(CNN) – La misión Artemis I, un vuelo de prueba no tripulado de 25 días y medio alrededor de la Luna destinado a allanar el camino para futuras misiones de astronautas, llegó a su fin, tras el amerizaje de la nave espacial Orion de la NASA en el océano este domingo.
La nave espacial terminó el tramo final de su viaje, acercándose a la gruesa capa interna de la atmósfera terrestre después de atravesar 239.000 millas (385.000 kilómetros) entre la Luna y la Tierra. Amerizó a las 12:40 p.m. ET este domingo en el océano Pacífico frente a Baja California, en México.
La cápsula de Orion estaba programada para amerizar cerca de San Diego, pero funcionarios de la NASA dijeron este jueves que la lluvia, el viento y las grandes olas se habían trasladado a esa área y ya no cumplía con los criterios meteorológicos de la agencia espacial.
Rob Navias, el comentarista de la NASA que dirigió la transmisión del domingo, calificó el reingreso como un proceso sacado de un “manual”.
Este paso final fue una de las etapas más importantes y peligrosas de la misión.
“Aún no estamos fuera de peligro. La próxima gran prueba es el escudo térmico”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson, a CNN en una entrevista telefónica el jueves, refiriéndose a la barrera diseñada para proteger la cápsula de Orión de la insoportable física de volver a entrar en la atmósfera terrestre.
La nave espacial viajó a unas 32 veces la velocidad del sonido (24.850 millas por hora o casi 40.000 kilómetros por hora) cuando golpeó el aire, tan rápido que las ondas de compresión hicieron que el exterior del vehículo se caliente a unos 5.000 grados Fahrenheit ( 2.760 grados centígrados). El calor extremo también hizo que las moléculas de aire se ionicen, creando una acumulación de plasma que causó un apagón esperado, según el director de vuelo de Artemis I, Judd Frieling.
A medida que la cápsula alcanzó unas 200.000 millas (322.000 kilómetros) sobre la superficie de la Tierra, realizará una maniobra de balanceo que la enviará brevemente hacia arriba, algo así como saltar una roca sobre la superficie de un lago.
Hay un par de razones para intentar la maniobra de salto.
“Saltar la entrada nos brinda un lugar de aterrizaje consistente que respalda la seguridad de los astronautas porque permite que los equipos en tierra coordinen mejor y más rápido los esfuerzos de recuperación”, dijo Joe Bomba, líder aerotérmico de aerociencias de Lockheed Martin en Orion, en un comunicado. Lockheed es el contratista principal de la NASA para la nave espacial Orion.
“Al dividir el calor y la fuerza del reingreso en dos eventos, el salto de entrada también ofrece beneficios como la disminución de las fuerzas G a las que están sujetos los astronautas”, según Lockheed, refiriéndose a las fuerzas aplastantes que experimentan los humanos durante los vuelos espaciales.
A medida que se embarcó en su descenso final, la cápsula disminuyó drásticamente su velocidad, perdiendo miles de kilómetros por hora hasta desplegar sus paracaídas. Orion cayó a 20 millas por hora (32 kilómetros por hora).
Si bien no hay astronautas en esta misión de prueba — solo unos pocos maniquíes equipados para recopilar datos y un muñeco Snoopy — Nelson, el jefe de la NASA, ha enfatizado la importancia de demostrar que la cápsula puede regresar de manera segura.
Los planes de la agencia espacial son convertir las misiones lunares de Artemis en un programa que enviará astronautas a Marte, un viaje que tendrá un proceso de reingreso mucho más rápido y audaz.
Al regresar de esta misión, Orion habrá viajado aproximadamente 1,3 millones de millas (2 millones de kilómetros) en un camino que giraba hacia una órbita lunar distante, llevando la cápsula más lejos de lo que jamás haya viajado ninguna nave espacial diseñada para transportar humanos.
Un objetivo secundario de esta misión era que el módulo de servicio de Orion, un accesorio cilíndrico en la parte inferior de la nave espacial, desplegara 10 satélites pequeños. Pero al menos cuatro de esos satélites fallaron después de ser arrojados a la órbita, incluido un módulo de aterrizaje lunar en miniatura desarrollado en Japón y una de las propias cargas útiles de la NASA que estaba destinada a ser uno de los primeros satélites pequeños en explorar el espacio interplanetario.
En su viaje, la nave espacial capturó impresionantes imágenes de la Tierra y, durante dos sobrevuelos cercanos, imágenes de la superficie lunar y un fascinante “ascenso de la Tierra”.
Nelson dijo que si tuviera que darle una calificación de letra a la misión Artemis I hasta ahora, sería una A.
“No un A-plus, simplemente porque esperamos que las cosas salgan mal. Y la buena noticia es que cuando salen mal, la NASA sabe cómo arreglarlos”, afirmó Nelson. Pero “si fuera maestro de escuela, le daría una A-plus”.
Si la misión Artemis I tiene éxito, la NASA se sumergirá en los datos recopilados en este vuelo y buscará elegir una tripulación para la misión Artemis II, que podría despegar en 2024.
Artemis II tendrá como objetivo enviar astronautas en una trayectoria similar a Artemis I, volando alrededor de la luna pero sin aterrizar en su superficie.
Se espera que la misión Artemis III, actualmente programada para un lanzamiento en 2025, vuelva a pisar la Luna, y los funcionarios de la NASA han dicho que incluirá a la primera mujer y la primera persona de color en lograr tal hito.