch, el único paso entre la península de Crimea anexionada y Rusia. Esa explosión, que fue utilizada por el Kremlin como justificación para la embestida de este lunes, afectó a la psique rusa y dio a Ucrania un impulso estratégico importante.
Con la proximidad de los meses fríos, que probablemente traerán consigo una desaceleración de los combates terrestres, los expertos afirman que las próximas semanas de la guerra se prevén vitales, y otro posible aumento de la intensidad se cierne sobre Ucrania mientras cada bando busca dar otro golpe.
“Lo que parecía una perspectiva lejana para cualquier cosa que pudiera describirse convincentemente como una victoria de Ucrania es ahora mucho más plausible”, dijo Giles. “Es probable que la respuesta de Rusia se intensifique aún más”.
“Jugando hasta que suene el silbato”
Los ataques de este lunes, y otros ataques a lo largo de la semana, fueron la prueba de que el presidente de Rusia,Vladimir Putin, se lanzó en contra de Ucrania tras una serie de reveses en la guerra que han aumentado la presión doméstica.
Además, los ataques aéreos distraen la atención de lo que ha sido un tramo nefasto para Rusia en la guerra terrestre.
Oleksii Hromov, un alto funcionario militar de Ucrania, dijo la semana pasada que las fuerzas de Kyiv han recapturado unos 120 asentamientos desde finales de septiembre en su avance en las regiones de Járkiv, Donetsk y Jersón. Este miércoles, Ucrania dijo que había liberado otros cinco asentamientos en su lento pero constante avance en Jersón.
Estas contraofensivas han cambiado el impulso de la guerra y han desmentido la sugerencia, construida en Occidente y en Rusia durante el verano boreal, de que si bien Ucrania podía defender con firmeza el territorio, carecía de la capacidad de ganar terreno.
“Los rusos están jugando hasta que suene el silbato, (con la esperanza de) evitar un colapso en su línea del frente antes de que llegue el invierno”, dijo a CNN Samir Puri, investigador principal del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos y el autor de “Russia’s Road to War with Ukraine”.
“Si pueden llegar a Navidad con la línea del frente más o menos como está, eso es un gran éxito para los rusos dado lo mal hecho que ha sido esto desde febrero”, agregó.
Ante los crecientes reveses, el Kremlin nombró un nuevo comandante general de la invasión rusa. Pero hay pocos indicios de que el general Serguéi Surovikin pueda volver a dirigir sus fuerzas al frente antes de fin de año, dado el ritmo y el costo de las contraofensivas ucranianas.
Las tropas ucranianas se centran principalmente en empujar a las fuerzas rusas hacia el este, tras cruzar el río Oskil a finales de septiembre, y es probable que Moscú se prepare para defender las ciudades de Starobilsk y Svatove en la región de Luhansk, según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés).
Dar un gran golpe en la región del Donbás enviaría otra poderosa señal, y Ucrania estará ansiosa por mejorar sus ganancias antes de que las temperaturas caigan en el campo de batalla, y el impacto total del aumento de los precios de la energía se resienta en toda Europa.
“Hay muchas razones por las que hay un incentivo para que Ucrania haga las cosas rápidamente”, dijo Giles. “La crisis energética invernal en Europa, y la destrucción de las infraestructuras energéticas y la energía en la propia Ucrania, siempre va a ser una prueba de resistencia para Ucrania y sus socios occidentales”.
Los líderes de la OTAN han prometido respaldar a Ucrania independientemente del tiempo que dure la guerra, pero varios países europeos, sobre todo los que dependen en gran medida de la energía rusa, se enfrentan a una agobiante crisis del costo de la vida que, sin señales de progreso ucraniano en el campo de batalla, podría poner en peligro el apoyo de la población.
Mientras tanto, los últimos días han demostrado que los sitios más allá del actual campo de batalla terrestre están lejos de ser inmunes a los ataques. Todavía no está claro cómo se llevó a cabo el bombardeo del puente de Kerch, y Kyiv no se ha adjudicado la autoría, pero el hecho de que un objetivo tan profundo en el territorio controlado por los rusos pudiera ser atacado con éxito, indica una seria amenaza ucraniana contra activos rusos clave.
Rusia se esfuerza por conseguir personal
Rusia está luchando en tierra y no ha logrado la supremacía en el aire, pero los ataques de este lunes pueden haber logrado un objetivo: enviar una señal de fuerza hacia la creciente lista de críticos internos de Putin.
El asalto dañó la infraestructura civil en ciudades de toda Ucrania, terminando con la vida de varias personas y dejando sin electricidad a algunas zonas del país. Fueron “una señal de la naturaleza de la amenaza de Rusia”, dijo Giles. “Desde hace muchos meses, el objetivo ruso es destruir Ucrania en lugar de poseerla”.
La compañía nacional de electricidad de Ucrania, Ukrenergo, dice haber estabilizado el suministro de energía a Kyiv y a las regiones centrales de Ucrania después de que gran parte del suministro eléctrico del país fuera interrumpido debido a los ataques de misiles rusos este lunes y martes. Pero el primer ministro de Ucrania ha advertido que “hay mucho trabajo por hacer” para reparar los equipos dañados, y ha pedido a los ucranianos que reduzcan su consumo de energía en las horas pico.
Los expertos creen que sigue siendo poco probable que el bombardeo aéreo de Rusia forme un patrón recurrente; aunque estimar las reservas militares de cualquiera de los dos ejércitos es una tarea compleja, las evaluaciones occidentales sugieren que Moscú podría no tener la capacidad para sostenerlo.
“Sabemos, y los comandantes rusos sobre el terreno lo saben, que sus suministros y municiones se están agotando”, dijo Jeremy Fleming, jefe de espionaje del Reino Unido, en un inusual discurso este martes.
A esa conclusión llegó también el ISW, que en su actualización diaria sobre el conflicto de este lunes dijo que los ataques “desperdiciaron algunas de las escasas armas de precisión de Rusia contra objetivos civiles, en lugar de objetivos significativos militarmente”.
“El uso por parte de Rusia de su limitado suministro de armas de precisión en este papel puede privar a Putin de opciones para interrumpir las contraofensivas ucranianas en curso”, evaluó el ISW.
La cantidad exacta de armamento y efectivos que cada parte tiene en reserva será crucial para determinar cómo cambiará el impulso en las próximas semanas. Ucrania dijo que interceptó 18 misiles de crucero el martes y docenas más el lunes, pero está instando a sus aliados occidentales para obtener más equipo para repeler cualquier ataque futuro.
“La andanada de ataques con misiles será una característica ocasional reservada para espectáculos de extrema indignación, porque los rusos no tienen las reservas de municiones de precisión para mantener ese tipo de asalto de misiles de alto ritmo en el futuro”, dijo Puri.
Sin embargo, es posible que Putin reciba algo de ayuda. El anuncio del presidente de Belarús, Alexander Lukashenko, de que Belarús y Rusia “desplegarán un grupo regional conjunto de tropas” hizo temer una mayor cooperación militar entre los estrechos aliados y que las tropas bielorrusas podrían unirse formalmente a Rusia en su invasión. En los últimos días, Belarús se ha quejado de supuestas amenazas ucranianas a su seguridad, lo que, según los observadores, podría ser el preludio de algún nivel de participación.
El impacto de una intervención de este tipo en términos de efectivos sería limitado; Belarús tiene alrededor de 45.000 soldados en servicio activo, lo que no reforzaría significativamente las reservas de Rusia. Pero amenazaría con otro asalto al flanco norte de Ucrania por debajo de la frontera bielorrusa.
“La reapertura de un frente al norte sería otro nuevo desafío para Ucrania”, dijo Giles. Proporcionaría a Rusia una nueva ruta hacia el oblast de Jarkiv, que ha sido reconquistado por Ucrania, en caso de que Putin priorice un esfuerzo para recuperar ese territorio, dijo.
Cualquier participación adicional de Belarús en la guerra podría tener también un impacto psicológico, sugirió Puri.
“La mente de todos en Ucrania y en Occidente se ha orientado hacia la lucha contra un ejército”, dijo. Dentro de Rusia, el hecho de que Belarús se una a la invasión “contribuiría a la narrativa de Putin de que esta guerra trata de reunificar las tierras de los antiguos estados de la Rus”.
Una súplica a Occidente
Al dar un giro a la narrativa del conflicto en los últimos dos meses, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, ha logrado uno de sus principales objetivos: mostrar a los aliados occidentales de Ucrania que su ayuda militar puede ayudar a Kyiv a ganar la guerra.
Ahora, Zelensky espera recibir más suministros a corto plazo, mientras trata de hacer valer esos logros. El dirigente ha querido destacar el éxito de Ucrania en la intercepción de misiles rusos, afirmando que más de la mitad de los misiles y drones lanzados contra Ucrania en una segunda oleada de ataques el martes fueron derribados.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo el martes que Ucrania necesitaba “más” sistemas para detener mejor los ataques con misiles, antes de una reunión de ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas.
“Estos sistemas de defensa aérea están marcando la diferencia porque muchos de los misiles que llegaron [esta semana] fueron derribados por los sistemas de defensa aérea ucranianos proporcionados por los aliados de la OTAN”, dijo.
“Pero, por supuesto, mientras no todos sean derribados, por supuesto que se necesitan más”, añadió Stoltenberg.
Justin Bronk, experto militar del Royal United Services Institute (RUSI), con sede en Londres, concordó con esa valoración, al afirmar a CNN que “las tasas de éxito de intercepción ucranianas contra los misiles de crucero rusos han aumentado significativamente desde el inicio de la invasión en febrero”.
Ucrania “necesitaba urgentemente” sistemas modernos como el IRIS-T que llegó esta semana de Alemania y el NASAMS que se espera de Estados Unidos, dijo Bronk.
Más allá de los suministros de armas, Ucrania estará pendiente de que la resolución occidental se mantenga firme si Rusia endurece aún más el suministro de energía.
“Hay muchas cosas que Rusia puede hacer para que la guerra sea personal, no solo para la gente de Ucrania, sino en toda Europa, para intentar presionar a los gobiernos para que retiren su apoyo a Ucrania”, dijo Giles.
Los ataques aéreos de esta semana pueden apuntar a ese empeño; el ministro de Energía de Ucrania, Herman Halushchenko, declaró a CNN que alrededor del 30% de la infraestructura energética de Ucrania fue alcanzada por misiles rusos este lunes y martes. El ministro declaró a CNN que era la “primera vez desde el comienzo de la guerra” que Rusia ha “atacado de manera importante” las infraestructuras energéticas.
Las próximas semanas son, por tanto, cruciales tanto en el campo de batalla como en Europa y en todo el mundo, sugieren los expertos. “Como siempre, el rumbo que tome Putin dependerá de cómo responda el resto del mundo”, dijo Giles. “La actitud de Rusia está condicionada por el fracaso de los países occidentales a la hora de enfrentarse a ella y disuadirla”.
Esto significa que, a medida que se acerca el invierno, las apuestas de la guerra se han elevado una vez más. “No hay duda de que a Rusia le gustaría mantenerla”, dijo Giles. Pero los éxitos ucranianos de las últimas semanas también han enviado un mensaje directo al Kremlin. “Son capaces de hacer cosas que nos toman por sorpresa, así que hay que acostumbrarse”, dijo Giles.