(CNN) – El presunto globo de vigilancia de China que violó el espacio aéreo estadounidense esta semana ha alimentado una crisis diplomática con el aplazamiento del viaje planeado del secretario de Estado Anthony Blinken a Beijing.
Pero los dos países tienen una larga historia de espionaje mutuo.
Estados Unidos ha tratado de recopilar su propia inteligencia sobre el Gobierno chino, utilizando métodos que incluyen volar aviones de vigilancia sobre islas en disputa reclamadas por Beijing, fuentes humanas e intercepciones de señales.
Aún así, los funcionarios de EE.UU. han tratado de distinguir las acciones estadounidenses de lo que dicen es el espionaje más descarado del Gobierno chino.
Los funcionarios estadounidenses dicen que Beijing utiliza todas las herramientas a su disposición para obtener una ventaja estratégica sobre Estados Unidos, su principal rival geopolítico. Pero los funcionarios chinos dicen algo similar: en el pasado, Beijing acusó repetidamente a EE.UU. de espionaje.
China niega que el globo que se encuentra actualmente sobre EE.UU. esté involucrado en algún tipo de espionaje, alegando que es una “dirigible civil utilizado para fines de investigación, principalmente meteorológicos”, que se ha desviado de su curso.
Esto es lo que sabemos sobre cómo China espía a Estados Unidos:
Globos y satélites
Si bien el presunto globo chino que se vio en los cielos de varios estados de EE.UU. esta semana provocó un gran revuelo entre republicanos y demócratas por igual, no es la primera vez que se observa este tipo de actividad.
Un funcionario estadounidense dijo el viernes que hubo incidentes similares en Hawai y Guam en los últimos años, mientras que otro funcionario dijo el jueves: “Se han observado instancias de esta actividad en los últimos años, incluso antes de esta administración”.
Funcionarios estadounidenses han dicho que la ruta de vuelo del último globo, visto por primera vez sobre Montana el jueves, podría potencialmente llevarlo sobre una “serie de sitios sensibles”. Dicen que están tomando medidas para “protegerse contra la recopilación de inteligencia extranjera”.
Lo que está menos claro es por qué los espías chinos querrían usar un globo, en lugar de un satélite, para recopilar información.
El uso de globos como plataformas de espionaje se remonta a los primeros días de la Guerra Fría. Desde entonces, EE.UU. ha utilizado cientos de ellos para monitorear a sus adversarios, dijo Peter Layton, miembro del Griffith Asia Institute en Australia y exagente de la Real Fuerza Aérea Australiana.
Pero con el advenimiento de la tecnología satelital moderna que permite la recopilación de datos de inteligencia de sobrevuelo desde el espacio, el uso de globos de vigilancia había pasado de moda.
Al menos hasta ahora.
Los avances recientes en la miniaturización de la electrónica significan que las plataformas flotantes de inteligencia podrían regresar al conjunto de herramientas de espionaje moderno.
“Las cargas útiles de los globos ahora pueden pesar menos, por lo que los globos pueden ser más pequeños, más baratos y más fáciles de lanzar” que los satélites, dijo Layton.
Torres de telefonía celular
Fuera de la Base de la Fuerza Aérea de Malmstrom en el centro de Montana, repartidos en 22.000 kilómetros cuadrados de llanuras abiertas, más de 100 misiles balísticos intercontinentales están listos, enterrados en silos de misiles bajo tierra. Estos cohetes Minuteman III son capaces de lanzar ojivas nucleares al menos a 10 kilómetros de distancia y son parte del Comando Estratégico de EE.UU., que supervisa el arsenal nuclear y de misiles del país.
Ubicados entre estos silos hay grupos de torres de telefonía celular operadas por un pequeño operador inalámbrico rural. Según los archivos de la Comisión Federal de Comunicaciones, esas torres de telefonía celular utilizan tecnología china que, según han advertido los expertos en seguridad en los últimos años, podría permitir a China recopilar inteligencia y, al mismo tiempo, montar ataques en las áreas que rodean esta y otras instalaciones militares sensibles.
Huawei, la empresa china que fabrica la tecnología de torre, es rechazada por los principales operadores inalámbricos de EE.UU. y por el gobierno federal por motivos de seguridad nacional.
Sin embargo, su tecnología es ampliamente implementada por una serie de pequeños operadores inalámbricos subsidiados por el gobierno federal que compran hardware más barato hecho en China para colocarlo en sus torres celulares. En algunos casos, esas redes celulares brindan cobertura exclusiva a áreas rurales cercanas a las bases militares de EE.UU., informó CNN anteriormente.
En 2018, los jefes de las principales agencias de inteligencia de EE.UU., incluidos el FBI y la CIA, advirtieron a los estadounidenses que no usaran dispositivos y productos Huawei. Los expertos en seguridad dicen que tener su tecnología desplegada tan cerca del arsenal de misiles balísticos intercontinentales podría representar una amenaza mucho mayor.
Compra de terrenos
En 2017, el Gobierno chino ofreció gastar US$ 100 millones para construir un jardín chino ornamentado en el National Arboretum en Washington, DC. Completo con templos, pabellones y una pagoda blanca de más de 20 metros, el proyecto entusiasmó a los funcionarios locales, quienes esperaban que atrajera a miles de turistas cada año.
Pero cuando los funcionarios de contrainteligencia de EE.UU. comenzaron a investigar los detalles, encontraron numerosas señales de alerta. Señalaron que la pagoda se habría colocado estratégicamente en uno de los puntos más altos de Washington, a solo poco más de tres kilómetros del Capitolio de EE.UU., un lugar perfecto para la recopilación de inteligencia de señales, dijeron varias fuentes a CNN el año pasado.
Los funcionarios chinos querían construir la pagoda con materiales enviados a EE.UU. en valijas diplomáticas, que los funcionarios de aduanas de EE.UU. tienen prohibido examinar, dijeron las fuentes.
Los funcionarios federales mataron silenciosamente el proyecto antes de que comenzara su construcción.
El jardín cancelado es solo uno de los proyectos que llamó la atención del FBI y otras agencias federales durante lo que los funcionarios de seguridad de EE.UU. dicen que ha sido una escalada dramática del espionaje chino en suelo estadounidense durante la última década.
Desde 2017, los funcionarios federales han investigado las compras de tierras por parte de China cerca de infraestructura crítica, cerraron un consulado regional que el Gobierno de EE.UU. creía que era un semillero de espías chinos y obstruyeron lo que vieron como esfuerzos para colocar dispositivos de escucha cerca de instalaciones militares y gubernamentales sensibles.
Algunas de las cosas que descubrió el FBI se referían a equipos Huawei fabricados en China en lo alto de torres de telefonía celular cerca de bases militares de EE.UU. en el medio oeste rural.
Según múltiples fuentes, el FBI determinó que ese equipo era capaz de capturar e interrumpir comunicaciones altamente restringidas del Departamento de Defensa, incluidas las utilizadas por el Comando Estratégico de EE.UU., que supervisa las armas nucleares del país.
Estudiantes, empresarios y científicos
CNN también informó que Beijing se ha estado apoyando en científicos, empresarios e incluso estudiantes chinos expatriados en EE.UU., según funcionarios de inteligencia, legisladores y varios expertos actuales y anteriores.
Ha habido una serie de arrestos de alto perfil. En enero, un exestudiante de posgrado en Chicago fue sentenciado a ocho años de prisión por espiar para el Gobierno chino reuniendo información sobre ingenieros y científicos en Estados Unidos.
Ji Chaoqun, un ciudadano chino que vino a EE.UU. para estudiar ingeniería eléctrica en el Instituto de Tecnología de Illinois en 2013 y luego se alistó en las Reservas del Ejército de EE.UU., fue arrestado en 2018.
El hombre de 31 años fue condenado en septiembre pasado por actuar ilegalmente como agente del Ministerio de Seguridad del Estado (MSS) de China y por hacer una declaración falsa al ejército de Estados Unidos.
Según el Departamento de Justicia, a Ji se le encomendó la tarea de proporcionar a un oficial de inteligencia información biográfica sobre individuos para su posible reclutamiento como espías chinos. Las personas incluían ciudadanos chinos que trabajaban como ingenieros y científicos en EE.UU., algunos de los cuales trabajaban para contratistas de defensa estadounidenses.
El espionaje de Ji fue parte de un esfuerzo de la inteligencia china para obtener acceso a tecnologías aeroespaciales y satelitales avanzadas que están desarrollando empresas estadounidenses, dijo el Departamento de Justicia.
Ji estaba trabajando bajo la dirección de Xu Yanjun, subdirector de división en la sucursal provincial de Jiangsu del MMS, según el comunicado del Departamento de Justicia.
Xu, un oficial de inteligencia de carrera, fue sentenciado el año pasado a 20 años de prisión por conspirar para robar secretos comerciales de varias compañías aeroespaciales y de aviación estadounidenses. Xu también fue el primer espía chino extraditado a Estados Unidos para ser juzgado, luego de ser detenido en Bélgica en 2018 luego de una investigación del FBI.
Katie Bo Lillis, Alex Marquardt y Jeremy Herb de CNN contribuyeron a este informe.