(CNN) – Brasil se recuperaba este lunes después de que cientos de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro irrumpieran en las sedes del poder en la capital, Brasilia, destruyendo oficinas y provocando la condena del gobierno y la comunidad internacional.
Más de mil personas han sido arrestadas. El ministro de Justicia de Brasil, Flavio Dino, dijo a los reporteros el lunes que hubo “alrededor de 1.500” arrestos en Brasilia desde los disturbios del domingo.
La irrupción se produjo una semana después de la toma de posesión de Lula da Silva, quien regresó al poder después de un paréntesis de 12 años luego de una victoria sobre Bolsonaro en una segunda vuelta electoral el 30 de octubre.
El ataque tuvo similitudes con el asalto al capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021 en Washington, cuando los partidarios del expresidente Donald Trump, un aliado cercano de Bolsonaro, irrumpieron en el Congreso en un esfuerzo por evitar la certificación de su derrota electoral.
Esto es lo que debes saber sobre lo que ocurrió en Brasil.
¿Qué pasó?
Las imágenes del domingo mostraron a enormes multitudes en Brasilia caminando por una rampa hacia el edificio del Congreso, donde habían llegado a la Sala Verde, ubicada fuera de la cámara baja del Congreso, dijo a CNN Brasil el presidente interino del Senado, Veneziano Vital do Rogo.
Otros medios mostraron a simpatizantes de Bolsonaro entrando a la Corte Suprema y al palacio presidencial, donde CNN Brasil mostró la llegada de la policía antidisturbios y las Fuerzas Armadas de Brasil.
El piso del edificio del Congreso se inundó luego de que el sistema de rociadores se activara cuando los manifestantes intentaron incendiar la alfombra, según CNN Brasil. Videos adicionales mostraron a los manifestantes dentro del edificio tomando obsequios recibidos de delegaciones internacionales y destruyendo obras de arte.
El ministro de Comunicaciones de la Presidencia de Brasil, Paulo Pimenta, describió cómo se encontró sangre, heces y orina en las habitaciones del palacio. “Los espectadores dijeron que parecían fuera de sí con odio, como una horda de zombis. Corrían por los pasillos, rompían cosas, orinaban, defecaban en los pasillos y en las habitaciones en una juerga de destrucción”, afirmó.
Para el domingo por la noche, varias horas después de las irrupciones, los tres edificios habían sido despejados de manifestantes, informó CNN Brasil. Al menos 400 personas habían sido detenidas, según el gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha.
Los detenidos “pagarán por los delitos cometidos”, tuiteó Rocha, y agregó que están “trabajando para identificar a todos los demás que participaron en estos actos terroristas esta tarde”.
Horas después, sin embargo, Rocha fue suspendido de su cargo por 90 días por el juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes.
¿Quiénes son los manifestantes?
Varios partidarios incondicionales del expresidente Jair Bolsonaro han dejado en claro su resentimiento hacia Lula desde que ganó las elecciones de octubre, y esos agravios se han intensificado en las últimas semanas, culminando con la toma del domingo de las instituciones democráticas de Brasil.
Estimulados por afirmaciones infundadas de fraude electoral, los simpatizantes vestidos con los colores nacionales de Brasil y con la camiseta de la selección nacional de fútbol (ambos se convirtieron en adornos centrales de las campañas de Bolsonaro) ingresaron a los principales edificios gubernamentales, rompieron ventanas y usaron muebles para formar barricadas contra las fuerzas de seguridad.
Pero los hechos del domingo no surgieron de la nada.
Los partidarios de Bolsonaro habían acampado en la capital desde su derrota electoral. El ministro de Justicia, Dino, había autorizado a las fuerzas armadas a instalar barreras y proteger el edificio del Congreso el sábado debido a su presencia continua.
Los partidarios de Bolsonaro se enfrentaron previamente con las fuerzas de seguridad en Brasilia el 12 de diciembre después de que un grupo intentara irrumpir en la sede de la policía federal, según un comunicado de la policía en ese momento.
Varios campamentos llenos de partidarios del expresidente también han aparecido fuera de las bases militares brasileñas, y algunos piden un golpe de estado de las fuerzas armadas que recuerda el régimen militar de dos décadas que gobernó Brasil desde 1964.
Dino dijo en Twitter el día de Navidad que esos campamentos se habían convertido en “incubadoras de terroristas”, luego de que un hombre fuera arrestado por intentar detonar una bomba en protesta contra los resultados de las elecciones de Brasil.
De los arrestados hasta ahora en relación con los disturbios, 209 personas fueron detenidas el domingo y “alrededor de 1.200” fueron arrestadas el lunes en el área del campamento de los manifestantes, dijo Dino a los periodistas el lunes.
¿Cuál fue el papel de Bolsonaro en los disturbios?
En los meses previos a su derrota electoral, Bolsonaro sembró repetidamente dudas sobre la legitimidad del voto, sin citar ninguna evidencia para sus diversas afirmaciones. Su esfuerzo por sugerir que cualquier derrota fue el resultado de un fraude se comparó de inmediato con el de su aliado Donald Trump, quien empleó tácticas similares durante las elecciones presidenciales de EE.UU. de 2020.
Después de una estrecha derrota en la ronda final, Bolsonaro intensificó esas quejas, pero batalló para obtener alguna reivindicación de los reguladores e instituciones de Brasil.
El jefe del tribunal electoral de Brasil rechazó la petición de Bolsonaro de anular las papeletas y calificó la acusación del presidente saliente de que algunas máquinas de votación habían fallado como “ridícula e ilícita” y “aparentemente conspirativa hacia el estado de derecho democrático”.
Y el Ministerio de Defensa de Brasil no encontró evidencia de fraude o inconsistencia en el proceso electoral en un informe publicado en noviembre.
Bolsonaro, sin embargo, se negó a reconocer explícitamente la derrota en la votación, al tiempo que insistió en que cumpliría con la constitución de Brasil durante la entrega del poder a Lula. Finalmente, huyó del país en vísperas de la toma de posesión de Lula y se ha quedado en Florida desde entonces.
Bolsonaro denunció las acciones del domingo en un tuit, aunque fue ambiguo en su carácter histórico e intentó establecer comparaciones con acciones anteriores de “la izquierda”. El exdirigente dijo que si bien las manifestaciones pacíficas y lícitas eran parte de la democracia, “las depredaciones e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla”.
Pero a pesar de sus esfuerzos por separarse de las protestas del domingo, los expertos dicen que la campaña de meses de Bolsonaro para sembrar dudas sobre las elecciones sentó las bases y, en última instancia, alentó a sus seguidores a lanzar las protestas del domingo.
¿Inspiró el 6 de enero los disturbios en Brasil?
Los eventos del domingo inmediatamente generaron comparaciones con el asalto al edificio del Capitolio de EE.UU. por parte de los partidarios de Trump, hace casi dos años.
Y como ese evento, los disturbios siguieron a meses de comentarios incendiarios de Bolsonaro sobre la legitimidad de las elecciones de Brasil y de la victoria electoral de Lula. Los dos exlíderes emplearon libros de jugadas inquietantemente similares antes, durante y después de sus derrotas electorales, lo que generó preocupaciones en cada país sobre la solidez de sus procesos electorales e instituciones democráticas.
Bolsonaro se quejaba de supuestas “noticias falsas” sobre su presidencia, insistía en que las encuestas que lo mostraban detrás de Lula estaban manipuladas o no eran confiables, y afirmaba que las máquinas de votación utilizadas el día de las elecciones no estaban en condiciones, todo lo cual también defendió Trump.
Mientras que Trump habló directamente con sus seguidores horas antes de la insurrección en Washington y luego permaneció en su residencia mientras se desarrollaba, Bolsonaro no estuvo físicamente en Brasil durante los disturbios del domingo.
En ambos casos, los disturbios provocaron la condena mundial y no lograron afectar los resultados de las elecciones: en Brasilia, Lula ya había asumido el cargo y los manifestantes no pudieron interrumpir ningún proceso.
“Condeno el asalto a la democracia y al traspaso pacífico del poder en Brasil”, escribió en Twitter el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. “Las instituciones democráticas de Brasil cuentan con todo nuestro apoyo y la voluntad del pueblo brasileño no debe ser socavada”.
Pimenta, ministro de comunicaciones de la presidencia de Brasil, dijo que “el episodio que ocurrió en Brasil es más grave que lo que pasó en el Capitolio”, porque los manifestantes irrumpieron en la casa de los tres poderes del poder.
Llamó a los ataques un intento de golpe de Estado. “Desde nuestro punto de vista, lo que sucedió aquí no fue un acto contra el Poder Ejecutivo. Fue un ataque a la democracia, a la Constitución. Fue un intento de golpe de Estado, que no se concretó”, dijo Pimenta.
¿Qué sigue ahora?
En una conferencia de prensa, Lula da Silva describió los eventos en la capital Brasilia como “bárbaros” y dijo que “la falta de seguridad” había permitido a los partidarios “fascistas” de Bolsonaro romper las barreras establecidas por los militares fuera del edificio del Congreso, la Corte Suprema y el Palacio Presidencial de Planalto.
“Estas personas son todo lo abominable de la política”, dijo, y agregó que “todas las personas que hicieron esto serán encontradas y castigadas”.
Los comandantes de las fuerzas armadas, la policía y el ministro de Defensa serían responsables ante los tribunales si no se desmantelaban los campamentos, dijo el juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, y agregó que todas las carreteras debían estar despejadas el lunes.
La oficina del Fiscal General de Brasil (MPF) dijo que estaba investigando a todos los involucrados en las infracciones.
“El fiscal general de la República, Augusto Aras, monitorea y sigue con preocupación los actos de vandalismo a edificios públicos ocurridos en Brasilia este domingo (8)”, dijo el MPF en un comunicado.
Aras también ha “solicitado a la Procuraduría General de Justicia en el Distrito Federal (PRDF) que abra de inmediato un procedimiento de investigación penal destinado a responsabilizar a los involucrados”.
Flora Charner, Marcia Reverdosa, Rodrigo Pedroso, Dakin Andone, Alaa Elassar y Heather Chen de CNN contribuyeron con este reportaje.