(CNN) –Un hombre de Nueva York marcó el récord mundial de comer en el mayor número de restaurantes con estrellas Michelin en un solo día.

Eric Finkelstein, de 34 años, empezó en octubre una misión compleja: comer en 18 de los aclamados restaurantes en un periodo de 24 horas.

Este consultor informático del sector sanitario tardó 14 meses en planear su excéntrica hazaña, entre otras cosas porque tuvo que reservar mesa en muchos de los mejores establecimientos de la ciudad.

“La planificación fue más de la mitad del reto: conseguir que los restaurantes se pusieran de acuerdo y encontrar una ruta lógica que funcionara”, le explicó este martes a CNN en una entrevista telefónica.

La idea, que el mes pasado fue reconocida oficialmente por Guinness World Records, se le ocurrió durante la pandemia, cuando se trasladó fuera de la ciudad.

El platillo llamado "Everything Brioche" de Red Paper Clip fue uno de sus favoritos. Crédito: Eric Finkelstein

Tras mudarse temporalmente de nuevo en 2021, Finkelstein elaboró una lista de los mejores sitios en los que pensaba comer. También se unió a un grupo de comida en línea, que fue donde oyó hablar por primera vez del desafío.

Con otros dos récords mundiales a sus espaldas, ambos relacionados con el tenis de mesa, deporte en el que compitió en el pasado, su interés se despertó de inmediato.

“Me encantó la idea”, explicó a Guinness. “Combinaba mi gusto por comer comida interesante, trabajar para conseguir una lista de control y trabajar para conseguir algo”.

Completar el reto

En un principio, Finkelstein se puso en contacto con más de 80 restaurantes, pero solo recibió respuesta de 10 de ellos. Por desgracia, cuatro de ellos perdieron su estrella cuando la Guía Michelin anunció sus selecciones para 2022, justo 20 días antes de su intento oficial.

Finkelstein se puso frenéticamente en contacto con otros restaurantes y, por suerte, consiguió suficientes reservas para su intento oficial el 26 de octubre.

El día comenzó con una ensalada de aguacate a la parrilla de US$ 36 en Le Pavillon, en Midtown. A continuación, caviar, blini y crème fraiche por US$ 25 en Caviar Russe.

Otros platillos destacados fueron las vieiras a la parrilla aderezadas con toronja y crisantemo en Tuome; un tazón de arándanos rojos por US$ 15 en Aquavit; un steak tartare por US$ 24 en Oiji Mi; y ostras por US$ 26 en The Modern.

Su último bocado fue en Noda, donde probó un chawanmushi cubierto de uni (erizo de mar) y caviar.

La cuenta total ascendió a US$ 494, sin impuestos ni propinas. Finkelstein calculó que el atracón de platillos galardonados supuso unas 5.000 calorías y se completó en 11 horas.

Según las normas, Finkelstein solo podía ir andando o en transporte público de un restaurante a otro. Crédito: Eric Finkelstein

Finkelstein explicó a CNN que cuando era pequeño le apodaban “el finalizador” por su habilidad para acabar con las comidas de todo el mundo. Pero esta era otra liga, dijo.

“Me llené mucho”, dijo a CNN. “Definitivamente, a los dos tercios empecé a ponerme un poco nervioso por mi apetito. Al día siguiente no comí casi nada”, se rió.

Otros récords

Los récords anteriores de Finkelstein son el saque de tenis de mesa más largo (15 metros) y el mosaico de pelotas de tenis de mesa más grande, en conjunto con dos amigos.

También le dijo a CNN que en 2019 fue parte de un intento fallido de romper el récord de la mayor cantidad de personas realizando un “Kamehameha” de “Dragon Ball”, un movimiento inspirado en la popular serie de anime.

En 2021 se convirtió en la primera persona en visitar todas las estaciones de Citi Bike en Nueva York.

“Intenté otras cosas que no eran récords mundiales oficiales”, dijo Finkelstein. “Cuando Pokemon Go era una moda hice una vuelta al mundo con la esperanza de convertirme en la primera persona en atrapar los pokemons liberados a nivel regional. Por desgracia, otra persona me ganó por dos semanas”.

Finkelstein en Noda, que consideró su experiencia favorita, en general. Crédito: Eric Finkelstein

Finkelstein espera intentar romper el próximo récord con su novia, pero no compartió más detalles sobre el asunto.

“De niño, mis padres me regalaban cada año un libro con los 10 mejores récords de todo el mundo, y yo me aficionaba a ellos”, explica a CNN. “Pero no fue hasta mis 20 cuando intenté batir algún récord”.

“Me gustaban las cosas que implicaban bromas en la universidad, así que pensé qué podía hacer como versión adulta de seguir siendo un niño”.