(CNN) – ¿Qué haces cuando te cancelan el vuelo que tenías de noche, debes estar en tu destino por la mañana y no hay más vuelos disponibles?
En el caso de estos 13 completos desconocidos en Orlando, Florida, a última hora del domingo, alquilas una minivan, formas una comunidad improvisada y te embarcas en un “loco” viaje por carretera, llevando a cientos de miles de espectadores de TikTok contigo.
Nadie sabe exactamente cómo ocurrió.
Michelle dice que ella fue la de la idea, pero todos los demás la hicieron realidad. Carlos cree que fue idea de Amy, pero él prestó la tarjeta de crédito. Laura, la pareja de Carlos, dice que normalmente nunca haría algo así. Mikayla, la hija de Laura, estaba incrédula.
“Cuando me lo dijeron al principio los miré como si estuvieran locos. Les dije: ‘¿Quieren meterse en esta gran camioneta con un montón de extraños?”, cuenta Mikayla a CNN Travel.
Era una noche de domingo en el Aeropuerto Internacional de Orlando, en Florida. Un vuelo nocturno de Frontier Airlines a Knoxville, Tennessee, acababa de ser cancelado. Los pasajeros varados buscaban otros vuelos en sus teléfonos y hacían fila para hablar con el agobiado personal del aeropuerto.
Michelle Miller, una influencer conocida como @thefarmbabe, iba a dar una conferencia en Knoxville el martes. Carlos Cordero y Laura Puckering llevaban a su hija Mikayla Puckering, de 17 años, a visitar la Universidad de Tennessee. Un pasajero iba a librar una batalla de custodia. Otro ayudaba a un amigo a mudarse a México. Otros solo querían volver a casa.
Los viajeros procedían de todos los rincones de Estados Unidos y más allá. Tenían algo en común: su vuelo se había cancelado y querían viajar esa misma noche.
Cuando surgió la idea de alquilar una camioneta y conducir toda la noche hasta Knoxville, Carlos y Laura dijeron que no. Parecía algo agotador.
Pero entonces la pareja vio la cara de su hija Mikayla, destrozada ante la idea de perderse la visita a la universidad de sus sueños.
“Tenía los ojos llorosos”, dice Laura.
Se acercaron a otra pasajera, Amy, que había estado hablando de la idea de alquilar una minivan.
“Le dije: ‘Me apunto’”, recuerda Carlos. “Ella dijo: ‘Si tú te apuntas, yo también’. Luego vino otra señora y dijo: ‘Si ustedes se apuntan, yo también’. Y entonces fueron de 10 a 15 personas”.
Después no tuvieron ninguna duda, dice Carlos.
“Tuvimos muy buenas vibras, porque se trataba de gente normal y sana que intentaba volver a casa y tenía cosas de las que ocuparse”.
El grupo de pasajeros varados bajó a la zona de alquiler de vehículos. Carlos vio que Hertz no tenía filas, así que se dirigió allí. Le ofrecieron una van para 15 personas.
“Así que la alquilamos. Y el resto es historia”, dice.
Una experiencia inesperada
Mientras el grupo esperaba la camioneta, una de las pasajeras, Alanah Story, una veinteañera graduada universitaria que trabaja en medios de comunicación, empezó a grabar para su TikTok.
En el video, Alanah pidió a los pasajeros varados que se presentaran y explicaran cómo terminaron allí, y por qué estaban alquilando una minivan con un grupo de desconocidos para atravesar el país.
“Si yo pensaba que esto era una locura, sabía que otras personas también podrían pensar que era una locura”, dice Alanah a CNN Travel. “Así que pensé, este es un grupo de gente muy especial, todos somos muy diferentes. Así que no sé, tal vez otras personas querrían verlo también, porque cosas como esta no suceden regularmente”.
Al final, 13 pasajeros varados se unieron al inesperado viaje por carretera.
“Trece de nosotros más el equipaje, cabíamos perfectamente”, dice Michelle. “Y todos subimos y nos pusimos en camino”.
Eran alrededor de las 9:30 p.m. cuando el grupo se puso en marcha. Se numeraron, del uno al 13, para que cada vez que pararan en una gasolinera para ir al baño, pudieran asegurarse de que todos habían regresado.
Carlos se ofreció a comenzar el camino.
“Hicimos un plan: yo debía conducir una, dos o tres horas. Y luego se suponía que Amy se encargaría, la número cinco, y luego creo que Michelle —la número 13— también se ofreció como voluntaria”, dice Carlos.
Al final, Carlos hizo la mayor parte del trayecto, alimentado por lo que él llama “el capuchino más fuerte” de Dunkin’. Durante la primera hora más o menos, otro pasajero, Seth, mantuvo a Carlos despierto y alerta con sus historias sobre su trabajo como pastor. Amy estuvo pendiente de él durante todo el viaje y, más tarde, lo sustituyó durante una hora cuando Carlos necesitó una siesta reparadora.
En la parte de atrás, algunos pasajeros hablaban de sus vidas, familias y trabajos. Otros intentaban dormir. Pero algo estaba ocurriendo en Internet: el TikTok de Alanah estaba ganando seguidores. La gente comentaba en masa, intrigada por los desconocidos que se habían unido para atravesar el país en una minivan. Era como una película de Hallmark, insistían. La comunidad de TikTok estaba ansiosa por una actualización.
“Estábamos leyendo los comentarios de la gente y nos reíamos, no nos lo esperábamos. A las pocas horas ya tenía un millón de visitas”, cuenta Laura. “Nos decíamos: ‘¿Qué está pasando?”.
En una de sus paradas en la gasolinera, a las tres horas, Alanah grabó una actualización. Esta vez, el grupo se inclinó por el “esto podría ser una película”.
Un pasajero, Q, bromeó diciendo que él, el único negro del grupo, sería el primero en “morir”, un guiño a las películas de terror. Uno de los pasajeros, el agricultor mexicano Adolf Froese —quien, junto con su colega Johan, había sido apodado por los comentaristas “sin duda espías rusos”— hablaba totalmente en español.
Mientras tanto, Michelle dijo que solo estaba aquí por las botanas, y la madre de Alanah, Renee, bromeó sobre parar en la licorería. El video empezó a acumular visitas. Parecía que todo el mundo se identificaba con alguien de la minivan. Todo el mundo estaba atrapado por su viaje.
“Todos éramos muy diferentes. Y creo que una gran parte de por qué a la gente le gusta tanto es porque literalmente se podían ver nuestras diferencias en tiempo real”, dice Alanah.
“Éramos como una gran familia disfuncional”, dice Michelle. “Fue divertido”.
De extraños a amigos
Varias horas después, el grupo llegó a Knoxville, cansado pero feliz.
“Todo el mundo fue increíble. Casi salió todo perfecto”, dice Carlos. “No había tráfico. Todo el mundo se llevaba bien, todo el mundo colaboraba. Todo fue perfecto.”
“Fue un esfuerzo colectivo. Cada uno se ocupaba de lo suyo. Pero todos se preocupaban por las encomiendas y responsabilidades de los demás”.
El único bache en el camino fue Michelle insistiendo en múltiples pausas para ir al baño, sobre lo que la madre de Alanah, Renee, bromeó en el último TikTok de Alanah.
“Todo fue muy divertido”, dice Alanah.
Cuando llegaron a Knoxville, el grupo tomó caminos separados.
Alanah y Renee volvieron a casa. Michelle se dio cuenta de que en realidad asistía a la misma conferencia que Johan y Adolf. Y Mikayla, Carlos y Laura llegaron a la Universidad de Tennessee justo a tiempo. Fueron recibidos como pequeñas celebridades: mucha gente de la universidad se había enterado de lo sucedido y seguía las actualizaciones por Internet. La universidad invitó a la familia a comer.
Michelle Miller tomó este video de los pasajeros varados y la minivan.
Un par de días después, el grupo sigue asimilando lo sucedido. Laura dice que cada vez que piensa en cómo se unieron los 13 desconocidos, se le saltan las lágrimas de gratitud.
Advierte que es importante seguir la intuición y actuar con cautela en este tipo de situaciones: “No quiero hacer creer a la gente que puede subirse a un auto con desconocidos sin más”.
Pero dice que la experiencia la reconforta.
“Me llevo el hecho de que hay gente muy buena en este mundo. Todos éramos de culturas y orígenes diferentes. No podría haber sido más perfecto. Así que no me arrepiento de nada. Para nada”.
Alanah comparte su opinión.
“Siento que esta situación me regresó un poco la confianza y la humanidad”, dice Alanah. “Definitivamente hay esperanza para la gente… la gente puede ser buena. Y también, si tienes la oportunidad de ir a una aventura loca, deberías aprovecharla, porque nunca sabes lo que va a resultar de ella”.
Mientras tanto, Carlos sugiere que la experiencia es un recordatorio de la importancia de intentar “aguantar los golpes” siempre que se pueda, especialmente cuando se viaja, y de adoptar una actitud positiva ante las situaciones difíciles e inesperadas que inevitablemente surgirán de vez en cuando.
“Ocurren cosas que ninguno de nosotros quiere o puede controlar”, afirma. “No dejes que las pequeñeces te afecten. Y saca lo mejor de ello”.
Después de todas esas horas en la minivan, el grupo pasó de extraños a amigos. Alanah irá al karaoke con Q el jueves. Michelle y Laura esperan quedar la próxima vez que estén en Orlando. Amy invitó a los 13 pasajeros a visitarla en su casa de México.
“Durante todo el viaje, no dejé de repetir que todo ocurre por alguna razón”, dice Mikayla. “Si hubiéramos subido a ese avión, nada de esto habría pasado, no habríamos conocido a esta gente”.