(Reuters) – Stephanie Frappart, Neuza Back y Karen Díaz conforman el primer equipo arbitral exclusivamente femenino para un partido de la Copa Mundial masculina: fueron nombradas para hacerse cargo del partido del Grupo E entre Costa Rica y Alemania el jueves, anunció la FIFA el martes.
Frappart, la cuarta árbitro del choque Polonia-México del Grupo C la semana pasada, será la árbitra central. Así logra otro hito después de ser la primera mujer en arbitrar un partido de clasificación para la Copa Mundial masculina en marzo y un partido de la Liga de Campeones en 2020.
La francesa de 38 años estará acompañada por la brasileña Neuza y la mexicana Díaz como asistentes.
Karen Díaz, la única árbitra hispanoparlante del Mundial, es de Aguascalientes, México, tiene 37 años y debutó como jueza profesional en un duelo entre el Pachuca y el León en 2016. Ha dirigido en la Liga MX y en varias competencias juveniles masculinas.
Frappart no es una figura nueva en las competencias mayores: lleva años destacándose en el mundo del arbitraje y desde 2019 lidera el ranking de mejores árbitras del mundo, según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS, por sus siglas en inglés).
El 2019, la francesa se convirtió en la primera mujer en arbitrar una final masculina del fútbol europeo, en un encuentro entre el Liverpool y el Chelsea. Dos años después, fue la primera en ocupar el puesto principal en un partido de eliminatorias de la UEFA de cara al Mundial de Qatar. El partido que arbitró fue el de Países Bajos contra Letonia en Ámsterdam.
El escenario de este hito para la historia del fútbol difícilmente pueda ser más paradójico: en Qatar las mujeres se enfrentan a numerosas discriminaciones asentadas tanto en la ley como en la práctica.
En este país de mayoría musulmana, las mujeres siguen sometidas al sistema de tutela masculina, por lo que deben pedir permiso de sus guardianes (padre, esposo, hermano, etc.) para decisiones importantes como casarse, viajar y estudiar en el extranjero (hasta la edad de 25 años) y trabajar en empleo público, entre otras, según Amnistía Internacional.
Las mujeres también deben pedir permiso para acceder a tratamientos de salud reproductiva y controles ginecológicos básicos como las pruebas de Papanicolaou, entre otras múltiples vulneraciones a sus derechos.
Salima Mukansanga de Ruanda y Yamashita Yoshimi de Japón también participan en el torneo de Qatar.
Con información de Ángela Reyes y Elizabeth Pérez