(CNN) – En la semana previa al día de las elecciones intermedias, los dos presidentes más recientes de Estados Unidos celebrarán mítines en Florida, donde un cambio político sísmico en desarrollo puede alterar el mapa político nacional en los próximos años.
El presidente Joe Biden aterrizó este martes en el sur de Florida para hacer campaña por los demócratas. Donald Trump organizará su propio acto para el senador republicano Marco Rubio el domingo en Miami.
Las circunstancias de sus llegadas han traído su propia intriga. Con los demócratas reticentes a dar la bienvenida a Biden y su bajo índice de aprobación en otros lugares, el presidente pasará uno de los últimos días antes de las elecciones en un estado que no ha estado en la mente de su partido durante gran parte del ciclo de campaña de las elecciones intermedias. Mientras tanto, los republicanos especulan con que Trump será el centro de atención en el estado del sol dos días antes de las elecciones, en parte para poner en aprietos al gobernador de Florida, Ron DeSantis, un potencial rival para 2024 que no fue invitado a la parada de campaña del fin de semana.
En la mayoría de los años electorales, la visita de un político de alto perfil al estado del sol sería la norma. Trump y Biden hicieron varias paradas en Florida hace dos años, incluidos sendos mítines días antes de las elecciones de 2020, separados por unas pocas horas y apenas 16 kilómetros de carreteras de Tampa. Y hace cuatro años, las contiendas para el gobernador y el Senado de Estados Unidos en Florida se decidieron en un recuento.
Pero ahora, republicanos y demócratas están en trayectorias opuestas. Los republicanos creen que se dirigen a su noche electoral más exitosa en una generación, impulsados por la recaudación de fondos récord de DeSantis y un aumento del entusiasmo. Los demócratas, rezagados en las encuestas y en el entusiasmo, esperan un inesperado cambio de vientos políticos o podrían quedarse sin un solo funcionario electo a nivel estatal en Florida por primera vez desde al menos la Reconstrucción.
Estos son cuatro factores que impulsan el giro a la derecha del estado.
Los demócratas se estancan en el registro de votantes mientras los republicanos aumentan
Cuando Barack Obama ganó Florida en 2008, su histórica campaña trajo una ola de nuevos votantes demócratas. Los demócratas registrados superaron a los republicanos en Florida en casi 700.000, su mayor ventaja desde 1990.
Esa diferencia se ha reducido en los años posteriores. Pero después de las elecciones de 2020, el retroceso se ha acelerado y ha afectado a casi todas las partes del estado, desde los núcleos urbanos y sus suburbios, hasta las comunidades rurales que bordean el noroeste y salpican el centro de Florida. Los republicanos aumentaron su número en 52 de los 67 condados del estado desde que Biden y Trump estaban en la papeleta. Mientras tanto, hay menos demócratas registrados en todos los condados, excepto en uno, que hace dos años: una pérdida neta de 331.000 votantes en total.
Hasta el mes pasado, había 5,3 millones de republicanos registrados y algo menos de 5 millones de demócratas en Florida, lo que supone la primera vez en la historia del estado que el Partido Republicano llevará una ventaja de votantes el día de las elecciones.
“El registro de votantes ha sido un desastre”, dijo Thomas Kennedy, miembro del Comité Nacional Demócrata en Florida. “Nuestra mensajería no sirve”.
Kennedy ha pedido la destitución del presidente del Partido Demócrata de Florida, Manny Díaz.
Queda un comodín. La categoría de votantes que más crece en el estado no son republicanos ni demócratas, sino personas que no eligen ningún partido cuando se inscriben para votar. Hay 240.000 floridanos más que se registraron como “sin afiliación partidista” que en 2020.
Los votantes hispanos optan por el Partido Republicano y abren la puerta a ganar Miami
El sorprendente rendimiento de Trump entre los votantes latinos ayudó a impulsar su victoria de 3,5 puntos en el estado del sol en 2020. Tal vez en ningún lugar fue esa dinámica más pronunciada que en el condado Miami-Dade, donde Trump perdió por solo 7 puntos frente a Biden después de quedar por detrás de Hillary Clinton allí por 30 puntos en 2016.
Los republicanos han retomado el camino donde lo dejó Trump. Más de la mitad de sus ganancias en votantes registrados pueden atribuirse a los 58.000 nuevos votantes hispanos que marcaron “republicano” en sus formularios.
Los demócratas, sin embargo, están perdiendo apoyo de estas comunidades. El partido sufrió una pérdida neta de más de 46.000 votantes hispanos.
El retroceso es más sorprendente porque los demócratas entraron en el ciclo electoral firmemente conscientes de la tendencia y se dispusieron a abordarla, prometiendo que tendrían personal dedicado y un alcance centrado en las dispares comunidades hispanas que están dispersas por todo el estado. El candidato demócrata a la gobernación, Charlie Crist, eligió como compañera de fórmula a Karla Hernández, una educadora nacida de inmigrantes hondureños, y ella ha liderado las actividades de divulgación en español de la candidatura.
Esos esfuerzos no se han materializado hasta ahora en un amplio apoyo nuevo, y de cara a las elecciones, los republicanos creen que están preparados para ganar el condado Miami-Dade por primera vez desde que Jeb Bush era gobernador en 2002. Los republicanos ganaron casi 11.000 votantes allí; los demócratas perdieron casi 58.000.
“No hacemos que todo sea una política de identidad. Los hispanos también compran comestibles”, tuiteó Christina Pushaw, quien dirige la respuesta rápida de la campaña de DeSantis. “Menos estos días, como todo el mundo, por la ‘Bidenflación’”.
También vale la pena señalar que los republicanos vieron un ligero pero considerable aumento de los votantes negros registrados en los últimos dos años, mientras que los demócratas perdieron más de 71.000, una cuarta parte de los cuales provino de Miami-Dade.
La ventaja del dinero republicano
En los últimos meses de las elecciones de 2020, el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg comprometió US$ 100 millones para ayudar a Biden a ganar Florida. La suma fue notable, pero hace tiempo que los foráneos se sienten atraídos por gastar grandes sumas para cambiar el que había sido el mayor campo de batalla del país. Las elecciones de 2018 atrajeron decenas de millones en gastos externos de los dos partidos y sus ricos aliados.
En este ciclo, la mayor parte de ese dinero está llegando a un lado, los republicanos, y gran parte de él va a una persona, DeSantis. El líder del Partido Republicano está batiendo récords de recaudación de fondos en camino a acercarse a una campaña de US$ 200 millones para gobernador. La Asociación de Gobernadores Republicanos ha invertido mucho para ayudar a DeSantis, donando más de US$ 20 millones en este ciclo de campaña, y su comité político ha recaudado más de 250 cheques de seis cifras, pero también pequeñas donaciones de todos los estados.
La mayoría de los principales benefactores demócratas, mientras tanto, se han mantenido al margen, dejando a su suerte a los demócratas en las últimas semanas de la contienda. A los demócratas les preocupa que dos décadas de estrechas derrotas hayan agriado la confianza de los donantes en Florida para el futuro inmediato.
Hay demócratas que, en retrospectiva, se arrepienten de no haber utilizado la inversión de Bloomberg y otras donaciones anteriores para construir un partido más sostenible y registrar más votantes, en lugar de verse arrastrados a una guerra aérea en la que el ganador se lo lleva todo cada año, con pocas victorias que mostrar.
“La otra cara de la moneda, con Donald Trump en la papeleta, ¿cómo no lanzarlo todo para detenerlo? Lo que estaba en juego era tan alto que si queda un dólar en tu cuenta bancaria, no te esforzaste lo suficiente”, dijo un operador del partido estatal en Florida que pidió hablar de forma anónima sobre la organización política. “Pero de cara al futuro, gastamos demasiado dinero en televisión y correo directo. No se consigue tanto. No hacemos un sondeo profundo durante todo el año. Nos lanzamos en paracaídas dos meses antes de las elecciones. Nos anunciamos en lugar de hacer el trabajo duro”.
Los efectos a corto y largo plazo de un escaño más en el Congreso
El crecimiento de la población de Florida en la última década otorgó al estado un escaño adicional en la Cámara de Representantes de Estados Unidos tras los resultados del censo de 2020. Los efectos de eso se sentirán tan pronto como la próxima semana. DeSantis impulsó aquí una redistribución agresivamente partidista de los distritos del Congreso estatal que podría dar a los republicanos una ventaja en hasta 20 de los 28 distritos. Los republicanos tienen actualmente una ventaja de 16-11 en la delegación de la Cámara de Representantes de Estados Unidos de Florida.
El escaño adicional en el Congreso también significa que Florida obtiene otro voto en el Colegio Electoral, lo que eleva el total a 30. La preocupación de los demócratas por su viabilidad electoral en Florida hace que algunos teman que el partido no pueda competir por la presidencia dentro de dos años.
Los republicanos han declarado públicamente que ese es el resultado por el que están trabajando.
“No tenemos excusas, excepto conseguir la mayor victoria electoral que hayamos tenido nunca”, dijo DeSantis en un mitin el domingo, antes de añadir: “Realmente creo que la ola roja comienza en el estado de Florida”.