(CNN) – El Ministerio de Defensa de Rusia anunció otro ajuste de los comandantes que lideran la guerra en Ucrania este miércoles, mientras aumentan las críticas sobre su manejo de la campaña estancada.
Dijo que el general Valery Gerasimov, jefe del Estado Mayor General ruso, se convertiría en el comandante general de la campaña, y el comandante actual, Sergey Surovikin, se convertiría en uno de sus tres adjuntos.
Surovikin fue nombrado comandante general de lo que el Kremlin llama eufemísticamente la “Operación Militar Especial” apenas en octubre.
En términos de la jerarquía burocrática, el anuncio no es un trastorno. Surovikin ya informó a Gerasimov.
“Los generales se mueven, se barajan del Frente al Cuartel General. Del cuartel general al frente”, dijo el miércoles en Telegram el comentarista de la televisión rusa Sergey Markov.
“Surovikin no está siendo sancionado y Gerasimov no está siendo sancionado. Es todo un equipo. Bueno, por supuesto con la competencia, que siempre sucede entre los mejores”.
Pero la decisión pone a Gerasimov, quien ha sido jefe del Estado Mayor durante más de una década, más cerca de la supervisión directa de la campaña y de la responsabilidad por ella. Si bien Gerasimov fue una figura clave en la planificación de la invasión, parece haber estado al margen desde entonces, con solo una visita informada al comando de la campaña dentro de Ucrania, aunque el Ministerio de Defensa tampoco lo confirmó.
Mark Galeotti, miembro asociado senior del Royal United Services Institute, dijo que “es una especie de degradación [para Gerasimov] o al menos el más envenenado de los cálices. Ahora depende de él, y sospecho que Putin nuevamente tiene expectativas poco realistas”.
Gerasimov a veces ha pasado semanas sin apariciones públicas y no fue visto en el desfile del Día de la Victoria en Moscú el año pasado, lo que en ese momento generó especulaciones sobre su posición.
Ahora combina el mando directo de la campaña de Ucrania con el de principal interlocutor con los Estados Unidos en temas como el “desconflicto” militar.
La última vez que habló con el presidente del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el general Mark Milley, fue en noviembre, después de que un misil de defensa aérea ucraniano aterrizara en Polonia.
No está claro por qué el Ministerio de Defensa ruso ha hecho este movimiento en este momento. Dijo que había una “necesidad de organizar una interacción más estrecha entre las ramas y brazos de las Fuerzas Armadas” y mejorar el apoyo y la eficacia del “comando y control de las agrupaciones de tropas”.
Nueva estructura
Gerasimov tendrá tres adjuntos: Surovikin, el comandante del ejército Oleg Salyukov y el subjefe del Estado Mayor General, coronel general Aleksey Kim.
La nueva estructura implica que la antigüedad de Gerasimov mejorará la coordinación en una campaña en la que las diferentes ramas de las fuerzas armadas con frecuencia parecían menos que sincronizadas.
Algunos analistas creen que la medida también puede ser un intento del ministerio de ejercer un control más estricto sobre la campaña antes de unos meses críticos en los que el resto de la fuerza de reserva movilizada en el otoño boreal de 2022 se desplegará después del entrenamiento.
El ejército ucraniano ha dicho que espera una nueva ofensiva rusa a principios de la primavera. El comandante militar general en Ucrania, el general Valery Zaluzhny, le dijo a The Economist en diciembre: “Ellas [las fuerzas rusas] se están preparando al 100%”.
Un gran ataque ruso podría ocurrir “en febrero, en el mejor de los casos en marzo y en el peor, a finales de enero”, dijo.
Rob Lee, del King’s College de Londres, tuiteó que el anuncio del miércoles “reafirma la posición del Ministerio de Defensa de supervisar la guerra… esto también puede ser en parte una respuesta al papel cada vez más influyente y público de Wagner en la guerra”.
El jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin, ha sido tanto elocuente como visible en el frente, ya que sus combatientes contratados han tenido una participación destacada en el asalto a Soledar en la región oriental de Donetsk. Ha dicho en reiteradas ocasiones que los combatientes mercenarios de Wagner son los únicos responsables de los avances en la zona de Soledar.
Ha habido una larga historia de tensión entre Prigozhin y el ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu. Pero Prigozhin ha elogiado al general Surovikin por gestionar una retirada ordenada de las fuerzas rusas en la región sur de Jersón, ya que su posición se volvió cada vez menos sostenible.
En noviembre, Prigozhin dijo en su canal de Telegram: “Los generales tienen que ganar victoria tras victoria todos los días. ¿Con quién se puede comparar Surovikin? Surovikin es honesto y tiene principios, el ejército confía en él”.
Algunos comentaristas se preguntan si el ministerio está “dando vueltas al carro”, ya que persisten las críticas sobre su manejo de la campaña. El anuncio del miércoles sigue a la noticia de que el hombre que perdió su trabajo como comandante del Distrito Militar Central en octubre, el coronel general Aleksandr Lapin, había sido nombrado Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Terrestres, según la agencia estatal de noticias TASS.
Tanto Prigozhin como el líder checheno Ramzan Kadyrov criticaron a Lapin. “No es solo que Lapin no vale nada. Es el hecho de que está cubierto en la parte superior por los líderes del Estado Mayor”, escribió Kadyrov en su canal de Telegram en octubre del año pasado.
Es inconcebible que el nombramiento de Gerasimov se hubiera producido sin la aprobación del presidente Vladimir Putin y, más probablemente, sin su orden. Si Gerasimov cambia el rumbo de la guerra, parecerá un movimiento brillante. Si falla, asumirá la culpa.
‘Colgando de un hilo’
Un analista militar ruso que escribe en su blog bajo el seudónimo de ‘Rybar’ y tiene más de un millón de seguidores en Telegram, no espera que la reorganización tenga éxito, sugiriendo que espera “un milagro en el mes 11 de la operación especial.”
“La suma no cambia al mover sus partes”, escribió Rybar.
Dara Massicot, investigadora sénior de Rand Corporation, dice que el Ministerio de Defensa está “degradando a su comandante superior más competente y reemplazándolo por uno incompetente. Esta es una historia que lo tiene todo: luchas internas, luchas de poder, celos”.
Ella dice que si bien Surovikin no cometió errores estratégicos, Shoigu y Gerasimov tienen la culpa de la mala planificación de la campaña. “Lo reprobaron. Firmaron un plan secreto, múltiples malas suposiciones, no le dijeron a la mayoría de sus tropas. [Eso] provocó grandes bajas y una fuerza parcialmente rota”, tuiteó Massicot.
Galeotti dice que Gerasimov está “pendiente de un hilo”, tuiteando: “No creo que esto tenga la intención de crear un pretexto para despedirlo, ya que la guerra es demasiado importante y Putin puede despedir a quien quiera. Pero necesita algún tipo de victoria o su carrera terminará en la ignominia”.
Gerasimov tiene 67 años y fue designado por Putin en 2012. Obtuvo reconocimiento entre los analistas occidentales después de un discurso que se informó en el periódico ruso Military-Industrial Courier.
Gerasimov dijo que el uso de la propaganda y la subversión significaba que “un estado perfectamente próspero puede, en cuestión de meses e incluso días, transformarse en un escenario de feroz conflicto armado, convertirse en víctima de una intervención extranjera y hundirse en una telaraña del caos, la catástrofe humanitaria y la guerra civil”.
La llegada de los “hombrecillos verdes” de Rusia a la península ucraniana de Crimea en la primavera de 2014 fue vista como un ejemplo exitoso de este enfoque, a veces denominado “guerra híbrida”.
Galeotti dice que “de lo que hablaba Gerasimov era del uso de la subversión para preparar el campo de batalla antes de la intervención, precisamente el tipo de operaciones utilizadas en Ucrania [en 2014]. Romper la cadena de mando, provocar insurrecciones locales, bloquear las comunicaciones: todos estos son movimientos clásicos que apenas comenzaron en Crimea”.
Pero ahora el general Gerasimov tiene que dirigir una guerra real.