(CNN) – Un nuevo informe publicado por la ONU este viernes acusa a las poderosas bandas de Haití de utilizar la violación como herramienta de intimidación y control, en un momento en que la nación caribeña se enfrenta a múltiples crisis.
Amplias franjas de Puerto Príncipe están en manos de las bandas de crimen organizado. Una fuente de las fuerzas de seguridad haitianas declaró a CNN en agosto que las bandas controlan o influyen en unas tres cuartas partes de la ciudad.
Este viernes, la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH, por sus siglas en francés) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos informaron en un documento conjunto que la violencia sexual sistemática por parte de esas bandas queda en gran medida indocumentada e impune, y sus víctimas han sido abandonadas a su suerte.
Al igual que otros grupos violentos en la tumultuosa historia del país caribeño, las bandas que se disputan el control emplean la violación como estrategia para someter a los civiles, según el informe conjunto, que se basa en más de 90 entrevistas con víctimas y testigos de incidentes ocurridos en los últimos dos años. En él se describen actos horribles y a veces letales, como violaciones colectivas y brutales humillaciones públicas, concebidas para sembrar el caos, imponer los límites territoriales y castigar a los civiles por su supuesta deslealtad.
“La violación se ha convertido en un arma”, dijo Arnaud Royer, director de la sección de derechos humanos de la BINUH, en una conferencia de prensa este viernes.
Los enfrentamientos entre bandas rivales han dejado aislados a vecindarios enteros, atrapados entre las “líneas de frente” de la guerra callejera y sin poder ir a trabajar o acceder a comida o agua. Las mujeres que intentan cruzar esos límites para sobrevivir diariamente se arriesgan a ser atacadas. Incluso en sus propios barrios, las mujeres y niñas son obligadas a realizar transacciones sexuales por los miembros de las bandas que controlan la zona, según el informe.
Y aunque las mujeres han sido el principal objetivo de estos ataques, el informe señala que los hombres y menores de todos los sexos también son un objetivo, describiendo el ataque a un niño de 12 años durante los enfrentamientos entre bandas en la zona de Tabarre en abril de 2022. “Después de ser violado, el niño fue llevado a la fuerza por los agresores y, unos días más tarde, su cuerpo fue encontrado, con una herida de bala en la cabeza, tendido sobre un montón de basura en una zona abandonada”, dice el informe.
Quienes sobreviven a las agresiones sexuales difícilmente presentan una denuncia, a medida que luchan contra el trauma y el estigma, y probablemente son conscientes de que la justicia está fuera de su alcance. Por ello, Haití carece de datos que reflejen la magnitud de la violencia sexual en sus calles, señala el informe.
Como cruel resultado, añade el informe, los proveedores de servicios no han dado prioridad a las víctimas.
“Tenemos que cambiar nuestra metodología”, dijo Royer.
El Estado pide ayuda
En el último año, Haití se ha sumido en el caos debido a las incesantes protestas contra el gobierno, la crisis financiera, los secuestros desenfrenados y el reciente resurgimiento del cólera letal. Su sistema sanitario está abrumado, y algunos hospitales han anunciado el cierre o la suspensión del servicio debido a la escasez de combustible.
La semana pasada, el gobierno de Haití dio el notable paso de solicitar ayuda militar a la comunidad internacional, una medida condenada por la principal coalición de oposición del país, el Grupo Montana.
La Policía Nacional de Haití declaró anteriormente que está superada por los delincuentes del país. El flujo de armas y municiones ilícitas en el país es “uno de los principales facilitadores de la violencia de las bandas”, según el informe de la ONU, que sostiene que los miembros de las bandas de Puerto Príncipe cuentan con rifles de francotirador de grado militar, ametralladoras de cinturón y pistolas semiautomáticas.
Este viernes, un portavoz de las Naciones Unidas dijo a CNN que Estados Unidos había distribuido un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en el que se proponía un embargo de armas, así como sanciones financieras y de viaje para quienes generen violencia en Haití.
“Junto con nuestro socio cercano, México, Estados Unidos ha distribuido un proyecto de resolución en el que se proponen medidas específicas para que el Consejo de Seguridad pueda abordar los problemas de seguridad a los que se enfrenta el pueblo de Haití, incluido un embargo de armas selectivo y sanciones financieras y restricciones de viaje para quienes fomenten la violencia en Haití”, dice el comunicado.
A principios de esta semana, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, también anunció que EE.UU. trabaja para aumentar y desplegar en los próximos días la asistencia en materia de seguridad a la Policía Nacional de Haití para reforzar su capacidad de lucha contra las bandas y restablecer un entorno de seguridad estable bajo el imperio de la ley”.
EE.UU. envió una delegación de alto nivel a Puerto Príncipe, y enviará un importante buque guardacostas para patrullar las aguas que rodean la capital a petición del gobierno de Haití.
El informe de este viernes hace un llamamiento al Estado, dirigido por el asediado primer ministro Ariel Henry, para que reconozca su responsabilidad de proporcionar atención sanitaria básica y justicia a las víctimas.
“Aunque la violencia armada en curso puede reducir los recursos disponibles, esto no exonera a las autoridades haitianas de tomar las medidas necesarias para lograr la realización de un mínimo de obligaciones básicas del derecho a la salud y proporcionar un recurso efectivo y reparaciones a las víctimas”, dice el informe.
Pero por ahora, mientras la nación se tambalea, parece haber pocos recursos para las víctimas de la violencia sexual y ninguna repercusión para los autores.
“Dado que las autoridades estatales no están aquí, el líder de la banda es el jefe, la policía y el juez”, indica el informe, citando a víctimas de zonas controladas por las bandas en la capital.
Richard Roth de CNN y el periodista Etant Dupain contribuyeron con este reportaje.