(CNN Español) – El gobernador de Texas desde 2015, el republicano Greg Abbott, buscará la reelección en los comicios del próximo martes 8 de noviembre, el mismo día en que se celebran las trascendentales elecciones legislativas de medio término a nivel nacional, en las que el presidente Joe Biden pondrá a prueba su gobierno.
Abbott, de 64 años, ganó las elecciones para gobernador de Texas en 2014 y 2018, y busca ahora un tercer mandato enfrentándose al candidato demócrata Beto O’Rouke.
En los últimos años se ha consolidado en Texas, uno de los estados más grandes y poblados del país, una clara tendencia republicana, y los demócratas no ganan allí desde la época de Ann Richards, gobernadora entre 1991 y 1995.
Abbott, exmiembro de la Corte Suprema de Texas y ex fiscal general del Estado, intentará ahora mantener esa tendencia y asentarse en el cargo de gobernador.
¿Como le ha ido hasta ahora?
Los dos mandatos de Abbott como gobernador
Abbott es mayormente reconocido como un defensor el derecho a portar armas, y en su primera campaña de 2014 tuvo incluso el apoyo de la Asociación Nacional del Rifle (NRA).
Poco después de asumir en 2015 su primer período, impulsó dos leyes que ampliaron este derecho: una de ellas permitía portar armas en público, mientras que la segunda habilitaba a estudiantes universitarios de más de 21 años de edad a portar armas dentro de las universidades, aunque éstas debían estar cubiertas.
Además, Abbott suele publicar en Twitter fotos de sí mismo en polígonos de tiro.
Esta postura le ha generado fuerte apoyo entre algunos votantes republicanos, que celebran los derechos ampliados, pero también fuertes críticas entre demócratas y moderados, especialmente luego de una serie de tiroteos masivos en el país y en Texas, el más reciente este año en Uvalde.
Durante su estancia en el poder en Texas, Abbott se ha convertido en un referente republicano, con un estilo de gobierno marcado por la desregulación y el “dejar hacer”, y el foco en las restricciones al aborto, el rechazo a la inmigración y el monitoreo estricto de fronteras, además de las armas.
Uno de los momentos más críticos de su mandato, sin embargo, llegó en el invierno de 2021, cuando una tormenta afectó la infraestructura energética del Estado y dejó a millones de hogares sin luz ni calefacción en medio del frío extremo.
Abbott fue criticado por la falta de preparación ante la crisis, y su imagen fue aún más golpeada cuando intentó culpar a las energías renovables, como la eólica y solar, por los cortes, cuando las autoridades determinaron luego que el problema se debió a faltantes de gas natural.
La campaña actual en Texas
Abbott ganó este año la interna del Partido Republicano con el 66,5% de los votos.
Además de mantener un fuerte control sobre la gobernación de Texas, Abbott está alineado a nivel nacional con Donald Trump, e incluso apoyó los intentos judiciales del expresidente para deslegitimar y dar vuelta en la corte su derrota electoral en 2020 frente a Biden.
En los últimos meses ha estado intentado cimentar al electorado de derecha con una ley que restringe los abortos en el Estado y otra legislación que permite portar armas in un permiso especial.
Abbott, un feroz crítico de las políticas de inmigración de Biden, comenzó a enviar a cientos de migrantes voluntarios en autobuses a Washington y Nueva York a principios de este año. Texas ha pagado US$ 12.707.720,92 para realizar estos traslados, según información obtenida por CNN, y el número de migrantes afectados oscila entre 8.051 y 9.033.
De acuerdo con una encuesta de la Universidad de Quinnipiac, Abbott goza de un índice de aprobación del 51%, pero al mismo tiempo un 47% del electorado desaprueba su gestión.
Con información de Dakin Andone, Maeve Reston, Eric Levenson, Madeline Holcombe, Daniel Dale, Gregory Krieg, Caroline Kelly, Devan Cole, Polo Sandoval y Andy Rose de CNN