(CNN) – El gobernador de Utah, Spencer Cox, firmó este sábado un proyecto de ley que prohíbe los tratamientos hormonales y las intervenciones quirúrgicas a los menores que buscan atención médica de reafirmación de género, el más reciente de una serie de proyectos de ley antitrans que afectan a menores de edad y que se han aprobado en todo el país.
El proyecto de ley 16 del Senado, que el gobernador firmó un día después de que la legislatura de Utah lo enviara a su mesa, prohíbe a los proveedores de atención sanitaria “proporcionar un tratamiento hormonal transgénero a nuevos pacientes a los que no se haya diagnosticado disforia de género antes de una fecha determinada” y les prohíbe “realizar procedimientos quirúrgicos característicos del sexo a un menor con el fin de efectuar un cambio de sexo”.
También ordena al Departamento de Salud y Servicios Humanos de Utah que lleve a cabo una “revisión sistemática de las pruebas médicas relativas a los tratamientos hormonales transgénero”.
La terapia hormonal es una de las diversas opciones de tratamiento para las personas transgénero. La terapia consiste en “hormonas feminizantes (estrógeno) o masculinizantes (testosterona)” que las personas transgénero toman “como parte de una transición de género para ayudar a que sus cuerpos y apariencia se alineen con su identidad de género”, según Planned Parenthood, que proporciona atención hormonal de reafirmación de género.
La Academia Estadounidense de Pediatría afirma en una declaración de principios que la terapia hormonal sustitutiva es adecuada a partir de la adolescencia, mientras que las intervenciones quirúrgicas de reafirmación de género, como la “cirugía estética” para extirpar o mejorar los senos o las intervenciones genitales, suelen ser apropiadas para adultos.
En un comunicado, Cox afirmó que el proyecto de ley “no es perfecto” y pidió una mayor investigación sobre los tratamientos para los jóvenes transgénero.
“La legislación que afecta a nuestros jóvenes más vulnerables requiere una cuidadosa consideración y deliberación”, dijo el gobernador republicano en el comunicado. “Aunque no es un proyecto de ley perfecto, estamos agradecidos por el enfoque más matizado y reflexivo del senador (Michael) Kennedy sobre esta cuestión terriblemente divisiva. Cada vez más expertos, estados y países de todo el mundo están poniendo en pausa estos tratamientos permanentes y que alteran la vida de nuevos pacientes hasta que más y mejores investigaciones puedan ayudar a determinar las consecuencias a largo plazo”.
“Seguiremos presionando a la legislatura para obtener recursos adicionales para las organizaciones que trabajan para ayudar a esta importante comunidad de Utah”, añadió. “Si bien entendemos que nuestras palabras serán de poco consuelo para aquellos que no están de acuerdo con nosotros, esperamos sinceramente que podamos tratar a nuestras familias transgénero con más amor y respeto mientras trabajamos para comprender mejor la ciencia y las consecuencias detrás de estos procedimientos”.
Anteriormente, la sección de Utah de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés) emitió un comunicado en el que se oponía a la legislación. La organización sin ánimo de lucro afirmó que “no son necesarios más estudios sobre el tratamiento hormonal, como se exige en este proyecto de ley, puesto que ya existe una gran cantidad de pruebas científicas y consenso entre las principales organizaciones médicas y profesionales que apoyan el tratamiento hormonal para los jóvenes transgénero”.
Las cargas que el proyecto de ley impone a los profesionales de la salud “pueden disuadirles de atender a los jóvenes transgénero”, añadió la ACLU.
Utah sigue los pasos de otros estados que restringen la atención sanitaria a personas transgénero
La World Professional Association for Transgender Health, una organización profesional integrada por trabajadores de la salud que tratan a pacientes transgénero, afirma que desde los años ochenta se viene prestando atención sanitaria especializada a los adolescentes transgénero. Aunque los datos sobre jóvenes transgénero son limitados, la organización afirma que las investigaciones que existen demuestran “una mejora general en la vida de los adolescentes transgénero que, tras una cuidadosa evaluación, reciben el tratamiento médico de reafirmación de género médicamente necesario”.
Las principales asociaciones médicas, como la Asociación Médica Estadounidense, la Asociación Psiquiátrica Estadounidense, la Academia Estadounidense de Pediatría y la Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente, también coinciden en que la atención médica de reafirmación de género es clínicamente adecuada para niños y adultos y puede salvar vidas. El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. considera que la atención para la reafirmación del género es “crucial para la salud y el bienestar general” de los jóvenes transgénero.
Pero el tratamiento de los jóvenes transgénero ha sido objeto de ataques, sobre todo en los estados republicanos, en el último año. Más de 58.000 jóvenes transgénero de 13 años o más tienen restringido el acceso a la atención sanitaria de reafirmación de género o han recibido propuestas para restringirlo, según estimaciones del Instituto Williams de la UCLA, que investiga la legislación y la política en materia de orientación sexual e identidad de género.
La ley de Utah sigue la estela de restricciones similares en otros estados controlados por los republicanos. En abril del año pasado, el Departamento de Salud de Florida desaconsejó cualquier tipo de atención de reafirmación de género para niños y adolescentes, incluida la transición social, en la que un niño o adolescente adopta un nombre, pronombres de género y ropa que coincidan con su identidad de género.
Ese mismo mes, Alabama aprobó su propia ley, que tipifica como delito que los médicos presten servicios de reafirmación de género a menores. Y en febrero, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó al Departamento de Servicios para la Familia y de Protección que investigara los cuidados de reafirmación de género como maltrato infantil.
Alta Spells y Jen Christensen, de CNN, contribuyeron a este artículo.