(CNN Español) – Detrás del poderío económico del emirato de Qatar, de su influencia regional, de sus cuentas pendientes en materia de derechos humanos y también de la elección del país como sede de la Copa Mundial 2022, se encuentra la casa de Al Thani, que gobierna el país desde la segunda mitad del siglo XIX.
Y su actual emir es el joven Tamim bin Hamad Al Thani, quien llegó al trono en 2013 luego de la abdicación de su padre, Hamad bin Khalifa Al Thani.
Qatar, es uno de los principales exportadores globales de gas natural, ejerce una enorme influencia sobre el mundo árabe —en parte mediante su cadena de televisión Al Jazeera— y ha entrado en conflicto con varios de sus vecinos en el golfo Pérsico en los últimos años.
¿Quién es exactamente el jeque Tamim bin Hamad Al Thani y que ha hecho desde su llegada al trono?
Los primeros años del futuro emir de Qatar
Tamim nació el 3 de junio de 1980 en Doha y cursó sus estudios secundarios en Reino Unido, de acuerdo con la información biográfica oficial. Asistió luego a la academia militar de Sandhurst, la misma que los príncipes birtánicos William y Harry, para cursar estudios universitarios y egresó en 1998.
Interesado en los deportes —cita a la cetrería y los deportes ligados a la cultura árabe y qatarí como sus pasatiempos—, en el 2000 se hizo cargo del Comité Olímpico de Qatar, y participó activamente de las gestiones en 2009 para que su país fuera elegido como sede de la Copa Mundial FIFA 2022.
Se convirtió en el heredero oficial del emirato en 2003, año en el que además asumió el rol de subcomandante de las Fuerzas Armadas de Qatar.
En 2008 Tamim participó también en el lanzamiento del plan de desarrollo Visión Nacional de Qatar 2030 (QNV 2030, por sus siglas en inglés), basado, según su propia descripción, en la “justicia, benevolencia e igualdad”, y el futuro emir también fue un promotor de la “continua modernización y desarrollo de las instituciones públicas” en el plan estratégico a cinco años lanzado por el país en 2011.
Estas iniciativas generaron expectativas de que el reinado de Tamim podría dar cuenta de los grandes problemas en materia de derechos humanos que existen en Qatar, y el entonces heredero plasmó en la estrategia a cinco años de su país que se avanzaría en legislación contra la violencia doméstica y en incorporar a los trabajadores migrantes —que en Qatar, como en otros países del Golfo, son decenas de miles— en las leyes laborales del país.
Para Amnistía Internacional, sin embargo, estas reformas han sido insuficientes.
El ascenso del emir Tamim
El emir Tamim se convirtió el 25 de junio de 2013 el líder más joven de Medio Oriente cuando asumió a los 33 años, y ahora, a sus 42, sigue siendo un regente joven para los estándares de la región. Solo el poderoso príncipe heredero de Arabia Saudita Mohammed bin Salman es más joven con 36 años, aunque aún no ha asumido.
Aunque la abdicación de su padre Hamad en 2013 fue inesperada, Tamim ya era el heredero al trono desde hacía una década y la sucesión fue pacífica.
“Solo Dios sabe que nunca quise el poder por razones personales y que nunca busqué el poder por ningún motivo personal”, dijo el emir saliente, de 61 años, al momento de abdicar.
“Se trata del mejor interés de la nación, que nos hizo decidir que es hora de empezar una nueva página de nuestra historia en la que las nuevas generaciones tomen el relevo con sus grandes cualificaciones e ideas nuevas”.
Cambios y continuidades
Antes del ascenso de Tamim como emir, Qatar, un país rico en energía y especialmente gas, venía participando activamente en conflictos regionales y perseguía una activa política exterior bajo su padre.
Así, Doha apoyó a rebeldes sirios en la lucha contra el régimen de Bashar al-Assad en Siria, tras el estallido en 2012 de la guerra civil.
La asistencia a otros grupos islamistas en Siria, Egipto y otros países le han valido críticas al emirato de Qatar.
Doha también permitió a los militantes talibanes establecer una oficina en el país para conducir sus gestiones diplomáticas en medio de la guerra de Afganistán. Estas gestiones tuvieron una enorme importancia en la decisión final de Estados Unidos de retirarse del país, a la que se llegó precisamente negociando en Qatar los llamados “acuerdos de Doha”.
Hamad, padre de Tamim, trabajó intensamente durante su reinado para ampliar su red de alianzas e influencia y contrarrestar a sus poderosos vecinos, Irán y Arabia Saudita.
Su hijo continuó esta política.
La gran crisis y la gran oportunidad
En 2017 Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto, apoyados por Donad Trump, cortaron relaciones diplomáticas con Qatar, acusando al Gobierno de mantener estrechos vínculos con grupos islamistas en esos países y con Irán, visto como un rival regional de los países árabes en el golfo Pérsico.
La crisis llevó incluso a que estos países demandaran el cierre de la cadena qatarí Al Jazeera, acusada de esparcir propaganda contra los Gobiernos árabes autocráticos en la región y de apoyar islamistas, y las filiales locales fueron cerradas.
Al Jazeera, que ayudó a expandir la influencia de Qatar en la región, describió la demanda de cierre como “nada más que un intento de silenciar la libertad de expresión en la región”.
Pero lejos de ceder, Qatar perseveró en medio del aislamiento. En 2020 Qatar auspició los diálogos entre Estados Unidos y los talibanes, que llevaron a la salida de fuerzas estadounidenses de Afganistán en 2021.
Qatar mantiene además un diálogo fluido con Irán, y esto lo ha convertido en un actor importante tanto en las negociaciones previas a la firma del acuerdo nuclear entre el grupo P5+1 (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia, China y Alemania) e Irán en 2015, como las actuales pare revivir ese pacto luego de que Trump retirara a su país en 2018.
Como principal exportador de gas natural, Qatar también se ha mobilizado recientemente para mostrarse como alternativa para paliar el golpe en los precios de la energía a nivel global que ha producido la guerra entre Ucrania y Rusia.
En este contexto, el emir Tamim fue el primer líder del golfo Pérsico en visitar Estados Unidos tras la asunción de Joe Biden como presidente: ocurrió en febrero de 2022, cuando pudo verse al emir vestido de traje al estilo occidental, junto al mandatario estadounidense.
También, se espera que Qatar se convierta pronto en un Aliado Importante Extra OTAN, etiqueta que en el Golfo ya tienen Kuwait y Bahréin.
La cooperación en defensa no es nueva: Qatar alberga desde 1996 una base de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en Al Udeid, que ha sido de enorme importancia en las operaciones de Washington en la región en las últimas décadas.
Las cuentas pendientes
Como otros países del Golfo, Qatar tiene graves problemas en materia de Derechos Humanos, especialmente en el trato a las mujeres y los miembros del colectivo LGBTQ, así como también en la situación de los migrantes —se han producido muchas muertes precisamente en las obras para el Mundial 2022— y la libertad de expresión.
De acuerdo con la organización Amnistía Internacional, el Gobierno ha intentado realizar reformas pero éstas han sido insuficientes.
“Los trabajadores migrantes siguieron sufriendo abusos laborales y tuvieron dificultades para cambiar de trabajo libremente. La restricción de la libertad de expresión aumentó en el periodo previo a la Copa Mundial de la FIFA 2022. Las mujeres y las personas LGBTI siguieron sufriendo discriminación en la ley y en la práctica”, dice el informe de Amnistía Internacional.
Las mujeres en este país de mayoría musulmana —el islam es además la religión oficial, y el sunismo wahabita la facción más representativa— siguen sometidas al sistema de tutela masculina, por lo deben pedir permiso de sus guardianes (padre, esposo, hermano, etc.) para decisiones importantes.
El “empoderamiento de las mujeres” era uno de los pilares del desarrollo social en el plan estratégico de Qatar entre 2011 y 2016. En el nuevo plan estratégico entre 2018 y 2022, sin embargo, este punto ya no está presente.
En tanto la homosexualidad está penada con hasta siete años de prisión, según el artículo 296 del Código Penal de Qatar, citado por Amnistía Internacional.
Con información de Laura Smith-Spark, James Lynch, Jennifer Hansler, Nicole Gaouette, Barbara Starr, Tamara Qiblawi, Mostafa Salem, Eoin McSweeney, Abbas Al Lawati, Ellie Kaufman, Veronica Stracqualursi, Allegra Goodwin y Charles Riley.